Pol¨ªtica de domingo
Hoy se clausura en Madrid el Congreso del Partido de Acci¨®n Democr¨¢tica, de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, y piensa uno que quiz¨¢, efectivamente, lo que esta nueva sigla nos propone es una pol¨ªtica de domingo, que no debe ser entendida peyorativamente (pintor de domingo, escritor de domingo, sin¨®nimos de aficionado, diletante, na?f o amateur), sino en cuanto, a que un partido dem¨®crata/radical, socializante, es el que va a ocuparse de las cosas que nos preocupan los domingos, cuando se tiene tiempo de pensar m¨¢s y mejor: el ocio y su cultura, la incultura de los ociosos, la calidad del aire y la calidad de la vida, los derechos del consumidor y el derecho a consumir o, m¨¢s exactamente, a no consumir, etc¨¦tera. Porque el domingo es el dorado etc¨¦tera de la semana.Me preguntaban anoche, en un colegio mayor femenino, por la clase pol¨ªtica. Yo creo que a nuestro variado, rico (no brillante) y levantisco mapa pol¨ªtico, que se consume en una pol¨ªtica de d¨ªa de diario, laboral y empresarial, y que asume eso que Jorge Guill¨¦n llam¨® "lo tan real, hoy lunes", le estaba haciendo falta una pol¨ªtica de domingo, unos pol¨ªticos dispuestos a defender los derechos del domingo, del tedio y sus oceanograf¨ªas dorsianas, una pol¨ªtica del no hacer nada o del hacer las cosas mejor. Y no se entienda esto como una pol¨ªtica se?orita, sino todo lo contrario, ya que para algunas clases toda la semana es domingo y todo el a?o es carnaval, mientras que los derechos del domingo son los derechos del que trabaja toda la semana, los derechos del descanso, la paz y hasta el aburrimiento, extendiendo la idea de domingo a esos dos largos domingos de oro en que empieza y acaba la vida: infancia y ancianidad.
Voy a un almuerzo de una firma comercial que quiere hacer su loable aportaci¨®n al Mundial/Cultural (cacofon¨ªa horrible e inculta).
Pienso que el f¨²tbol ha brutalizado los domingos espa?oles durante medio siglo.
Los domingos que toda Europa dedica a leer, o¨ªr m¨²sica o conversar en casa, aqu¨ª los dedicamos a hacer la hagiograf¨ªa inversa, colectiva y estent¨®rea, de la madre del ¨¢rbitro. Viene Jes¨²s Hermida a casa, a tomar caf¨¦, y me pregunta qu¨¦ fue la infancia, nuestra infancia de hambre y posguerra:
-A pesar de todo, Jes¨²s, un largo domingo.
Pol¨ªtica dominical, pues, la de los partidos radicales, ecologistas, humanistas, intelectuales, la de los partidos pol¨ªticos m¨¢s despolitizados, como el de Paco/Luis/Carmela, que quieren atender a la pol¨ªtica de la vida m¨¢s que a la vida (l¨®brega) de la pol¨ªtica. A m¨ª me parecen algo as¨ª como los l¨ªricos de un laborismo brit¨¢nico a la espa?ola. Paco y Tamames me dec¨ªan la otra noche, cenando en El Espejo:
-Nos hemos le¨ªdo tu ¨²ltimo libro en las Cortes, mientras hablaba Fulano.
A medida que el Ateneo de Madrid se politiza, las Cortes se van ateneizando, no porque algunos amigos vayan all¨ª a leerme a m¨ª, sino porque la pol¨ªtica la tratan ya en tertulia y como entre bostezos de gato Rojito, salvo la reaparici¨®n Carrillo/Guerra en una "extraordinaria de la Beneficencia" que ha cogido a Calvo Sotelo y al Gobierno por sorpresa, como le coge ya casi todo. Hay que tejer un hilo de domingo de oro, como ese hilo rojo que recordaba Ortega en los cordones de la Mala Real Inglesa, a lo largo de toda la semana, porque los derechos del domingo no son los derechos del ocio, sino los del trabajo.
Tenemos los pol¨ªticos de la pol¨ªtica, pero siempre han faltado un poco en Espa?a los pol¨ªticos de la vida, que al fin son los que mejor entiende la gente. Izquierda/oposici¨®n est¨¢n para ganarnos la batalla de "lo tan real, hoy lunes". Pero cada semana tiene su utop¨ªa: el domingo.
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