Garc¨ªa Pintado publica un ensayo sobre las vanguardias art¨ªsticas
El cad¨¢ver del padre se titula el libro de Angel Garc¨ªa Pintado, publicado por la Editorial Akal, que fue presentado ayer en el Club Internacional de Prensa, de Madrid, con un debate en el que intervini¨¦ron el cr¨ªtico de arte Santiago Am¨®n, el pol¨ªtico trotskista Jaime Pastor y el cr¨ªtico teatral Mois¨¦s P¨¦rez Coterillo. El libro, que, seg¨²n su autor, es "una reivindicaci¨®n de las vanguardias, de esa tradici¨®n de ruptura que, seg¨²n Octavio Paz, existe ya en Occidente", repasa la historia del arte entendido como revolucionario y, especialmente, la aparici¨®n del realsocialismo y la consiguiente desaparici¨®n de las vanguardias revolucionarias en la URSS estalinista.En este sentido, la propuesta de Garc¨ªa Pintado parece ser la vuelta a un arte creativo, con sentido revolucionario, y contra el realismo acad¨¦mico, que en la ¨¦poca de Lenin era "el enemigo", y ahora lo sigue siendo. "El cad¨¢ver del padre", dice Angel Garc¨ªa Pintado, ,les un ensayo sobre las vanguardias que no pretende en absoluto ser desapasionado, aunque sea un libro riguroso que usa y relaciona datos hist¨®ricos fehacientes. Lo divido en dos partes: en la primera intento una redefinici¨®n de la vanguardia en nuestros d¨ªas, y abogo por una vuelta a las fuentes de las vanguardias cl¨¢sicas, no suficientemente explotadas".
Angel Garc¨ªa Pintado es, adem¨¢s de ensayista, dramaturgo. Precisamente a finales de este mes se estrena en el teatro Mar¨ªa Guerrero, del Centro Dram¨¢tico Nacional, su obra El taxidermista, dirigida por Jordi Mesalles e interpretada, en programaci¨®n paralela, por Nicol¨¢s Due?as, Mag¨¹i Mira y Juan Jos¨¦ Otegui. "Como soy un hombre de teatro", dice, "y el teatro tiene mucho de multidisciplinar, he hecho un intento de obra total: por eso se da un repaso a arquitectos, pintores, escultores, poetas y, sobre todo, dramaturgos. Repaso lo que fueron las vanguardias en Espa?a, es decir, el desierto cultural espa?ol en este sentido, con el par¨¦ntesis de la Rep¨²blica y el consiguiente exilio de los vanguardistas; pero no es muy espa?ol mi libro: es bastante afrancesado, en el sentido en que se fija en las pol¨¦micas entre las vanguardias, que tuvieron su escenario principal en Francia".
"En realidad", dice, "el libro se refiere siempre a la relaci¨®n entre el artista y el poder, que muchas veces es tambi¨¦n la del artista y los partidos pol¨ªticos, y especialmente con el partido comunista. En este sentido", sigue diciendo, Ia segunda parte del libro estudia el florecimiento y la posterior desaparici¨®n de la vanguardia en la Rusia de despu¨¦s de la revoluci¨®n. En realidad se conocen hechos aislados: por ejemplo, los suicidios de Esenin y de Maiakovski, la emigraci¨®n de muchos otros artistas a Europa y luego a Norteam¨¦rica
la aparici¨®n del realsocialismo con Stalin. Yo me resisto a creer que el realismo socialista se pudiera imponer simplemente por decreto. Y si antes hab¨ªa habido las peleas entre el Prolelkult -el grupo Cultura Proletaria- y los futuristas, el enemigo com¨²n era precisamente el realismo acad¨¦mico, que hab¨ªa florecido con el antiguo r¨¦gimen y que segu¨ªa muy bien organizado en grupos y capillas, sociedades y asociaciones".
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