Televisi¨®n y las incompatibilidades
Una vez m¨¢s abuso de su atenci¨®n para hacerle algunas consideraciones con el pasado debate televisivo de La clave sobre "Ias incompatibilidades". Me ha sorprendido no ver en su diario ninguna l¨ªnea sobre el mismo, quiz¨¢ por la penosa impresi¨®n causada por el tono general del di¨¢logo, como a m¨ª me lo produjo. Es dificil enga?ar a las c¨¢maras -televisivas, por supuesto-, que, al recoger este o aquel gesto de los participantes, nos dice m¨¢s que mil palabras (las apariencias arrogantes de los se?ores Osorio y V¨¢zquez Guill¨¦n, siempre con una sonrisa displicente en sus labios, superiores en su sabidur¨ªa y en su control de la situaci¨®n -parece que nos dec¨ªan "somos la clase gobernante, y se har¨¢ lo que queramos"...-). ?Qu¨¦ lejos de actitudes tan modestas, pero tan humanas, a las que alud¨ªa el gran poeta Montale con su frase "lo ¨²nico que sabemos es lo que no somos, lo que no queremos"!; sus peroratas retorcidas y reiteradas hasta la saciedad infinita; sus voluntades paralelas de centrar las culpabilidades de la situaci¨®n en esos miles de empleados p¨²blicos, fieles representantes, en su visi¨®n, de las esencias de las clases medias, que necesitan del pluriempleo para poder tener educaci¨®n para sus hijos, sueldos normales, etc¨¦tera.Qu¨¦ ejemplo tan distinto fue el ofrecido por los se?ores Ramos y P¨¦rez Royo, sin querer levantar el suelo -por adivinar que, de hacerlo, lo har¨ªan a las nubes, a las que con tanta frecuencia se remit¨ªan los dem¨¢s contertulios-, atenidos a casos concretos, con la cabeza ante su vista, con ¨¢nimo de trasladar al espectador imparcial del medio, sus angustias y pasadas luchas por intentar conseguir evitar las anomal¨ªas actuales, con correcci¨®n, pero con fuerza y hasta pasi¨®n -pues el tema lo merec¨ªa- (como dec¨ªa Ortega: "Sin ira, pero con pasi¨®n") /
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