Propuesta para que el rastafarianismo sea religi¨®n v¨¢lida en el Reino Unido

El rastafarianismo debe ser reconocido como ?una religi¨®n v¨¢lida?, seg¨²n la Iglesia cat¨®lica brit¨¢nica, y no como un ?simple culto despreciable?. En un informe sobre esta religi¨®n, que practican numerosos negros jamaicanos en su pa¨ªs de origen y en el Reino Unido, la comisi¨®n cat¨®lica para la justicia social pide adem¨¢s a sus parroquias que faciliten locales para que los rastafarianos puedan reunirse.Estos son f¨¢cilmente reconocibles por sus atuendos externos. A sus gorros rojos, verdes y dorados se a?ade su caracter¨ªstico peinado, con estrechas y numerosas trenzas de pelo rematadas con cuentas e hilos, y el enorme casete estereof¨®nico port¨¢til que cuelga de sus brazos y mediante el que escuchan continuamente a sus ¨ªdolos del reggae, Bob Marley especialmente.

Pero estos son s¨®lo signos externos por los que pretenden diferenciarse del resto de la poblaci¨®n y proclamar su africanismo. La superficial dimensi¨®n de la moda esconde unas creencias firmemente arraigadas. Para los rastafarianos, el antiguo emperador de Etiop¨ªa, Haile Selassie, Rastafan Makonen es un dios que alg¨²n d¨ªa regresar¨¢. No creen, sin embargo, en la inmortalidad del alma e, influidos por el cristianismo, usan la Biblia como gu¨ªa.

Su jard¨ªn del Ed¨¦n es Etiop¨ªa, un pa¨ªs del que desconocen la realidad y al que quieren huir para escapar as¨ª de la odiada Babilonia, el s¨ªmbolo de cualquier forma de autoridad. De ah¨ª sus permanentes malas relaciones con la polic¨ªa.

Fuman ganja (marihuana) en ritos sagrados que llevan a cabo en sus templos -normalmente una casa particular.

Como ocurre con otras fes no cristianas, esta religi¨®n, dice la Iglesia cat¨®lica, debe ser aceptada. La citada comisi¨®n pide que, como a otros grupos religiosos, se les reconozcan a los rastafarianos sus derechos en las prisiones, especialmente en lo que a r¨¦gimen de comidas y atuendo se refiere, pues ¨¦ste ?ha de ser aceptado como una expresi¨®n aut¨¦nticamente religiosa y una forma cultural leg¨ªtima?.

En 1976, el Gobierno decret¨® que se trataba de un simple culto, y aunque su actitud hacia el rastafarianismo se ha suavizado, las nuevas directrices gubernamentales no llegar¨¢n tan lejos como para reconocer a esta creencia como una religi¨®n.

Un problema para las parroquias cat¨®licas puede ser el consumo ilegal de marihuana. El secretario general de la comisi¨®n que ha redactado este informe, Richard Zipel, ha se?alado que este tema no ha sido debatido. Sin querer fomentar el consumo de esta droga, Zipel reconoci¨® que el fumar la ganja dentro de un contexto religioso se puede comparar con el papel del vino en los sacramentos de la Iglesia cristiana.