Centroam¨¦rica y el gas sovi¨¦tico separan a Washington y Par¨ªs

El di¨¢logo cort¨¦s y diplom¨¢tico expresado conjuntamente por el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y el presidente de Francia, Fran?ois Mitterrand, no logr¨® disipar las profundas diferencias que existen entre Washington y Par¨ªs, en particular sobre la situaci¨®n en Am¨¦rica Central y la compra de gas sovi¨¦tico para los principales pa¨ªses de Europa Occidental.

En un peculiar viaje transatl¨¢ntico de ida y vuelta en un mismo d¨ªa, gracias a la rapidez del avi¨®n Concorde, Mitterrand s¨®lo pas¨® diez horas en la capital federal de Estados Unidos. La entrevista con Reagan en la Casa Blanca se limit¨® a un almuerzo de trabajo de dos horas y media de duraci¨®n.El presidente de Francia, a quien acompa?¨® el ministro franc¨¦s de Relaciones Exteriores, Claude Cheysson, insisti¨® en la necesidad de apoyar el plan de paz franco-mexicano para Centroam¨¦rica. Para Mitterrand es evidente que los Gobiernos occidentales deben apoyar la formaci¨®n de Gobiernos democr¨¢ticos en Am¨¦rica Central que ayuden al pueblo a escapar de la miseria masiva impuesta por las dictaduras y las oligarqu¨ªas.

Se trata de un lenguaje pocas veces escuchado a tan alto nivel en los foros pol¨ªticos washingtonianos. Un lenguaje, en definitiva, que parec¨ªa inspirado en el pensamiento de uno de los principales consejeros de pol¨ªtica exterior de Mitterrand, Regis Debray, aunque no formaba parte de la comitiva gala que pas¨® velozmente por Washington.

Para Mitterrand, en conversaci¨®n con los periodistas franceses, est¨¢ claro que si los movimientos populares latinoamericanos no reciben apoyo de las democracias occidentales se volcar¨¢n en busca de "otras alternativas", se?al¨® el presidente franc¨¦s, en clara alusi¨®n a los pa¨ªses comunistas.

Pero Washington, aparentemente, parece insensible a las propuestas del presidente de M¨¦xico, Jos¨¦ L¨®pez Portillo, apoyadas el viernes por Mitterrand en la Casa Blanca, de iniciar negociaciones globales en Centroam¨¦rica que incluyan los problemas de El Salvador, Nicaragua, Cuba y sus relaciones con Estados Unidos.

Durante este fin de semana, Alexander Haig, secretario de Estado norteamericano, se reunir¨¢ en Nueva York con el canciller mexicano, Jorge Casta?eda. Obviamente, Centroam¨¦rica figurar¨¢ en el centro del temario. Haig coment¨® horas antes del inicio de la entrevista con Casta?eda que EE UU estudiaba alternativamente el plan lanzado por M¨¦xico, sin a?adir si lo suscrib¨ªa o apoyaba.

Otro de los puntos de conflicto entre Washington y Par¨ªs, que tambi¨¦n se dilucid¨® en el almuerzo washingtoniano entre Reagan y Mitterrand, fue la firme decisi¨®n de Francia de financiar el proyecto del gasoducto transiberiano, obra valorada en 10.000 millones de d¨®lares que permitir¨¢ el suministro ciegas sovi¨¦tico a Europa occidental.

Pero, en definitiva, para la diplomacia supers¨®nica del Concorde, qued¨® reflejada en las c¨¢maras de televisi¨®n una dif¨ªcil amistad entre el conservador norteamericano Reagan y el socialista franc¨¦s Mitterrand. "B¨¢sicamente, la estancia fue para preparar la cumbre econ¨®mica de Versalles", dijeron los portavoces de ambos.