A unas puntualizaciones

sobre el aborto y la persona responde L¨®pez Quint¨¢s -adem¨¢s de otros dos a los que nadie ha dado vela en este entierro- con la intenci¨®n de facilitar a los, lectores "la merecida informaci¨®n". Como soy parte interesada en el asunto, ya que fui uno de los seis expulsados del Departamento de Filosof¨ªa de la Universidad Aut¨®noma, quiero dar tambi¨¦n yo la merecida informaci¨®n a los lectores:

1. F. Savater no lanza ataque alguno sobre hechos acaecidos "hace unos trece a?os". A mediados del mes de octubre de 1972, comenzado ya el curso, nos comunicaron la expulsi¨®n. Es de esperar, para bien del se?or L¨®pez Quint¨¢s, que el ser persona no consista en tener memoria.

2. Dice L¨®pez Quint¨¢s que apelar¨¢ en lugar y tiempo oportuno, as¨ª como que traer¨¢ el testimonio del entonces vicerrector de la Aut¨®noma. (Dicho vicerrector, que en su momento dio por buena la expulsi¨®n, sigue ejerciendo de catedr¨¢tico en esa universidad.) Mientras que a nosotros no se nos permiti¨® siquiera el acercarnos al campus universitario, a ¨¦l se le llam¨®. ?Nos podr¨¢n decir, por fin, por qu¨¦?

3. "Las autoridades acad¨¦micas de la UA me rogaron insistentemente que me incorporara como profesor contratado a la facultad de Filosof¨ªa, que s¨®lo contaba entonces con un profesor numerario". ?Qu¨¦ autoridades? ?El entonces rector Julio Rodr¨ªguez, que luego ser¨ªa ministro? Desde luego es radicalmente falso que s¨®lo hubiera un numerario en la facultad. S¨®lo en nuestro departamento hab¨ªa, al menos, dos. A ¨¦l se le llam¨® -y a otros dos m¨¢s- para sustituirnos. Esa es la verdadera raz¨®n, y no otra.

4. La "irritaci¨®n" de Savater y la del resto de los compa?eros que estuvimos en su situaci¨®n no es fruto s¨®lo del eufemismo que usa L¨®pez Quint¨¢s -"no hab¨ªan recibido nuevo contrato"-. Es adem¨¢s el mal gusto que produce que nos hablen de bienes supremos determinadas personas. Y encima que mientan./

Madrid.