Costa Rica acude hoy a las urnas sumida en la mayor crisis economica de toda su historia
M¨¢s de un mill¨®n de costarricenses acudir¨¢n hoy a las urnas para elegir a su presidente, a 57 diputados y a los concejales de todos sus ayuntamientos. Estas ser¨¢n unas elecciones limpias, igual que lo fue la campa?a, que s¨®lo a finales de enero produjo un enfrentamiento entre los partidarios de Luis Alberto Monge y Rafael Calder¨®n, que se sald¨® finalmente con una tregua ante el Tribunal de Elecciones.
La presencia de un r¨¦gimen filomarxista en la vecina Nicaragua ha hecho que una amplia corriente anticomunista sacuda este pa¨ªs que, parad¨®jicamente, contribuy¨® en gran medida al triunfo sandinista.Luis Alberto Monge, de 56 a?os, proclamado por todas las encuestas de opini¨®n como el seguro ganador de las elecciones costarricenses, es un hombre de partido, que ha desarrollado casi toda su actividad pol¨ªtica en el seno del Partido de Liberaci¨®n Nacional (PLN, socialdem¨®crata), del que es miembro fundador. Fue ministro de la Presidencia con Figueres y presidente de la Asamblea Nacional. Durante doce a?os ha ocupado la secretar¨ªa general del PLN. Hace cuatro a?os perdi¨® las elecciones presidenciales frente a Carazo por un margen de 70.000 votos. Hoy se asegura que puede obtener una diferencia de m¨¢s de 300.000 sufragios sobre el sucesor de Carazo. Un enviado especial de EL PAIS convers¨® con ¨¦l en estas v¨ªsperas electorales.
Pregunta. ?C¨®mo diagnosticar¨ªa usted la actual crisis econ¨®mica de Costa Rica?.
Respuesta. Se trata de la crisis m¨¢s aguda en la historia del pa¨ªs. Y lo m¨¢s grave es que en el trasfondo de esta crisis hay una p¨¦rdida de credibilidad en el modelo de Costa Rica. Nuestro objetivo inmediato es recobrar la confianza. Para esto hace falta un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una renegociaci¨®n de la deuda con nuestros acreedores. Para esto, nuestro partido ha elaborado un plan de gobierno bajo el t¨ªtulo Volvamos a la tierra.
P. ?En qu¨¦ consiste el plan de emergencia anunciado por usted?.
R. Con un enemigo electoral irresponsable, que tergiversa cuanto decimos para ara?arnos algunos votos, no podemos anticipar el contenido exacto de este plan, que, adem¨¢s, debe ultimarse a la vista de los ¨²ltimos datos econ¨®micos. Desgraciadamente, estamos en una situaci¨®n que evoluciona hacia peor, y no sabemos c¨®mo vamos a encontrarnos el 8 de mayo, cuando el nuevo Gobierno tome el poder. Como mero adelante dir¨¦ que necesitamos estabilizar primero el valor de la moneda. En este sentido, ya propusimos que el banco central estableciese un control de divisas, y tambi¨¦n tenemos que reducir el consumo de petr¨®leo.
P.?Puede darnos algunas cifras de lo que usted llama aterradora crisis econ¨®mica?
R. Cuando nuestro partido dej¨® el Gobierno, en 1978, la deuda exterior p¨²blica era de 880 millones de d¨®lares. Hoy ha subido a 3.000 millones, a los que hay que a?adir cr¨¦ditos privados por valor de mil millones. Somos uno de los pa¨ªses m¨¢s endeudados del mundo, con 2.000 d¨®lares per c¨¢pita. .
P. Usted ha repetido que espera la comprensi¨®n de EE UU para negociar la deuda costarricense.
R. Quiero decir con esto que no puede plantearse este tema como bancario. Nosotros le estamos ofreciendo a Estados Unidos la posibilidad de evitar que el fuego se traslade a Costa Rica, en lugar de dejar que ¨¦ste se declare para pedirle luego que acuda como un bombero, que es el papel que habitualmente suele jugar.
No a la confrontaci¨®n
P. ?No existe el riesgo de que la dependencia econ¨®mica de Costa Rica respecto a EE UU le obligue a alinearse sin condiciones a Washington?.
R. Nuestro Gobierno no est¨¢ dispuesto a involucrarse en la confrontaci¨®n b¨¦lica de Centroam¨¦rica, porque no tenemos Ej¨¦rcito y porque ir¨ªa contra la voluntad pacifista de nuestro pueblo. Ahora bien, en el terreno de la confrontaci¨®n ideol¨®gica, nosotros no somos neutrales en la defensa del sistema democr¨¢tico frente al militarismo olig¨¢rquico y el expansionismo marxista-leninista en la zona. Estamos del lado de la democracia. Con Estados Unidos puede haber, en efecto, algunas diferencias. Algunas instancias de la complicada Administraci¨®n norteamericana opinan que la amenaza a la democracia viene de la ofensiva marxista-leninista. Estamos de acuerdo en eso, pero creemos que id¨¦ntico peligro constituyen las camarillas militaristas olig¨¢rquicas. No tenemos reservas para enfrentarnos al marxismo en defensa del sistema democr¨¢tico, pero no aceptamos aliarnos con las camarillas genocidas y represivas.
P. ?Qu¨¦ opina entonces de la participaci¨®n de Costa Rica en una Comunidad Democr¨¢tica Centroamericana (CDC), junto al Gobierno salvadore?o?
R. En la declaraci¨®n de principios de la CDC, que contiene una defensa de la democracia, estoy de acuerdo. Las reservas empiezan cuando hay en el documento algunos mecanismos dudosos. La CDC podr¨ªa implicar, por ejemplo, la creaci¨®n de un minimercado com¨²n, en detrimento del Mercado Com¨²n Centroamericano.
P. La declaraci¨®n de la Comunidad incluye unos perfiles de alianza militar que han suscitado preocupaci¨®n en el a¨¦rea.
R. Existe, en efecto, un compromiso de involucrarse en conflictos b¨¦licos centroamericanos, y esto atenta contra nuestra tradici¨®n. Nosotros no tenemos ej¨¦rcito, teniendo un deseo arraigado en el pueblo y tampoco estamos dispuestos a crearlo.
P. ?Qu¨¦ opina sobre el proceso de rearme de Nicaragua? ?Puede suponer alguna amenaza para su pa¨ªs?
R. No hemos detectado ninguna actitud agresiva de Managua hacia nosotros, pese a las evidentes diferencias ideol¨®gicas. Pero el pueblo costarricense est¨¢ alarmado y algunas fuerzas se aprovechan de eso para crear una histeria contra Nicaragua.
Militaristas responsables
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ su actitud respecto a la Junta de El Slavador?.
R. Yo responsabilizo a los grupos militaristas de haber creado las condiciones sociales para que el marxismo-leninismo haya tomado posiciones de mando importantes en la lucha de liberaci¨®n de nuestros pueblos. Llegados al punto de confrontaci¨®n en que se encuentra El Salvador, y al que parece encaminarse inexorablemente Guatemala, nos en contramos con que los centros reales de poder son el ej¨¦rcito y la guerrilla. Ni sobre el ej¨¦rcito ni sobre la guerrilla existe influencia real por parte de las fuerzas democr¨¢ticas. Nuestra opini¨®n es que la confrontaci¨®n b¨¦lica de estas dos fuerzas no conduce a la liberaci¨®n del pueblo salvadore?o, sino a perpetuar el ba?o de sangre. De ah¨ª que insistamos en que hay que detectar los elementos democr¨¢ticos que existen en los dos bandos y conseguir que dialoguen.
P. ?Puede ser Costa Rica campo abonado para la subversi¨®n, debido a la grave crisis?
R. Parecer¨ªa que algunos comunistas costarricenses creen llegado el momento de trasladar la confrontaci¨®n ideol¨®gica al campo de las acciones armadas, alentados por la conflagraci¨®n centroamericana y por la ofensiva de Mosc¨² y Cuba en el ¨¢rea.
P. ?Qu¨¦ papel le puede corresponder a la nueva Espa?a democr¨¢tica en la defensa de las democracias americanas?
R. En la ¨¦poca de Franco, Espa?a jug¨® un papel negativo, porque los grupos militaristas de Am¨¦rica Latina sent¨ªan como un respaldo moral que les ven¨ªa de Espa?a. Este proceso casi milagroso que ha vivido Espa?a podr¨ªa cambiar el signo de su influencia e inyectar esperanza a las corrientes democratizadoras de nuestro continente.
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