La dependencia y la potencia del Am¨¦rica Latina
Frente a la fuerte dependencia exterior de la regi¨®n latinoamericana -dependencia comercial y Financiera- existe tambi¨¦n en t¨¦rminos econ¨®micos el poder que su fuerte endeudamiento le concede en t¨¦rminos de amenaza para los acreedores internacionales. El autor critica las doctriiias monetaristas, propiciadoras -en su opini¨®n- de la servidumbre de esos pa¨ªses, y alienta hacia un movimiento de autonom¨ªa nacional moderno, fundamentado en reg¨ªmenes pol¨ªticos democr¨¢ticos.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la industrializaci¨®n y las; transformaciones sociales de la Am¨¦rica Latina han creado relaciones m¨¢s complejas con el resto del mundo y los centros de poder internacional. La sustituci¨®n de importaciones redujo, en la mayor parte de la regi¨®n latinoamericana, la importancia relativa del comercio internacional dentro de la actividad econ¨®mica interna. La relaci¨®n entre las importaciones y el producto interno es mucho menor en 1982 que en 1930. La demanda interna de consumo e inversi¨®n y el gasto p¨²blico son, actualmente, los principales determinantes de la producci¨®n y el empleo. Por otra parte, la expansi¨®n de los cr¨¦ditos de la banca internacional facilit¨® el financiamiento del d¨¦ficit de, los pagos internacionales. Esto debilit¨® la capacidad disciplinaria del Fondo Monetario Internacional sobre las pol¨ªticas nacionales y el proceso de ajuste externo.Sin embargo, surgieron nuevos problemas que agravaron las restricciones ex¨®genas. Por ejemplo, el aumento de los precios del petr¨®leo y el repunte reciente de la demanda de importaciones, frente a una capacidad. exportadora insuficiente, aumentaron el d¨¦ficit de los pagos externos. Esto ha llevado, en los principales pa¨ªses, a un nivel de endeudamiento que limita la autonom¨ªa de las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales. En los pa¨ªses con fuerte deuda, las amortizaciones e intereses exceden la capacidad de pago con recursos propios e imponen el refinanciamiento. Esto ¨ªncide para que las pol¨ªticas econ¨®micas procuren conservar la demanda de los tomadores de cr¨¦dito externo y el acceso a los recursos de la banca internacional. A su vez, la creciente demanda de divisas para pagar la deuda y cubrir las crecientes importaciones obliga a promover las exportaciones y fortalecer la capacidad de pagos internacionales.
Pero los v¨ªnculos con el resto del mundo tambi¨¦n se han hecho m¨¢s complejos por otras razones. Las realidades nacionales se han transnacionalizado. Es decir, el comportamiento de los agentes econ¨®micos y sociales es influido por los v¨ªnculos con el exterior Por ejemplo, la concentraci¨®n del ingreso determina perfiles de, demanda que reclaman tecnolog¨ªas y bienes de capital sofisticados desde los pa¨ªses industriales. La imitaci¨®n de las pautas de consumo internacionales por los grupos internos de altos ingresos influye en las opciones tecnol¨®gicas, en la acumulaci¨®n de capital y la asigna ci¨®n de recursos. Cualquier tenta tiva de alterar estos lazos con el resto del mundo tropieza con se rias resistencias internas. Esto contribuye a explicar por qu¨¦ existen condiciones de pobreza extre ma en pa¨ªses que han alcanzado ya un nivel considerable de desarrollo. Brasil y M¨¦xico constituyen dos de los ejemplos m¨¢s notorios y resaltables de esta situaci¨®n.
Lo mismo ocurre con el sector financiero. El aumento de la demanda de cr¨¦dito internacional y de la deuda ha generado sectores dom¨¦sticos fuertemente ligados a la banca internacional. Estos sectores influyen para que la pol¨ªtica econ¨®mica promueva la demanda de cr¨¦dito externo. En el caso argentino, por ejemplo, el sector financiero ha alcanzado tal grado de autonom¨ªa que toda la conducci¨®n econ¨®mica est¨¢ determinada por la vinculaci¨®n financiera al circuito financiero internacional.
Los centros de poder
En cierto sentido, la dependencia externa se ha "nacionalizado" ' Es decir, ha echado ra¨ªces mucho m¨¢s profundas en cada realidad nacional. Los v¨ªnculos de las corporaciones transnacionales con el sistema productivo y social de nuestros pa¨ªses son actualmente mucho m¨¢s diversos y complejos que los que se observaban en las tradicionales inversiones extranjeras en las actividades extractivas y la infraestructura.
De todas maneras, no es dif¨ªcil percibir que las fuerzas din¨¢micas del crecimiento se orientan en el sentido de la expansi¨®n de la capacidad productiva y la ampliaci¨®n del ¨¢rea de autonom¨ªa frente al resto del mundo. En definitiva, no se trata de crear condiciones inalcanzables de autarqu¨ªa, sino de transform¨¢r los v¨ªnculos tradicionales con el resto del mundo. En cambio, los intereses ligados a las estructuras econ¨®micas tradicionales y, actualmente, al sector financiero, tienden a reforzar los v¨ªnculos de dependencia y la p¨¦rdida de autonom¨ªa de la pol¨ªtica econ¨®mic¨¢ nacional. No es extra?o que aquellas fuerzas din¨¢m¨ªcas se asocien a los procesos de democratizaci¨®n, de participaci¨®n social ampliada y de afirmaci¨®n de la libertad como valor esencial de nuestra cultura. Los representantes del pasado y de los v¨ªnculos de dependencia siguen insistiendo, en cambio, en la imposibilidad de un desarrollo aut¨®nomo y en la inevitable asociaci¨®n con los centros de poder internacional. Bajo este en foque, los impulsos al crecimiento y la acumulaci¨®n deben provenir del exterior, y la asignaci¨®n de los recursos debe realizarse conforme a las se?ales del mercado interna cional. Este conflicto entre un de sarrollo nacional aut¨®nomo y la dependencia se vincula estrechamente al debate te¨®rico.
El poder de los deudores
El monetarismo es la versi¨®n actual de la vieja teor¨ªa que insiste en la insercion de nuestros pa¨ªses en la esfera de influencia de los centros de poder internacional. En tales condiciones, la transnacionalizaci¨®n desintegra la cohesi¨®n interna de las sociedades nacionales, frustra la afirmaci¨®n de su cultura e impide la gestaci¨®n de las fuerzas end¨®genas del crecimiento econ¨®mico. No debe sorprender que los te¨®ricos locales del monetarisino est¨¦n estrechamente vinculados a los intereses del pasado y, crecientemente, al sector financiero ligado a la banca internacional. Tampoco es extra?o que los monetaristas suelan ser enemigos mortales de la libertad y la democracia y fervorosos adherentes de cuanta dictadura prometa servir sus objetivos.
En definitiva, la aptitud de cada pa¨ªs de promover su desarrollo y alcanzar una relaci¨®n madura y constructiva con el resto del mundo depende de su capacidad de resolver esos dilemas internos, La transformaci¨®n pol¨ªtica decidir¨¢ si se elige por el desarrollo nacional o la dependencia. Este es el conflicto profundo en que se debate hoy buena parte de la Am¨¦rica Latina. Desde afuera no se pueden imponer hoy decisiones contrarias a las decisiones nacionales. Por el contrario, numerosos pa¨ªses latinoamericanos cuentan actualmente con una mayor autonom¨ªa. potencial frente a los centros dei poder internacional. Por tres motivos principales. Primero, el acervo econ¨®mico acumulado en el proceso de desarrollo, la mayor capacidad de administraci¨®n de recursos y los niveles considerables de ahorro interno. Segundo, la proliferaci¨®n del poder econ¨®mico mundial, que multiplica las opcione- de financiamiento, tecnolog¨ªas, mercados y bienes de capital disponibles en el mercado internacional. Tercero, porque la significaci¨®n de los principales pa¨ªses de la Anm¨¦rica Latina en el orden mundial es considerable; los centros de poder ser¨ªan afectados por una fractura severa de los v¨ªnculos con la regi¨®n. Recientemente, Ra¨²l Prebisch se?al¨®, con referencia a la dimensi¨®n de la deuda externa de varios pa¨ªses latinoamericanos con la banca internacional, que ¨¦sta desea evitar, por todos los medios, la quiebra de algunos de sus principales deudores. Esta producir¨ªa un efecto domin¨® en el mercado financiero internacional. El poder negociador de los deudores no es despreciable.
Enfrentamos hoy un mundo parad¨®jico. Por un lado, la trarisnacionalizaci¨®n de las realidades de cada uno de nuestros pa¨ªses. Por otro, el car¨¢cter decisivo de las opciones pol¨ªticas internas para decidir el curso del desarrollo y de los v¨ªnculos internacionales. Ser¨¢ necesario formular una "teor¨ªa de la independencia" que explore las nuevas v¨ªas abiertas al desarrollo y el car¨¢cter dominante de los conflictos ¨ªnternos.
El nacionalismo adquiere nuevas perspectivas en este mundo transnacionalizado. No como una tentativa imposible de cerrar las econom¨ªas y dar la espalda a las tendencias inexorables de la transnacionalizaci¨®n. Pero s¨ª como una respuesta madura de cada comunidad nacional que, descansando en su propio ingenio y capacidad de transformaci¨®n, afirme el desarrollo centrado en sus propias fuerzas y en la voluntad de su pueblo. No hay otra alternativa porque, en el mundo contempor¨ªneo, no existe una v¨ªa dependiente del desarrollo. Cuanto m¨¢s anchas sean las bases de sustentaci¨®n pol¨ªtica y m¨¢s representativos los reg¨ªmenes institucionales, mayores ser¨¢n las posibilidades de fortalecer la identidad nacional frerite al resto del mundo e impulsar el desarrollo. Las minor¨ªas est¨¢n inexorablemente asociadas al atraso, los privilegios y la dependencia. La democracia y la libertad constituyen hoy requisitos esenciales del crecimiento econ¨®mico. Se trata de una condici¨®n necesaria, aunque no suficiente. Porque los reg¨ªmenes pol¨ªticos de ancha base popular deber¨¢n mostrar adem¨¢s su lucidez para transitar con eficacia las turbulencias del mundo contempor¨¢neo y las tens¨ªones imperantes en el ¨¢mbito dom¨¦stico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.