Los militares comunistas polacos eclipsan al POUP
El partido comunista de Polonia (POUP, Partido Obrero Unificado Polaco) ha quedado pr¨¢cticamente eclipsado por la presencia de las autoridades militares al frente de los asuntos de Estado desde la imposici¨®n de la ley marcial en todo el pa¨ªs, el domingo 13 de enero; pero ello no significa que el partido sea una fuerza agotada en la vida nacional, seg¨²n la opini¨®n generalizada de los observadores occidentales de Varsovia. "Tengo la impresi¨®n de que se est¨¢ velando por los intereses del partido", afirma una persona muy bien informada, recordando que casi todos los m¨¢s altos militares son tambi¨¦n miembros del POUP, por lo que es bastante dif¨ªcil adivinar d¨®nde acaba el Ej¨¦rcito y d¨®nde empieza el partido.
Las autoridades, incluido el general Wojciech Jaruzelski -cabeza visible del Ej¨¦rcito, del partido y del Gobierno- han insistido hasta la saciedad que lo ocurrido el 13 de diciembre no constituye un golpe de Estado. Argumentan que las instituciones gubernamentales siguen funcionando normalmente.A pesar de ello, es m¨¢s que evidente que los jefes del Ej¨¦rcito y de la Seguridad interna son los que adoptan las decisiones fundamentales, incluidas las acciones que han de tomarse contra las persistentes huelgas y otras formas de resistencia.
"El POUP no imparte ni ¨®rdenes ni sugerencias al Consejo Militar de Salvaci¨®n Nacional", explicaba en privado, al d¨ªa siguiente de Navidad, un funcionario que conoce bien el tema.
Mientras que los occidentales residentes en Polonia tratan de averiguar qui¨¦n manda realmente en el pa¨ªs, son numerosas las informaciones que circulan al respecto por la capital.
Algunos miembros del Politbur¨®, incluidos los m¨¢s liberales, tales como Hieronim Kubiak, profesor en Cracovia, le han explicado a algunos amigos que no se enteraron de que imperaba la ley marcial hasta las cuatro de la madrugada, es decir, con cuatro horas de retraso.
Los observadores occidentales no descartan la posibilidad de que el Politbur¨® hubiera dado luz verde previamente a la posibilidad de imponer la ley marcial, dejando en manos de los militares, por razones de seguridad, la decisi¨®n de c¨®mo y cuando se declarar¨ªa.
Una sola abstenci¨®n
Los pol¨ªticos civiles se encontraron ante un hecho consumado. Horas despu¨¦s de que se impusiera la ley marcial se reuni¨® el Consejo de Estado, al que, seg¨²n la Constituci¨®n, corresponde declarar el estado de guerra. Tan s¨®lo uno de sus miembros, el parlamentario Ryszard Reiff, se neg¨® a firmar la proclamaci¨®n. El grupo que encabezaba, una facci¨®n organizada por la Iglesia cat¨®lica, fue disuelto.Aunque el secretariado del POUP y el Politbur¨® se han reunido al menos una vez, el 19 y el 22 de diciembre, respectivamente, el reci¨¦n creado Consejo Militar de Salvaci¨®n Nacional -integrado por quince generales, cinco coroneles y un almirante- lo ha hecho en diversas ocasiones.
Aquellos diplom¨¢ticos que disponen de pases especiales del Ministerio de Asuntos Exteriores se encuentran frecuentemente con que no les sirven para nada cuando llegan a un control militar o policial.
Se suceden los despidos de personal civil y del partido, y en muchas ocasiones los funcionarios son sustituidos por oficiales del Ej¨¦rcito, como ha sido el caso de cuatro gobernadores.
Las autoridades se rebelan ante la sugerencia de que el poder del partido est¨¢ decayendo. De hecho, la Prensa intenta dar la impresi¨®n de que se multiplican las reuniones a nivel local, y la semana pasada se publicaron dos entrevistas con secretarios provinciales del POUP, cuyo mensaje fundamental era, en palabras de uno de ellos, que los miembros del partido se est¨¢n "recuperando" y "descubriendo de repente que pueden trabajar de forma efectiva".
Simult¨¢neamente, la agencia polaca PAP arremet¨ªa contra aquellas "voces de los medios de comunicaci¨®n occidentales" que aseguraban que los militares hab¨ªan arrinconado al partido. Lo que ha ocurrido, se dec¨ªa en el comentario, es que "las f¨®rmulas de di¨¢logo pol¨ªtico del POUP han tenido que dar paso a la f¨®rmula militar para defender, mediante vigorosas medidas, el orden constitucional".
Es por ello, se a?ad¨ªa, que "el papel del partido ha quedado relativamente limitado y que el brazo armado de las autoridades se ha situado en primer plano". Pero esto, conclu¨ªa PAP, "no significa una derrota para el partido o que haya quedado relegado". "El partido esta vivo, funciona".
No obstante, la realidad parece ir por otros derroteros. Son muy numerosos los miembros que est¨¢n devolviendo sus carn¨¦s, lo que se viene a sumar a la disminuci¨®n registrada por la militancia en el ¨²ltimo a?o, que pas¨® de 3,1 a 2,7 millones de personas.
Son muchos los que piensan que ha sido el propio partido el que se ha situado tras las bambalinas debido a la dr¨¢stica reducci¨®n experimentada por su aceptaci¨®n p¨²blica desde el nacimiento de Solidaridad, hace 16 meses.
El verdadero basti¨®n del partido es la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Muy pocos diplom¨¢ticos creen que Mosc¨² tolerar¨¢ durante largo tiempo un tipo de Gobierno militar tan opuesto al comunismo ortodoxo.
La URSS considera al Ej¨¦rcito polaco como un restaurador del orden, pero presionar¨¢ para que sea en todo momento un agente del partido.
La pregunta que a¨²n permanece sin respuesta, concluye un observador occidental, "es si los generales anteponen o no su condici¨®n de militares a la de comunistas".
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