Luis Ruffo, bajo m¨ªnimos

Del espect¨¢culo ofrecido en la noche del mi¨¦rcoles en el Centro Cultural de la Villa, que inauguraba lo que se anuncia como un cielo de danza y ballet a cargo de compa?¨ªas exclusivamente espa?olas, s¨®lo el Grupo de Danza Ritmo, que dirige Carmen Senra, tiene la calidad suficiente como para presentarse en un teatro de la capital y exigir al p¨²blico que pague una entrada.Los tres componentes de Ritmo -Jane Lee y Carl Paris, adem¨¢s de Senra- son bailarines competentes que cultivan con decoro el estilo de danza americana m¨¢s aceptado, y que en nuestro pa¨ªs cuenta a¨²n con muy pocos int¨¦rpretes que no hayan ca¨ªdo en la pr¨¢ctica del jazz de rebajas televisivo y rampl¨®n. Si las coreograf¨ªas de Paris resultan algo ingenuas, la ejecuci¨®n por parte de los tres artistas mostr¨® un control del movimiento, una capacidad de expresi¨®n personal -realzada por los tres f¨ªsicos tan disparatadamente distintos entre s¨ª- y, en algunos momentos, una alegr¨ªa din¨¢mica capaces de reconciliar al espectador con el espect¨¢culo teatral de la danza, sobre todo teniendo en cuenta lo que se hab¨ªa visto durante la primera parte en aquel escenario y lo que se habr¨ªa de presenciar despu¨¦s.

Ni los Ballets Cl¨¢sicos y Contempor¨¢neos de Madrid que dirige Luis Ruffo, ni el Ballet Concierto de Ana L¨¢zaro tienen el nivel profesional m¨ªnimo que debe exigirse en Madrid y, m¨¢s a¨²n, en un teatro que el Ayuntamiento patrocina, y tienen el agravante de que ambos grupos aspiran a cultivar el ballet acad¨¦mico. La terrible servidumbre de este estilo de danza es que por debajo de un cierto nivel t¨¦cnico no hay compromiso posible y ni la juventud ni la voluntad de los aspirantes a bailarines, ni la benevolencia de un p¨²blico de festival de fin de curso, ni la astucia de core¨®grafos y maestros para disimular flaquezas, pueden evitar el desastre.

Evidentemente, los esforzados chicos y chicas del ballet de Luis Ruffo y del de Ana L¨¢zaro s¨®lo merecen elogios y entre ellos habr¨¢, sin duda, futuros artistas. La responsabilidad de haberlos expuesto al p¨²blico es de sus maestros, directores y, core¨®grafos.