La Rep¨²blica como ilusi¨®n
Con motivo del 50? aniversario de la Segunda Rep¨²blica, que se celebra este a?o, Revista de Occidente ha editado un n¨²mero extraordinario donde se recogen, adem¨¢s de an¨¢lisis sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y cultural de aquellos a?os, documentos y memoraciones directas de algunos protagonistas.
La celebraci¨®n del cincuentenario de la Segunda Rep¨²blica ha servido para que se llevara a cabo alg¨²n importante coloquio de historiadores, como el celebrado el pasado abril en Tarragona, as¨ª como para la aparici¨®n de alguna monograf¨ªa importante y de n¨²meros extraordinarios de revistas dedicadas a glosar cada uno de los aspectos m¨¢s relevantes de esta etapa hist¨®rica, pre?ada de significado. Ya hace algunos meses apareci¨® un n¨²mero de la revista Arbor dedicado en su integridad a la Segunda Rep¨²blica y redactado por un equipo de historiadores bajo la direcci¨®n de Tu?¨®n de Lara. Pero, sin duda alguna, el n¨²mero recientemente aparecido de Revista de Occidente, dedicado tambi¨¦n al mismo prop¨®sito, es el m¨¢s interesante aparecido por el momento.El sentido de una ¨¦poca
El prologuista de este n¨²mero extraordinario pretende, junto con su voluntad de asumir, de alguna manera, la herencia de unos hombres a los que tanto debe la tradici¨®n democr¨¢tica espa?ola, la voluntad de recuperar lo que denomina como "el sabor y el sentido de una ¨¦poca". Se trata, por tanto, no s¨®lo de recoger unos cuantos textos de personajes del momento, sino tambi¨¦n de establecer el "estado de la cuesti¨®n" de algunos de los puntos m¨¢s desconocidos de la historia republicana. En lo que respecta al primer punto, el n¨²mero de Revista de Occidente recoge textos bien conocidos del propio Ortega y Gasset y de Juli¨¢n Besteiro, as¨ª como una desconocida carta de Elisa Morales de Giner de los R¨ªos. En ella se recoge la menci¨®n del tr¨¢nsito del r¨¦gimen mon¨¢rquico al republicano como "la evoluci¨®n deseada por el se?or Coss¨ªo", al mismo tiempo que ya en la etapa final de la Rep¨²blica existe una voluntad de "sentar la mano" a los opositores al r¨¦gimen. De alguna manera tambi¨¦n el malhumorado y agud¨ªsimo texto de Julio Caro Baroja constituye al mismo tiempo una severa admonici¨®n contra la pol¨ªtica presente y un recuerdo de la etapa republicana en lo que tiene de ense?anza.
Significado de la Rep¨²blica
En lo que respecta a los diferentes art¨ªculos que componen esa segunda parte (relativa al significado de la Rep¨²blica), como es l¨®gico y cab¨ªa esperar, la variedad en lo que respecta a calidad es lo ¨²nico que los une. No es mucho lo que aportan los art¨ªculos destinados a describir el planteamiento del problema militar o el impacto de la crisis econ¨®mica durante los a?os treinta. Hay otros que inciden en aspectos poco conocidos de la etapa republicana a pesar de la abundante bibliograf¨ªa existente desde ya hace alg¨²n tiempo: as¨ª, por ejemplo, el de Javier Solana, muy bien escrito, nos pone en contacto con el panorama de la ciencia en estos a?os. Los aspectos intelectuales de la experiencia republicana est¨¢n especialmente tratados, bien de forma monogr¨¢fica (art¨ªculo de Jowers sobre las revistas intelectuales en la ¨¦poca) o bien como res¨²menes extensos de libros ya aparecidos o a punto de aparecer (el texto de: Mainer sobre las corrientes intelectuales o el de Gubern acerca del cine). Muy interesante es el art¨ªculo de Malefakis en el que se establece una comparaci¨®n entre el r¨¦gimen republIcano y los reg¨ªmenes de parecida significaci¨®n pol¨ªt¨ªca que surgen en la Europa del momento. La tesis de Santos Juli¨¢ relativa a la falsedad de la visi¨®n historiogr¨¢fica de la Rep¨²blica como experiencia fracasada es realmente muy discutible, pero al mismo tiempo sugerente y digna de ser debatida.
Resulta as¨ª un panorama bas tante completo de la significaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica. Afortunadamente, si en los momentos actuales la ¨¦poca de los a?os treinta ha sido objeto de una especial atenci¨®n, no es porque existan motivos para plantearse en Espa?a la cuesti¨®n de r¨¦gimen, sino para recordar, de esa experiencia acontecida, los peligros relativamente paralelos que el momento actual quiz¨¢ puedan presentarse a la clase pol¨ªtica y dirigente. Y quiz¨¢ tenga tambi¨¦n especial sentido rememorar la aventura vital de quienes en un determinado momento fueron capaces de plantearse las reformas m¨¢s trascendentales de la sociedad espa?ola, aunque no siempre le dieran una soluci¨®n oportuna y discreta, y de crear en su torno una efervescencia cultural e intelectual de la que todav¨ªa nos quedan ejemplos que tomar.
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