Europa debe mirar hacia Oriente Pr¨®ximo
En la declaraci¨®n de la cumbre de la CEE celebrada en junio de 1980, los nueve expusieron la tesis de que un acuerdo de paz en Oriente Pr¨®ximo tendr¨ªa que basarse en el reconocimiento del derecho a la existencia de todos los Estados, incluido Israel, y en la justicia para todos los pueblos, incluido el derecho de los palestinos a la autodeterminaci¨®n. La declaraci¨®n prosegu¨ªa : "Estos principios habr¨¢n de ser respetados... por el pueblo palestino y por la Organizaci¨®n por la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), que tendr¨¢ que ser incluida en las negociaciones".En su discurso ante la Knesset (la Asamblea de Israel), el presidente franc¨¦s present¨® este tema bajo otro aspecto, al manifestar: "?C¨®mo puede la OLP, que habla en nombre de los combatientes, esperar sentarse en la mesa de negociaciones mientras niegue a Israel la cuesti¨®n principal, su derecho a la existencia y a la defensa de su seguridad? Un di¨¢logo requiere el reconocimiento previo al derecho a la existencia de la otra parte".
La rectificaci¨®n de Mitterrand
Esto implica una rectificaci¨®n b¨¢sica de? texto de 1980 : el presidente Mitterrand no deja lugar a dudas, la OLP deber¨¢, en primer lugar, reconocer el derecho a la existencia de Israel y despu¨¦s tomar parte en las negociaciones; los nueve hab¨ªan dejado poco claro este punto. Este no fue el ¨²nico paso dado por Fran?ois Mitterrand para "volver a equilibrar" la pol¨ªtica francesa en Oriente Pr¨®ximo, que es como interpretan sus declaraciones en medios oficiales franceses.
Tambi¨¦n defini¨® a la OLP como representante de "los combatientes", dando a entender que puede haber otros representantes del pueblo palestino. Dijo que habr¨ªa que negociar unas nuevas fronteras, lo cual implica que no puede haber un retorno total y autom¨¢tico de Israel a las fronteras de 1967, incluida la zona de Jerusal¨¦n.
S¨ª se tiene en cuenta que, bajo la presidencia de Giscard d'Estaing y de sus predecesores, el Gobierno franc¨¦s era el miembro de la Comunidad Europea m¨¢s pro¨¢rabe, cabe esperar que la nueva pol¨ªtica francesa, m¨¢s equilibrada, haga cambiar el curso de la pol¨ªtica comunitaria hacia Oriente Pr¨®ximo.
Esto se puso de manifiesto con la decisi¨®n por parte del Reino Unido, Italia y Francia de participar con sus unidades militares en la fuerza internacional del Sina¨ª para garantizar la paz egipcio-israel¨ª.
Uni¨®n constructiva
Todo ¨¦sto significa que Europa puede, volver a conseguir una uni¨®n constructiva en busca de una paz global en Oriente Pr¨®ximo. Europa no pod¨ªa pensar en ejercer una influencia real en la soluci¨®n de la disputa ¨¢rabe-israel¨ª hasta haber conseguido alguna credibilidad con los israel¨ªes, quienes ve¨ªan a los europeos como rehenes del poder petrolero ¨¢rabe: en los ¨²ltimos a?os, cualquier iniciativa por parte de los europeos ten¨ªa muchas probabilidades de resultar in¨²til e incluso contraproducente.
La credibilidad europea
Por fin, parece que ahora Europa est¨¢ camino de recuperar su credibilidad e influencia. De llegar a la fecha l¨ªmite del 5 de abril sin que se produzca ning¨²n tipo de incidente que impida la devoluci¨®n a Egipto de la pen¨ªnsula del Sina¨ª, se originar¨¢ una nueva situaci¨®n que permitir¨¢ la exploraci¨®n de nuevas v¨ªas para alcanzar la paz entre israel¨ªes y palestinos.
La tarea a realizar fue descrita, recientemente, por un representante pol¨ªtico franc¨¦s como "la construcci¨®n de un puente sobre dos pilares, uno de los cuales, las conversaciones de Camp David, se est¨¢ desmoronando, en tanto que el otro, un ofrecimiento serio de paz por parte de los ¨¢rabes, todav¨ªa no existe". Esa es una impresi¨®n bastante acertada de las dificultades que se presentar¨¢n.
Pero solamente aumentando la confianza de Israel en sus amigos, incluida Europa, pueden crearse las condiciones favorables para realizar tal milagro de ingenier¨ªa.
Europa podr¨ªa aportar importantes elementos de seguridad, pol¨ªtica y militar a Israel. La participaci¨®n europea "sobre el terreno" en un sistema de garant¨ªas internacionales condicionantes, ya sugerida en la declaraci¨®n de Venecia, se ha visto ahora que es una realidad posible.
Pero la Comunidad tendr¨¢ que utilizar la totalidad de su enorme potencial econ¨®mico con fines pol¨ªticos. Esto puede realizarse solamente cuando "la pol¨ªtica comercial exterior", que est¨¢ principalmente en manos de: la burocracia comunitaria de Bruselas, quede bajo el control pleno de la "cooperaci¨®n pol¨ªtica europea".
Se han dado ya algunos pasos
Europa podr¨ªa proporcionar ayuda econ¨®mica a las autoridades ¨¢rabes de los territorios ocupados -algunos de los cuales han pedido, recientemente, a la OLP que reconozca el derecho a la existencia al Estado de Israel- al tiempo que se debe ofrecer un estatuto de asociaci¨®n especial entre la Comunidad y los Estados de la "regi¨®n palestina".
El nuevo acercamiento franc¨¦s a. Oriente Pr¨®ximo tendr¨¢ que ser adoptado oficialmente por la Comunidad antes de que Europa pueda realmente "volver a estar presente".
Pero ya se han dado algunos pasos importantes. Estos acontecimientos, por otra parte, contribuir¨¢n tambi¨¦n a la mejora, tan necesaria, de las relaciones europeo-americanas.
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