Londres espera del encuentro Calvo Sotelo-Thatcher una fecha definitiva para la apertura de la verja gibraltare?a

El Gobierno brit¨¢nico espera que la inc¨®gnita sobre la apertura de la verja de Gibraltar quede despejada de forma clara y terminante durante la pr¨®xima visita del presidente del Gobierno espa?ol a Londres, pese a que por parte espa?ola se observa una cierta reticencia a fijar tina fecha para dicha apertura en tanto no se asegure de forma inequ¨ªvoca la reciprocidad de derechos para los espa?oles en la Roca, establecida en los acuerdos de Lisboa.

Calvo Sotelo se desplazar¨¢ a Londres el viernes 8 de enero, en una visita rel¨¢mpago de menos de veinticuatro horas de duraci¨®n, acompa?ado del ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca. Previamente, el d¨ªa 7, el presidente del Gobierno girar¨¢ una r¨¢pida visita a Bruselas para tratar temas relacionados con el proceso de adhesi¨®n a las Comunidades. Pr¨¢cticamente desde el aeropuerto de Heathrow, Calvo Sotelo se dirigir¨¢ al n¨²mero 10 de Downing Street, residencia oficial de los primeros ministros brit¨¢nicos, para una entrevista de dos horas, seguida de almuerzo, con Margaret Thatcher, a la que asis tir¨¢ el secretario del Foreign Office, lord Carrington. Tras el almuerzo, es muy posible que las conversaciones se prolonguen a nivel de ministros de Asuntos Exteriores, para terminar con una conferencia de Prensa.Todav¨ªa no se sabe si la conferencia de Prensa ser¨¢ conjunta por parte de los dos jefes de Gobierno, modalidad a la que es muy aficionada Margaret Thatcher, que ya lo ha hecho en anteriores ocasiones con motivo de otras visitas de dignatarios extranjeros a la capital brit¨¢nica. En Opini¨®n de fuentes brit¨¢nicas, todo depender¨¢ del resultado de las conversaciones y de los acuerdos que en ellas se alcancen.

Aunque existe un deseo claro por funcionarios de ambos pa¨ªses de definir el viaje de Calvo Sotelo dentro de un contexto europeo y atl¨¢ntico, con el fin de evitar una polarizaci¨®n de las conversaciones en torno al tema de Gibraltar, es evidente que el plato fuerte de la entrevista Calvo Sotelo-Thatcher lo va a constituir precisamente el problema de la Roca, ¨²nico escollo en las por otra parte excelentes relaciones hispano-brit¨¢nicas, y cuya actualidad permanente en Espa?a se ha visto reforzada ¨²ltimamente por el clamor un¨¢nime de toda la poblaci¨®n del Campo de Gibraltar, que reclama la apertura de la verja y el restablecimiento de las comunicaciones.

La declaraci¨®n de Lisboa de 1980

La apertura de la verja y el inicio por primera vez de negociaciones serias sobre el futuro de Gibraltar entre Madrid y Londres es ahora posible dentro del contexto de la Declaraci¨®n de Lisboa, realizada en abril de 1980, al t¨¦rmino de las conversaciones que mantuvieron en la capital portuguesa lord Carrington y su entonces colega espa?ol, Marcelino Oreja.

La Declaraci¨®n, infravalorada en Espa?a debido a una pobre y mediocre presentaci¨®n a los medios informativos -como casi siempre, los anglosajones se apuntaron el tanto-, contiene todos los elementos necesarios para el desbloqueo y posterior encauzamiento del problema de, Gibraltar a favor de las tesis espailolas, y explica por s¨ª sola las aireadas interpelaciones al Gobierno brit¨¢nico en la C¨¢mara de los Comunes por parte de los integrantes del lobby gibraltare?o.

En ella, los dos Gobiernos ?se proponen resolver el problema de Gibraltar en un esp¨ªritu de amistad y de acuerdo con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas?. Por primera vez, Londres acepta las resoluciones de las Naciones Unidas, en las que se pide el restablecimiento de la integridad territorial espa?ola juinto con el respeto a los leg¨ªtimos deseos e intereses de la poblaci¨®n gibraltare?a.

Pero la Declaraci¨®n va m¨¢s all¨¢. Los dos Gobiernos, dice, han acordado, en consecuencia, ?iniciar negociaciones, a fin de solucionar todas sus diferencias sobre Gibraltar?. Cuando se interpela en los Comunes al Gobierno brit¨¢nico sobre el alcance de la expresi¨®n ?todas sus diferencias?, la contestaci¨®n del entonces portavoz gubernamental en la C¨¢mara, sir lan Gilmour, es meridiana. Todas sus diferencias, dice, significa exactamente todas sus diferencias. Para el buen entendedor queda claro que por vez primera se va a negociar sobre el tema de la soberan¨ªa.

Renegociar condiciones

La negociaci¨®n se iniciar¨¢ una vez que queden restablecidas las comunicaciones directas en la regi¨®n, para lo cual el Gobierno espa?ol se compromete a suspender la aplicaci¨®n de las actuales medidas en vigor, lo que no significa otra cosa que la suspensi¨®n del art¨ªculo 10 del Tratado de Utrecht, que establec¨ªa que la fortaleza de Gibraltar no tendr¨ªa comunicaci¨®n por tierra con el territorio circundante. Sin embargo, este restablecimiento de comunicaciones no se realizar¨¢ en tanto en cuanto no se consiga ?la reciprocidad y la plena igualdad de derechos? para los espa?oles en la Roca.

La Declaraci¨®n preve¨ªa una fecha, la del 1 de junio de 1980, para la ap¨¦rtura de la verja, siempre que se cumplieran los prop¨®sitos acordados en dicha Declaraci¨®n. Evidentemente, esos prop¨®sitos, que inclu¨ªan esa reciprocidad y plena igualdad de derechos, no se cumplieron para esa fecha, y la verja no se abri¨®. Los derechos m¨ªnimos que el Gobierno espa?ol pide son el derecho a pernoctar en Gibraltar, el derecho de los espa?oles a trabajar en la Roca si encuentran trabajo y el derecho de sindicaci¨®n. Resulta claro que Madrid no pod¨ªa aceptar volver sin m¨¢s a la situaci¨®n anterior a 1969, a?o del cierre de la frontera, en la que los espa?oles ten¨ªan que regresar al Campo de Gibraltar al sonar el toque de queda en la plaza.

1982, a?o claveFuentes espa?olas consideran que el a?o que acaba de comenzar ser¨¢ un a?o clave para el futuro de la negociaci¨®n sobre Gibraltar, ?un a?o en el que el tema no quedar¨¢ resuelto, pero s¨ª encajado?, en opini¨®n de dichas-fuentes. Parece que las negociaciones a nivel diplom¨¢tico llevadas a cabo en Madrid en los ¨²ltimos meses est¨¢n a punto de cuajar en un principio de acuerdo en el que se reconozcan esos m¨ªnimos derechos pedidos por Espa?a, y que, por tanto, el camino quedar¨ªa expedito para una apertura de la verja en una fecha no distante, que podr¨ªa ser la pr¨®xima Semana Santa. Las obras que se llevan a cabo en La L¨ªnea para la habilitaci¨®n de un puesto fronterizo ¨ªnarchan a buen ritmo, aunque no ser¨¢ posible terminarlas antes de mediados o finales de febrero. Tampoco se puede olvidar que las elecciones andaluzas se celebrar¨ªan en la pr¨®xima primavera y que el partido del Gobierno necesita alguna baza para intentar rehacer su maltrecha imagen en Andaluc¨ªa.

Los brit¨¢nicos, por su parte, esperan ese gesto por parte de la Administraci¨®n espa?ola para iniciar la primera negociaci¨®n seria sobre el futuro de Gibraltar desde el Tratado de Utrecht. No hay que olvidar que la Declaraci¨®n de Lisboa, a pesar de que mantiene el compromiso brit¨¢nico a respetar los deseos de la poblaci¨®n de Gibraltar le ha costado a Londres serios disgustos en la Roca.