"El programa internacional sobre comunicaci¨®n es la ¨²nica posibilidad de acuerdo entre los dos bloques"
Claude Roussel, consejero t¨¦cnico para cuestiones internacionales de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n de la ministra de Cultura francesa, considera que el informe McBride, promovido por la Unesco, debe ser entendido como un gran esfuerzo de consenso entre los pa¨ªses de los dos bloques. Roussel, que hasta 1978 fue director general de France Press y actualmente es presidente honorario de la agencia, ha pronunciado dos conferencias en la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de Pamplona, invitado por la Universidad de Navarra. Durante la conversaci¨®n con EL PAIS; Roussel asegur¨® que, en la situaci¨®n actual, no le gustar¨ªa ser periodista en Espa?a.
Pregunta. Las tesis de los pa¨ªses industrializados de occidente sobre el nuevo orden de la informaci¨®n chocan de forma frontal con las que mantienen las naciones del ¨¢rea comunista. ?Existe alguna posibilidad, aunque sea remota, de llegar a acuerdos en este tema?Respuesta. Existe una posibilidad de acuerdo entre los dos bloques, sobre un punto concreto, respecto al nuevo orden mundial de la informaci¨®n. La URSS forma parte de los pa¨ªses desarrollados que tienen medios y que pueden ayudar a las dem¨¢s naciones en desarrollo. Desde esta perspectiva, los rusos quieren colaborar con los pa¨ªses europeos en algunos proyectos ya que, en la actualidad, est¨¢n prestando ayuda a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Creo que el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicaci¨®n (PIDC) puede contribuir a acercar las posturas de los dos bloques. El PIDC tiene un consejo formado por representantes de 35 pa¨ªses, entre los que est¨¢ la URSS. Para realizar este programa, contribuyendo con aportaciones econ¨®micas, personal, medios t¨¦cnicos, etc, se puede ayudar a los pa¨ªses en desarrollo. Es cierto que siempre habr¨¢ naciones con preocupaciones ideol¨®gicas, pero considero que es el PIDC el ¨²nico punto de acuerdo que veo posible entre los dos bloques.
P. En la pr¨¢ctica, el estudio de nominado "Voces m¨²ltipes, un solo mundo", conocido por informe McBride, ?ha servido para algo?
R. No pienso que haya servido para acercar los puntos de vista ideol¨®gicos en materia de informaci¨®n y comunicaci¨®n. Es decir, sean cuales fueran los esfuerzos de las diecis¨¦is personalidades que durante tres a?os han trabajado en este informe, el bloque del Este seguir¨¢ pensando que la informaci¨®n es un instrumento did¨¢ctico mientras que los pa¨ªses occidentales pensar¨¢n que la informaci¨®n debe ser la fotograf¨ªa m¨¢s exacta de lo que pasa en el mundo. Es cierto que hablando con cada una de estas diecis¨¦is personas, manifiestan que han visto los l¨ªmites respectivos de lo que cada uno puede aceptar o rehusar. Gracias a este trabajo ya no hay choques, porque cada uno conoce los puntos de vista de los dem¨¢s; no intentan convencerse unos a otros. Dicho de otro modo, el informe es un gran esfuerzo de consenso en el que se significa que los puntos de vista no se pueden acercar m¨¢s. Pero, por lo menos, cada uno sabemos ya donde estamos.
P. La llegada de Mitterrand a la presidencia de la Rep¨²blica ?ha supuesto alg¨²n cambio notable en los medios de comunicaci¨®n franceses en relaci¨®n con el Estado?
R. No. En realidad, el cambio de mayor¨ªa en Francia, que es un pa¨ªs en el que la informaci¨®n cuenta con total libertad, no ha comportado otros cambios, con una excepci¨®n. En Francia, el Estado no se ocupado de las agencias y de los peri¨®dicos, sino de la radio y de la televisi¨®n. La televisi¨®n siempre ha atra¨ªdo la atenci¨®n del poder. En Francia existe una especie de monopolio t¨¦cnico para la radio y la televisi¨®n, ya que una organizaci¨®n es la encargada de decir quien tiene derecho a tal frecuencia o a utilizar tal posibilidad. Pero, adem¨¢s, existe un monopolio de programas. Y sobre este punto concreto, el Gobierno est¨¢ preparando una nueva ley, en la que ha trabajado durante el verano pasado una comisi¨®n. Este proyecto de ley quiere una separaci¨®n efectiva de la programaci¨®n y del poder. Este cambio no ata?e tanto a la prensa escrita como a los medios audiovisuales, en un intento de sacarlos de las presiones del poder. Este proyecto ser¨¢ debatido por el ParImento la pr¨®xima primavera.
P. Agencias como France Press o Efe son estatales. ?Considera que las agencias deben estar en manos de la iniciativa privada o, por el contrario, es conveniente que sean estatales, con mayor o menor intervenci¨®n del Estado?
R. Yo no creo que se pueda decir que la agencia France Press es estatal. Desde 1957 tiene un estatuto, con un consejo de Administraci¨®n, en el que la mayor¨ªa absoluta pertenece a directores de peri¨®dicos que han sido designados por sus colegas. Por lo tanto, este consejo tiene una mayor¨ªa absoluta privada que dirige la agencia. Pero es cierto que para un pa¨ªs como Francia, que no tiene tantos recursos en medios de comunicaci¨®n social (tenemos 72 peri¨®dicos y cuatro o cinco cadenas de televisi¨®n), mantener la financiaci¨®n de una agencia mundial es muy dif¨ªcil sin la aportaci¨®n del Estado, sin el complemento de la ayuda estatal. Esto puede dar lugar a presiones, pero, en la pr¨¢ctica, este sistema, que sigue siendo liberal, no es peor que uno puramente comercial. Es una cuesti¨®n de costumbres. En Inglaterra, por ejemplo, la BBC tiene un consejo director nombrado por la reina, a propuesta del Gobierno. Sobre el papel, esta f¨®rmula est¨¢ muy cerca de la estatal. Con la libertad que existe en Francia y en Espa?a ahora, no es posible que una agencia como France Press tenga presiones para que ahogue informaciones. Incluso, si el Gobierno lo intentara, arruinar¨ªa la credibilidad que ahora tiene la agencia.
P. Hace pocos d¨ªas, el presidente del tribunal militar que juzga a los encausados en el fallido golpe de Estado del 23-F, retir¨® la acreditaci¨®n al director de Diario 16, a ra¨ªz de las presiones ejercidas por los abogados de los procesados. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece este hecho tan singular?
R. En principio, en cualquier democracia hay separaci¨®n de poderes. El judicial puede decidir si la prensa asiste o no al proceso. Si decide que asista, es muy dificil hacer luego excepciones. Y si el director de Diario 16 escribe algo que no gusta, creo que no se le puede echar de la sala. Insisto en que el contexto espa?ol es muy dif¨ªcil y por tanto no quiero pronunciarme definitivamente sobre este tema concreto. Sin embargo es cierto que si los jueces aceptan a un periodista, luego no deben expulsarlo porque en su peri¨®dico se haya escrito algo que no les guste. En Venecia, durante una reuni¨®n sobre prensa y terrorismo, el director de EL PA?S explic¨® que, en algunos casos, los periodistas espa?oles deben autocensurarse por el inter¨¦s del sistema democr¨¢tico.
"El informe McBride es un esfuerzo de consenso"
"La ayuda estatal puede onginar presi¨®nes"
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