Sender revis¨® su ¨²ltimo libro antes de morir
Sobre la mesa de trabajo de Ram¨®n J. Sender, como una simb¨®lica llamada de silencio, como una premonici¨®n de la muerte, quedan las galeradas de Toque de queda. Las revisaba precisamente el d¨ªa en que muri¨®. Va a ser un libro de bolsillo donde aparecer¨¢n condensados todos sus pensa.mientos y sabidur¨ªas en forma de f¨¢bulas, cantos er¨®ticos, ditirambos, serventesios, coplas de ciego...Toque de queda es todo un tratado de sabidur¨ªa juglaresca, de filosofia callejera, de bohemia aventurera, de su particular y creyente liturgia sin m¨¢s credo que el universal. Es como un libro religioso en vers¨ªculos deshilvanados, con par¨¢bolas y salmos, con chistes, esperpentos y retru¨¦canos...
Como si viera la muerte de cerca, Sender parece que quiso condensar en un libro todo lo que pensaba de s¨ª mismo y del entorno, y cada idea recib¨ªa el favor de una frase o una copla. Y cada una de esas ideas, de vivir el escritor, le era m¨¢s que suficiente para desarrollar lo que se propusiera.
Para este libro no quer¨ªa editor. Lo publicaba ¨¦l mismo, pag¨¢ndoselo a una imprenta de San Diego que le asombr¨®, a la vista de las pruebas, por los pocos errores que conten¨ªa.
Las hojas desparramadas de Toque de queda est¨¢n a¨²n sobre la humilde mesa del escritor. En un apartamento de esos que se hacen en serie, con piso de moqueta verde de un horroroso material sint¨¦tico, en un lugar sin personalidad donde parece mentira que un ser extraordinario pueda vivir.
Hay tambi¨¦n varios collages hechos por Sender y que muestran dos de sus ¨²ltimas pasiones, los gatos y la ni?a-corruptora-de-mayores, Brooke Shields, una Lolita bastante mu?eca de pl¨¢stico y sin personalidad, que misterosamente atra¨ªa a Sender. Quiz¨¢ precisamente por ser un atractivo vac¨ªo, que la atracci¨®n por seres m¨¢s complejos es f¨¢cil.
Los libros que ten¨ªa don Ram¨®n eran casi todos en ediciones r¨²sticas. Una vez, cuenta Florence Hall Sender, su ex esposa, un editor espa?ol le public¨® un libro encuadernado en tela y lo puso muy caro a la venta. Don Ram¨®n se enfureci¨®: quer¨ªa que su obra llegara lo m¨¢s barata posible a todo el mundo. "El mejor papel, se sabe por experiencia, es el higi¨¦nico", dec¨ªa.
Toque de queda, el ¨²ltimo de sus libros que tuvo ante la vista, deb¨ªa repartirse entre sus amigos. Como dice muchas frases tremendas y p¨ªcaras ten¨ªa la intenci¨®n de envi¨¢rselo a unos curas para que lo vendieran y extrajeran del pecaminoso producto fondos para obras de caridad. La Casa de Espa?a de San Diego recibir¨ªa cien ejemplares gratuitos, a su Arag¨®n tambi¨¦n llegar¨ªan otros...
El d¨ªa de su muerte dijo a Forence y a Juanito que Toque de queda ser¨ªa seguramente el ¨²ltimo de sus libros que ver¨ªa en galeradas. Y as¨ª fue.
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