La Grecia socialista
El 18 de octubre de 1981, el Movimiento Socialista Panhel¨¦nico (Pasok) consegu¨ªa un triunfo espectacular en las elecciones generales griegas, con un 48% de los sufragios emitidos, que le proporcionaban 172 diputados en un Parlamento ¨²nicamente de trescientos esca?os. Tres d¨ªas m¨¢s tarde se formaba el primer Gobierno socialista de la historia de Grecia, en el que Andreas Papandreu, un economista y profesor universitario de 62 a?os de edad, se reservaba, adem¨¢s del puesto de primer ministro, la cartera de Defensa y la supervisi¨®n directa de los ministerios de Econom¨ªa y de Asuntos Exteriores.Sus adversarios lanzaron desde el primer momento toda una serie de presagios catastrofistas, especialmente en lo que se refer¨ªa al terreno econ¨®mico. En cualquier caso, la situaci¨®n heredada del Gobierno anterior no dejaba espacio al optimismo: una inflaci¨®n superior al 25% anual, un d¨¦ficit en la balanza de pagos de 2.300 millones de d¨®lares (unos 230.000 millones de pesetas), una deuda externa de 9.000 millones de d¨®lares, un ¨ªndice de desempleo que los socialistas cifraron en un 4%, con tendencia creciente; las inversiones productivas, en punto muerto, y el sector industrial, semiparalizado.
En todos estos frentes, Andreas Papandreu y sus ministros han comenzado una labor marcada por el pragmatismo y por la voluntad de cambio que reflejaban los resultados electorales. Por el momento, se ha elaborado un plan econ¨®mico de urgencia para 1982, mientras se prepara un plan quinquenal para el per¨ªodo 1983-1987. Los objetivos inmediatos del primero van dirigidos a aumentar la productividad, disminuir la inflaci¨®n, redistribuir los ingresos y dirigir las inversiones hacia sectores de r¨¢pido crecimiento o de car¨¢cter social. Aunque todav¨ªa sea demasiado pronto para medir los resultados, parece haberse restablecido un cierto clima de confianza, incluso en el empresariado, que hizo saber a trav¨¦s de sus ¨®rganos oficiales que estaba dispuesto al di¨¢logo.
En la pol¨ªtica interior, Papandreu cuenta con la ventaja de una oposici¨®n destrozada por su fracaso electoral y que s¨®lo parece esperar que un deterioro profundo de la situaci¨®n econ¨®mica provoque una desafecci¨®n masiva de la opini¨®n p¨²blica al Gobierno socialista. Por el momento, nada parece indicar que esto vaya a ocurrir. En general, los observadores estiman que si las elecciones tuvieran lugar en estos momentos, la victoria del Pasok ser¨ªa a¨²n mayor.
En estas condiciones, el Gobierno ha podido iniciar una reforma administrativa absolutamente necesaria en un pa¨ªs en que subsisten una serie de estructuras parilelas.
En el terreno de las libertades individuales y de la reconciliaci¨®n nacional se han introducido mejoras indudables. La edad de voto se ha rebajado de los veinte a los dieciocho a?os. Los ficheros y archivos policiales del pasado han sido suprimidos. Se ha reconocido el t¨ªtulo de resistentes a la ocupaci¨®n alemana a los antiguos miembros del EAM (frente nacional con preponderancia comunista), y los antiguos combatientes de la guerra civil que resid¨ªan en la Europa del Este, han sido autorizados a volver a Grecia. Las libertades sindicales han sido ampliadas, y se ha reconocido, al menos en la ley, la igualdad de sexos en materia de empleos y de salarios. Por otra parte, aunque la pol¨ªtica exterior de Papandreu haya sido motivo de inquietud para Estados Un¨ªdos, para la OTAN y para el Mercado Com¨²n, todo parece indicar que el Gobierno griego no llevar¨¢ a cabo muchas de las amenazas formuladas durante la campa?a electoral.
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