El env¨ªo de tropas norteamericanas a El Salvador es una de las 'opciones' que baraja la Administraci¨®n Reagan

Aunque Estados Unidos mantiene oficialmente su decisi¨®n de no enviar tropas a El Salvador, no queda despejada la eventualidad de una entrada directa en acci¨®n de los norteamericanos en Centroam¨¦rica, con env¨ªo de nuevos consejeros militares y una ayuda de urgencia de 55 millones de d¨®lares (unos 5.500 millones de pesetas) a la Junta salvadore?a, que preside Napole¨®n Duarte. Haig, secretario de Estado norteamericano, no precis¨® si EE UU enviar¨¢ tropas o no a El Salvador, en declaraciones ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, dividido entre los temerosos de una espiral que conduzca a un nuevo Vietnam en Centroam¨¦rica y los preocupados por las consecuencias que pueda tener la ca¨ªda de El Salvador bajo control guerrillero.

"Consideremos toda. una serie de opciones, pol¨ªticas, econ¨®micas y de seguridad, para responder a la intervenci¨®n de Cuba en el hemisferio", dijo Haig,situando la com pleja problem¨¢tica de El Salvador, en guerra civil desde hace m¨¢s de dos a?os, como un asunto creado por, los cubanos, apoyados por los sandinistas nicarag¨¹enses.La llegada el pasado a?o a Cuba de un segundo escuadr¨®n de aviones de caza sovi¨¦ticos Mig 23 y 63 toneladas de armamento son las pruebas m¨¢s visibles, seg¨²n Haig, del prop¨®sito de La Habana de participar en un amplio programa de desestabilizaci¨®n del ¨¢rea de Caribe y Centroam¨¦rica.

Apoyo latinoamericano

Ante los senadores, muchos de ellos inquietos por la evoluci¨®n de la situaci¨®n en El Salvador, y lasdudas de que el apoyo militar norteamericano logre salvar la situaci¨®n para el Gobierno de Napole¨®n Duarte, Haig record¨® que Washington cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa de pa¨ªses latinoamericanos para promover un proceso electoral en El Salvador. En tal sentido se refiri¨® a la pasada asamblea general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), que, en su reciente reuni¨®n en Santa Luc¨ªa (Caribe), aprob¨® una resoluci¨®n contra toda intervenci¨®n exterior en El Salvador y el apoyo al Gobierno de Napole¨®n Duarte para llevar a t¨¦rmino las elecciones del pr¨®ximo 28 de marzo. En total, veintid¨®s pa¨ªses, de los veintinueve de la OEA, se unieron a la propuesta de EE UU. S¨®lo votaron en contra M¨¦xico, Nicaragua y Granada.

Tres congresistas miembros del Partido Dem¨®crata, Tom Harking (Iowa), Gerry Studds (Massachusetts) y Bob Edgard (Pensilvania), introdujeron una resoluci¨®n ante la C¨¢mara de los Representantes para declarar nula la documentaci¨®n que present¨® la Administraci¨®n del presidente Reagan, justificando que "hab¨ªa mejorado el respeto de los derechos humanos en El Salvador", lo que permite la continuidad de ayuda econ¨®mica y militar a la Junta.

Pero Alexander Haig expres¨®, sin rodeos, ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado que los informes sobre matanzas civiles en El Salvador, por parte del Ej¨¦rcito, eran quiz¨¢ el resultado de 1a manipulaci¨®n izquierdista internacional".

Thomas Enders, subsecretario en el Departamento de Estado, responsable para Asuntos Latinoamericanos, insisti¨® en el mismo tono ante el subcomit¨¦ de la C¨¢mara para Asuntos Interamericanos, diciendo que era "muy dif¨ªcil" determinar qui¨¦nes eran los responsables de las matanzas, y remat¨® con acerbas cr¨ªticas a la Comisi¨®n de Derechos Humanos de El Salvador "que se ha convertido en un veh¨ªculo de propaganda, sin credibilidad ni independencia".

Con tales argumentos pol¨ªticos, la Administraci¨®n Reagan quiere convencer a una opini¨®n p¨²blica estadounidense, a la que todav¨ªa la Junta Militar de El Salvador no ha dado explicaciones por el asesinato, hace m¨¢s de un a?o, de cuatro monjas norteamericanas que trabajaban en El Salvador.