La huelga de 'penenes' de universidad

He le¨ªdo con cierta sorpresa las opiniones expresadas en su editorial del s¨¢bado 27 de febrero sobre la huelga de penenes de universidad. En primer lugar, resulta llamativo que EL PAIS eche a¨²n m¨¢s le?a al fuego de las ya numerosas divisiones entre el profesorado universitario al propugnar una nueva diferenciaci¨®n entre los no numerarios, levantando una barrera entre los profesores contratados como encargados de clases te¨®ricas y los profesores de clases pr¨¢cticas o ayudantes. Pasando por alto el tono despectivo y clasista con el que se hace referencia a lo que el editorialista supone tareas caracter¨ªsticas del profesor ayudante, habr¨ªa que recordarle que la contrataci¨®n de un profesor como ayudante, encargado de curso o adjunto, no se ha realizado por lo general en funci¨®n de una distinta cualificaci¨®n profesional, sino de las disponibilidades o necesidades del momento.Por otra parte, la calificaci¨®n de corporativista que recibe la huelga de penenes de universidad parece olvidar la situaci¨®n de injusticia en que se halla este profesorado en relaci¨®n incluso con sus hom¨®logos de ense?anza media. Mientras que un penene de ense?anza media recibe una retribuci¨®n equivalente a la de un profesor por oposici¨®n, los sueldos de los penenes de universidad son considerablemente inferiores a los de sus compa?eros numerarios. Naturalmente, ni en la ense?anza media ni en la universidad hay diferencia alguna entre las funciones de penenes y numerarios.

Por ¨²ltimo, se afirma que los plazos previstos en la LAU en cuanto a docencia, y titulaci¨®n de doctor son razonables. Mientras que la antig¨¹edad en la docencia puede considerarse como un criterio de garant¨ªa de una experiencia docente suficiente, no est¨¢ claro qu¨¦ es lo que garantiza la antig¨¹edad como doctor, a que si bien la realizaci¨®n de la tesis doctoral su pone te¨®ricamente la demostraci¨®n de una capacidad cient¨ªfica e investigadora, no imprime cualidad alguna que aumente con los a?os, a no ser que tal antig¨¹edad vaya avalada por una producci¨®n cient¨ªfica seria y continuada. Es mejor reconocer llanamente que este criterio es simplemente otra restricci¨®n m¨¢s y no pretender que se establece porque es "razonable"./ Profesor ayudante de la facultad de Psicolog¨ªa. Universidad Complutense de Madrid.