El Reino Unido recurrir¨¢ a la fuerza si fracasan las negociaciones sobre las islas Malvinas

Margaret Thatcher, primera ministra brit¨¢nica, reiter¨® ayer, en un debate de emergencia en la C¨¢mara de los Comunes, que est¨¢ dispuesta a acudir al uso de la fuerza si fracasan las negociaciones diplom¨¢ticas para que las tropas argentinas salgan de las islas Malvinas, que invadieron el 2 de abril.Tras insistir en que la voluntad libremente expresada de los habitantes de las Malvinas es "suprema", Margaret Thatcher se?al¨® que el pr¨®ximo viaje del secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, zi Buenos Aires "es, desde nuestro punto de vista, crucial". Describi¨® tambi¨¦n la triple combinaci¨®n brit¨¢nica de medidas diplom¨¢ticas, econ¨®micas y militares, e inform¨® a la C¨¢mara que doblar¨ªa el n¨²mero de aviones Harrier del destacamento naval. Margaret Thatcher no revel¨® las "nuevas ideas" con que Alexander Haig hab¨ªa partido la v¨ªspera de Londres.

La primera ministra se?al¨® que "hemos indicado a Alexander Haig que debe pedir primero la retirada de las tropas invasoras, que la soberan¨ªa de las islas no se ha visto afectada por el acto de la invasi¨®n y que, cuando lleguemos a unas negociaciones futuras, lo que m¨¢s importa son los deseos de los propios habitantes de las islas".

"No estamos dispuestos a negociar sobre la libertad y la democracia que los falklandeses (habitantes de las Malvinas) consideran un derecho de nacimiento", afirm¨® Margaret Thatcher, insistiendo una y otra vez, de modo inusitado, sobre este tema, pues "tenemos una larga y orgullosa historia de reconocimiento de los derechos de los dem¨¢s a determinar su propio destino".

Este debate de emergencia, que interrumpi¨® las vacaciones de los diputados, fue relativamente tranquilo, y el Parlamento cerr¨® filas. Los ladridos de d¨ªas anteriores quedaron en maullidos. El l¨ªder laborista Michael Foot apoy¨® plenamente al Gobierno, al pedir que se agotaran las v¨ªas diplom¨¢ticas antes de acudir a la fuerza.

Gibraltar, de nuevo

Una peque?a salida de tono vino por parte de Judith Hart, presidenta del Partido Laborista, que pidi¨® que el destacamento naval se detuviese y se suspendiese el bloqueo de las islas para dar un respiro a las negociaciones diplom¨¢ticas. Fue Judith Hart quien sac¨® el tema de Gibraltar, al decir que la crisis de las Malvinas hab¨ªa aplazado la apertura de la verja, con lo cual el Gobierno brit¨¢nico hab¨ªa aceptado por vez primera el hecho del cierre de las comunicaciones con el Pe?¨®n. Entre gritos conservadores contra Judith Hart, se levant¨® George Cunningham (independiente) para se?alar que la frontera brit¨¢nica de Gibraltar est¨¢ abierta. Es la espa?ola la que est¨¢ cerrada.

La cuesti¨®n de Gibraltar volvi¨® a surgir a lo largo del debate, ilustrando las dificultades brit¨¢nicas ante la crisis de las Malvinas: no pueden aceptar un cambio de soberan¨ªa y administraci¨®n de una colonia por la fuerza y sin el consentimiento de la poblaci¨®n que en ella habita.

Pilotos de las fuerzas a¨¦reas se est¨¢n entrenando para manejar estos aviones en un portaviones. Los nuevos Harrier, que aparte de su funci¨®n de cazas sirven de eficaz apoyo en las operaciones anfibias, ser¨¢n llevados a las Malvinas a bordo del carguero Atl¨¢ntico Conveyer, que es el octavo barco mercante requisado hasta el momento.

Prepar¨¢ndose para un largo conflicto, como reconoci¨® Margaret Thatcher, el Reino Unido ha sacado de su prem¨¢turo retiro al buque de asalto, de 12.800 toneladas, Intrepid. Junto al Fearless, el destacamento brit¨¢nico, de diecis¨¦is buques de guerra. y doce auxiliares, contar¨¢ con dos grandes buques de asalto. Thatcher inform¨® que hombres y material est¨¢n siendo transportados por v¨ªa a¨¦rea a la isla de la Ascensi¨®n y que aviones Nimrod de reconocimiento patrullan el Atl¨¢ntico Sur.