Humphrey Bogart muri¨® hace un cuarto de siglo en Hollywood
Hoy, hace un cuarto de siglo, muri¨® en Hollywood Humphrey Bogart. Hab¨ªa nacido el 23 de enero de 1899, en Nueva York. Su padre era cirujano y su madre pintora. Fue educado con refinamiento. Comenz¨® a estudiar Medicina a los 16 a?os, pero su temperamento inquieto y turbulento le llev¨® a frecuentar tugurios y a meterse en camorras que le costaron la expulsi¨®n de la universidad. A los veinte a?os se enrol¨® en la Marina y particip¨® en los ¨²ltimos combates de la primera guerra mundial. Una esquirla de torpedo le deshizo los labios y este accidente fij¨® su destino de actor y de mito de nuestro tiempo.
Los mit¨®logos de Bogart eluden hablar de su ¨¦poca de aprendizaje, en los escenarios de comedia en Broadway. Era entonces un actor torpe y remilgado, al que encasillaron en peque?os papeles de gal¨¢n de guardarrop¨ªa, hasta que decidieron desmaquillarle y sacarle a escena con su rostro natural marcado por costurones. Fue en la representaci¨®n de El bosque petrificado, de Robert Sherwood. El drama fue comprado por Hollywood y nadie all¨ª pens¨® en Bogart para que repitiera en la pantalla su primer ¨¦xito en la escena. Pero el actor ingl¨¦s Leslie Howard, contratado para el primer papel de la pel¨ªcula, le impuso. El disgusto del director Archie Mayo pas¨® a los anales de las grandes meteduras de pata de la historia del cine
El bosque petrificado es de 1936. Entre esta fecha y 1941 rod¨® otras treinta pel¨ªculas, algunas de gran calidad, pero hundido siempre en los repartos, sin poder soportar el t¨² a t¨² con con James Cagney, John Garfield o incluso Errol Flynn. Era un actor pobre de recursos, con evidentes dificultades de expresi¨®n y dicci¨®n, aparatoso y afectado, que tard¨® muchos a?os en madurar. Fueron su tes¨®n, y la influencia que ejercieron sobre su car¨¢cter sus dos primeras desventuras matrimoniales, las que, parad¨®jicamente, calmaron a Bogart y le ense?aron a conservar, tal vez por pesimismo, la serenidad ante las c¨¢maras
En 1941 rod¨® dos pel¨ªculas que elevaron la inexpresividad de Bogart a uno de los signos m¨¢s poderosos y definid que ha creado el cine. Fueron Su ¨²ltimo refugio, de Raoul Walsh, y El halc¨®n malt¨¦s, de John Huston. En 1943 rod¨® Casablanca, de Michael Curtiz; en 1945, Tener o no tener, de Howard Hawks, hasta un total de 81 filmes, entre los que est¨¢n El sue?o eterno, Cayo Largo, Llamada cualquier puerta, El tesoro de Sierra Madre, La reina de Africa, El mot¨ªn del Caine, Sabrina. Los pelda?os de la elevaci¨®n de un actor limitado y casi mediocre a la cumbre de su oficio, a la maestr¨ªa y la leyenda.
Bogart llev¨® a su extremo un viejo axioma del arte interpretativo, seg¨²n el cual el genio de un actor brota del conocimiento y posterior uso de sus propias limitaciones. Tan acentuadas eran estas limitaciones en Bogart que nadie dio un c¨¦ntimo por su carrera de actor durante m¨¢s de veinte a?os. Pero en ellos, con un despiadado ejercicio de autodisciplina, Bogart lleg¨® a convertir en plenitudes sus carencias y en recursos expresivos sus zonas de inexpresividad. Bogart naci¨® como mito el d¨ªa, el largo d¨ªa de dos d¨¦cadas de impotencia, en que intuy¨® que no s¨®lo no deb¨ªa corregir sus defectos, sino acentuarlos. Este mito naci¨® el d¨ªa 15 de enero de 1957, veinticuatro horas despu¨¦s de su muerte, en un cementerio de Beverly Hills, y lo formul¨® John Huston, en su oraci¨®n f¨²nebre por Bogart: "Bogie fue m¨¢s que un actor; fue un prototipo humano de nuestra ¨¦poca, casi demasiado humano para ella. Todos nos ve¨ªamos en ¨¦l, y Bogie nos pag¨® con aventura y con leyenda nuestra deuda de gente aburrida".
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