Pim, pam, pum para Quino
A la AFE le pincharon la huelga y Quino corre ahora el peligro de convertirse en un mu?eco de pim, pam, pum. El domingo se produjeron las situaciones m¨¢s confusas que se recuerdan en un campeonato nacional de Liga. Como estaba previsto, los jugadores del Madrid renunciaron a la Liga, pero se han apuntado a jugar la Copa. El Castell¨®n, que se ha perdido la mejor recaudaci¨®n de la temporada, estaba el domingo dispuesto incluso a retirarse de la competici¨®n por lo que consideraba un fraude. Pero de ello los directivos madridistas eran inocentes. La huelga planteada en circunstancias adversas no pudo triunfar. La Liga se acerc¨® el domingo un punto m¨¢s a Atocha.
La AFE jug¨® muy fuerte con la huelga a tres jornadas del final del campeonato y con el Mundial en puertas. El riesgo era claro. Los dirigentes del sindicato futbol¨ªstico se jugaron su propia permanencia. El paro, fundamentado en una ordenaza laboral regresiva y en un sistema tributarlo que consideran injusto, era un pulso a la Administraci¨®n para el que se necesitaban brazos m¨¢s fuertes que los de unos equipos que se jugaban el campeonato de Liga o el descenso de categor¨ªa.
Para el Madrid por ejemplo, en pura teor¨ªa, aunque despu¨¦s los resultados la echaran por tierra, jugar la Liga con el Castilla no era un problema porque se jugaba poco. Para el Madrid s¨ª era un' compromiso formal la final de Copa, porque en ello est¨¢ su participaci¨®n en la Recopa. Para el Sp¨®rting la final de esta tarde, pese al caramelo europeo, es menos importante que la Liga, porque en ella le va la p¨¦rdida de categor¨ªa. Al Madrid le sent¨® muy mal que la Real Sociedad a ¨²ltima hora del s¨¢bado decidiera Jugar con sus titulares.. Y le sent¨® peor todav¨ªa que sus jugadores, reunidos en la Ciudad Deportiva, acordaran no viajar a Castell¨®n a pesar de todo. No hubiera sido sensato que los realistas enfrentaran sus juveniles al primer equipo del Espa?ol. No lo era porque se sab¨ªa que el Barcelona iba a poner en liza a los mejores, para intentar amarrar el campeonato, cosa que no hizo.
En el Castell¨®n est¨¢n que trinan por la p¨¦rdida de m¨¢s de una docena de millones de pesetas. La visita del Madrid hubiera llenado Castalia. La directiva castellonense pensaba prescindir de sus profesionales por el resto de temporada, y anunciar su retirada de la competici¨®n si se jugaba la final de Copa con los profesionales. Esta era una salida de pata de banco porque indudablemente no ha existido en el club madrile?o deseos de perjudicarle econ¨®micamente.
La huelga va a dejar secuelas dram¨¢ticas. Algunos presidentes parecen dispuestos a prescindir de todos aquellos jugadores a quienes consideran conflictivos. Se insiste en que se ha producido un pacto entre caballeros para no contratar a aquellos que reciban la baja al final de temporada.
Para algunos profesionales, la huelga podr¨ªa ser incluso el final de su carrera deportiva. A no ser, claro est¨¢, que ese pacto entre caballeros tenga la misma validez que cuantos se han producido hasta la fecha en la sede de la Federaci¨®n Espa?ola de Futbol. Baste recordar el tema arbitral que sirvi¨® para que Eguidazu, presidente entonces del Athl¨¦tic, pusiera colorados a algunos de sus colegas, o el de las primas a terceros.
La consecuencia de la huelga fallida podr¨ªa ser un mayor desamparo para los jugadores. Aunque algunos han intentado darle un cariz pol¨ªtico al tercer paro futbol¨ªstico, se ha producido la circunstancia de que el partido que supuestamente estaba interesado en poner tachuelas en la pista todav¨ªa no se ha pronunciado en favor de las revindicaciones de la AFE. A la AFE, le ha puesto media lagartijera la patronal.
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