Camilo Jos¨¦ Cela interviene como actor en 'La colmena'
El escritor Camilo Jos¨¦ Cela rod¨® ayer en los estudios Cinearte de Madrid una escena del largometraje La colmena. Se trata de una adaptaci¨®n de su propia novela para el cine y la televisi¨®n, seg¨²n el gui¨®n escrito por Jos¨¦ Luis Dibildos, que dirigir¨¢ Mario Camus. La pel¨ªcula est¨¢ producida mediante un contrato de cesi¨®n de derechos entre Agata Films y RTVE. Carlos Robles Piquer, director general del Ente P¨²blico RTVE, presenci¨® durante una hora el rodaje y anunci¨® que este mismo a?o se estudiar¨¢ la posibilidad de coproducir con la industria cinematogr¨¢fica espa?ola series para televisi¨®n y largometrajes por un importe equivalente o superior a los 1.300 millones de pesetas del concurso convocado por el Ministerio de Cultura en 1979, gracias al cual se est¨¢ produciendo actualmente, entre otros programas, el filme La colmena.
Carrilo Jos¨¦ Cela lleg¨® a los estudios Cinearte, situados en la plaza Conde de Barajas -"junto a la casa donde viv¨ªa Mar¨ªa Zambrano", comenta Cela- poco antes de las ocho de la ma?ana y estuvo en el plat¨® durante algo m¨¢s de tres horas. El maquillador le cort¨® suavemente las puntas del pelo; le vistieron con una bufanda negra y con un abrigo "siniestro", de la ¨¦poca; le cambiaron los gemelos, el reloj y las gafas y entr¨® en el primero de los decorados de la pel¨ªcula: el caf¨¦ de Do?a Rosa.Estamos en la Semana Santa de 1942, ¨¦poca en la que se desarrolla la acci¨®n de La colmena, "entre un torrente, o una colmena, de gentes que a veces son felices, y a veces, no", como escribi¨® Cela en la nota a la primera edici¨®n de su novela publicada en Argentina. La secuencia 34 sucede en el interior del caf¨¦ de Do?a Rosa. Un escenario que refleja a la perfecci¨®n el Madrid de la posguerra, el hambre, el cansancio y la lucha por sobrevivir del pueblo espa?ol. "Adem¨¢s del p¨²blico habitual hay otro nuevo, de paso", escribe en el gui¨®n Jos¨¦ Luis Dibildos, tambi¨¦n productor de la pel¨ªcula; "se?oritas con mantilla, matrimonios y familias, que descansan un rato entre visita y visita a los Monumentos".
Hay tambi¨¦n en el plat¨® unos militares vestidos con uniforme de gala. Camilo Jos¨¦ Cela se sienta en una de las veintitantas mesas, la de los poetas, para dar vida al personaje Mat¨ªas Mart¨ª. Ricardo Sorbedo (interpretado por Francisco Rabal), poeta bohemio -un extra?o tipo, medio mendigo y medio artista, que malvive del sable, del candor y de la caridad de los dem¨¢s- le presenta a Don Ibrahim de Ostolaza, (interpretado por Luis Escobar), un jurista que tiene ya preparado su discurso de ingreso en la Academia de Jurisprudencia.
Luis Escobar saluda a Cela: "Encantado de conocer a otro poeta". Y Cela responde, firme, seguro, sin necesidad de recitar, aunque con cierta indignaci¨®n, como exige el gui¨®n: "?Poeta yo ... ? ?Por favor! Nunca he escrito tres palabras juntas. Yo invento palabras, pero una a una. Y se las entrego a los dem¨¢s. Jam¨¢s las uso yo. Me limito a enriquecer el l¨¦xico patrio. ?Es mi misi¨®n!".
Don Ibrahim est¨¢ desconcertado e interviene, de nuevo, Don Ricardo: "Mat¨ªas es un suministrador de materia prima del lenguaje. Lo que hizo Isaac Peral con el submarino, Mat¨ªas Mart¨ª lo hace con las palabras". Entra en escena otro de los poetas de la mesa, Maello, personaje que interpreta Francisco Algora, para a?adir: "Ya lleva inventadas m¨¢s de mil". Y Rubio Antofagasta, interpretado por Mario Pardo, el quinto de los contertulios, agrega: "Por favor, Mat¨ªas. D¨¢le la ¨²ltima a Don Ibrahim".
Camilo Jos¨¦ Cela tiene su segunda intervenci¨®n: "?Bizcotur!". Luis Escobar, asombrado, pregunta: "?C¨®mo dice?". Y Cela explica: "Bizcotur. D¨ªcese de aquel que, am¨¦n de bizco, es atravesado, ru¨ªn y turbulento. Se la regalo". Cela a?ade, en una de las tomas, una morcilla no prevista en el gui¨®n: "Usase tambi¨¦n como sustantivo".
M¨¢s tarde Agust¨ªn Gonz¨¢lez amenaza con denunciar a L¨®pez V¨¢zquez por haberle estafado con una pluma que le cost¨® doscientas pesetas y que "ni ha venido en el Clipper de Nueva York, ni ha viajado en el Lusitania Express, ni es americana, ni es una parker, ni es una pluma estilogr¨¢fica". L¨®pez V¨¢zquez disuade a su cliente exhibiendo su insignia de ex-cautivo, con el yugo, las flechas y las cadenas visibles. Senillosa, diputado de Coalici¨®n Democr¨¢tica y, el humorista Mingote intervendr¨¢n tambi¨¦n como actores. Senillosa acudi¨® ayer a los estudios para probarse el vestuario.
Es la segundavez que se adapta una novela de Cela para el cine; la primera fue La familia de Pascual Duarte, dirigida por Ricardo Franco en 1975 e interpretada por Jos¨¦ Luis G¨®mez. Cela ha intervenido como actor, anteriormente, en otras tres, El s¨®tano, Facultad de letras y Manicomio. "Me limit¨¦ a poner la cara", comenta Cela despu¨¦s del rodaje. "Intervine en Manicomio porque el director rne dijo que necesitaba una persona que comiese hierbas y tirase coces. Le dije que no ten¨ªa inconveniente. Recuerdo que mientras interpretaba la escena mand¨¦ de una patada al Hospital Provincial a una actriz secundaria, y septuagenaria, que estaba detr¨¢s de m¨ª y a la que no hab¨ªa visto".
"Es perfecto. No lo han podido hacer mejor. Han respetadp muy bien el texto de la novela. El decorado del caf¨¦, el vestuario, son id¨®neos y reflejan muy bien el ambiente de la novela", comenta Cela a prop¨®sito de la puesta en escena y del trabajo del equipo que dirige Mario Camus.
Carlos Robles Piquer acudi¨® a los estudios acompa?ado de Manuel Calvo Hernando, director de Televisi¨®n Espa?ola, y de Juan Manuel Mart¨ªn de Blas, director de Programas y Producciones Experimentales de TVE, de quien dependen las coproducciones con cargo a los citados 1.300 millones de pesetas. Robles Piquer, a preguntas del actor Jos¨¦ Sacrist¨¢n, dijo que estos acuerdos con la industria del cine "son una gran experiencia y hay que repetirla". El director general de RTVE inform¨® que este mismo a?o se estudiar¨¢ un plan para producir nuevas obras con la industria del cine con presupuestos posiblemente superiores a los 1.300 millones de pesetas que salieron a concurso en 1979.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.