El anticlericalismo espa?ol es una r¨¦plica al integrismo social
La afirmaci¨®n que hac¨ªa Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano, seg¨²n la cual el anticlericalismo pertenece al pasado hist¨®rico, a pesar de cierto ?complejo apocal¨ªptico de la Iglesia espa?ola?, y la r¨¦plica que le daba Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Escudero, de que estamos ante una nueva ola de anticlericalismo y que hay ?signos que nos revelan la pos1bilidad de una pol¨ªtica deliberadamente anticlerical?, eran las dos posturas extremas, rellenas de m¨²ltiples variantes, que ofrec¨ªan los participantes de la mesa redonda sobre Clericalismo y anticlericalismo, organizada por el diario Ya.
Garc¨ªa Escudero recordaba que la historia del diario cat¨®lico El Debate naci¨® y muri¨® por obra y gracia del anticlericalismo. El anticlericalismo de Canalejas, invento artificial del pol¨ªtico para distraer la atenci¨®n del pueblo de los aut¨¦nticos problemas sociales, motiv¨® el nacimiento del diario cat¨®lico, que muri¨® por decisi¨®n autoritaria del anticlericalismo de la II Rep¨²blica. El ponente record¨® particularmente a Aza?a, ?un caso de despotismo ilustrado trasnochado ?, principal responsable pol¨ªtico del primer bienio de la Rep¨²blica, ?cuya postura anticlerical signific¨® la ruina de la Rep¨²blica?.? No se puede entender el fen¨®meno del anticlericalismo? a?ad¨ªa, ?sin referencia al integrismo, que ha provocado el 75% de los casos de anticlericalismo?. Por integrismo o anticlericalismo, lo cierto es, como dec¨ªa Agust¨ªn de Fox¨¢, ?que los espa?oles nos hemos pasado nuestra vida detr¨¢s de los curas: unas veces con el palo y otras con el cirio?.
Hay anticlericalismos de cristianos que critican a su Iglesia en nombre de la fe; anticlericalismo de los que atacan a la religi¨®n porque la consideran madre de todos los oscurantismos; est¨¢ la cr¨ªtica de la religi¨®n que hacen los socialistas... Hab¨ªa que poner orden en ese vasto concepto de anticlericalismo, y a ello se aplicaron los distintos ponentes.
El historiador Jos¨¦ Mar¨ªa Laboa se?alaba tres elementos que se dan en la base del anti¨¦lericalismo: el esp¨ªritu ilustrado, para quien el progreso s¨®lo es posible en oposici¨®n a la Iglesia; la desamortizaci¨®n, que hizo anticlericales por inter¨¦s, ya que la vuelta de Gobiernos cat¨®licos podr¨ªan desapropiarle s de los bienes adquiridos a bajo precio, y el clientelismo electoral de aquella derecha que identificaba religi¨®n con conservadurismo y que de rechazo convirti¨® al anticlericalismo en ingrediente obligado de las posturas liberales, republicanas y socialistas.
El historiador Laboa llamaba la atenci¨®n sobre la posici¨®n de los socialistas, recordando la admonici¨®n de Pablo Iglesias cuando dec¨ªa a los suyos que no cayeran en la trampa de los liberales, para quienes el gran problema hist¨®rico era la guerra al clericalismo. El socialismo ha distinguido entre anticlericalismo y cr¨ªtica de la religi¨®n; en cualquier caso, lo importante de su lucha se ubica en los problemas sociales, y la cr¨ªtica de la religi¨®n hay que hacerla desde esa ¨®ptica.
El investigador de temas hispanos Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano prosegu¨ªa esta b¨²squeda de causas del anticlericalismo, se?alando que es un fen¨®meno viejo, cuyo nacimiento no puede colocarse en los tiempos modernos. ?En El libro de los gatos se daba la risa paschalia?, dec¨ªa, ?esto es, una predicaci¨®n para tiempos de pes-. te, donde se pretend¨ªa entretener a la parroquia a base de chanzas divertidas, cuyo gasto hac¨ªa el mismo clero?. La cr¨ªtica mordaz de la religi¨®n era, pues, una pr¨¢ctica usual de los curas medievales. A?ad¨ªa otra raz¨®n: ?El manejo constante que hac¨ªa el clero de los Evangelios no pod¨ªa impedir que el pueblo comparara autom¨¢ticamente los dichos evang¨¦licos con los hechos del clero. A eso se refer¨ªa Flaubert cuando dec¨ªa de los curas: "Duermen debajo de la cruz" ?.
El director de Vida Nueva, Bernardino Hernando, se preguntaba c¨®mo puede crecer el anticlericalismo cuando el clero es cada vez m¨¢s abierto, moderno, plural y no dogm¨¢tico. Y recordaba casos como el de Paul Gauthier, un conocido cristiano franc¨¦s comprometido, que ?se arrepent¨ªa en nombre del Evangelio por haber sido sacerdote?. En la misma l¨ªnea se manifestaba Miret Magdalena, quien abogaba por ?un sano anticlericalismo?, que deber¨ªa incorporar una serie de cr¨ªticas adultas de la religi¨®n.
El tono argumentativo de la mayor¨ªa de los ponentes fue roto por Miguel Angel Velasco, a quien el moderador present¨® como ?corresponsal. durante largos a?os del diario Ya en Roma?. El ponente arremeti¨® ?contra los budas de la cultura laica que dictan lo que hoy es cultura desde las p¨¢ginas de EL PAIS?, mencionando a Francisco Umbral, Gonz¨¢lez Ruiz, S¨¢nchez Drag¨® y Fernando Savater. ?La Iglesia tiene que hacer pol¨ªtica?, ?y el laicismo, si ha de ser algo, s¨®lo puede ser una falta de educaci¨®n?, dec¨ªa, remedando a Monescillo, aquel obispo de Ja¨¦n que respond¨ªa a Castelar en la I Rep¨²blica: ?No piden la libertad de cultos, sino la libertad de agresi¨®n?.
Si se daba la disparidad entre los ponentes a la hora de explicar la tipolog¨ªa y topolog¨ªa del anticlericalismo, tampoco hab¨ªa acuerdo en si hab¨ªa o no renacimiento del anticlericalismo en Espa?a. Garc¨ªa Escudero y Miguel Angel Velasco, que se hab¨ªan pronunciado por el ?derecho de la Iglesia a hacer pol¨ªtica?, y a que ?la Iglesia no pod¨ªa renunciar a toda forma de poder?, manifestaban su preocupaci¨®n por la ola creciente, insinuando que la cosa pod¨ªa ir a m¨¢s si se produc¨ªan determinados cambios pol¨ªticos. Jim¨¦nez Lozano defendi¨® el derecho de publicar en un peri¨®dico como EL PAIS un art¨ªculo como el de Fernando Savater, al tiempo que relativizaba las amenazas anticlericales que tanto preocupaban a algunos ponentes de la sala, y a los obispos, en la calle. La r¨¦plica de Garc¨ªa Escudero, que s¨ª ve¨ªa la amenaza y repet¨ªa lo de que ?primero fue el anticlericalismo?, cerr¨® las casi dos horas del entretenido coloquio.
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