"El papel de la Prensa escrita es interpretar"
Rossana Rossanda es una de las figuras intelectuales de la izquierda italiana. Codirectora del diario Il Manifesto, fundadora, junto con Lucio Magri, del Partido Unidad Proletaria, cabeza de la nueva izquierda de los primeros a?os setenta, y pensadora marxista mundialmente reconocida, tiene en su haber una particular caracter¨ªstica, que es su capacidad para no anclar su pensamiento en ¨¦pocas pasadas. Venida a Espa?a para dar una serie de conferencias organizadas por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, concedi¨® una entrevista en exclusiva para EL PA?S.
La izquierda -comienza su diagn¨®stico- est¨¢ en grandes dificultades, porque ya no puede movilizar a las masas con las viejas ideas y no posee ideas nuevas. Vivimos un per¨ªodo en el que est¨¢n erosion¨¢ndose las leas en las que la izquierda y el movimiento obrero se basaban. A ello habr¨ªa que a?adir la crisis el marxismo, sobre la que se podr¨ªan decir muchas cosas, pero o pienso que sobre todo la crisis est¨¢ en todas aquellas categor¨ªas que la izquierda y el movimiento obrero han tomado del Estado burgu¨¦s del siglo pasado. Me refiero muy concretamente a la concepci¨®n estatalista que considera el paso del capitalismo al socialismo casi como un simple cambio en la propiedad.
Crisis cultural profunda
Y con una cierta extra?eza, se refiere a Espa?a:-Creo que, a este respecto, la izquierda espa?ola mantiene una posici¨®n sobre la televisi¨®n que se basa en el monopolio estatal. En Francia, los cambios que se han producido desde la llegada al poder del partido socialista se basan en la misma concepci¨®n estatista. Y los l¨ªmites de una concepci¨®n semejante los podremos ver, si no se registra una participaci¨®n de las masas, bastante pronto. Una pol¨ªtica as¨ª tiene unas consecuencias muy negativas. Es preciso insistir en esta idea: no s¨®lo est¨¢ en crisis la ideolog¨ªa burguesa, sino su antagonista, la ideolog¨ªa del movimiento obrero. Y es que hay una crisis cultural profunda, semejante a la que precedi¨® a la Revoluci¨®n Francesa. Crisis econ¨®mica, crisis internacional, de transformaci¨®n tecnol¨®gica. Es un per¨ªodo en el cual el mismo concepto de las. masas, sobre el que se basaba la izquierda y el movimiento obrero, ha cambiado. Ya no se puede hablar de las masas pobres, de las gentes sin cultura, este concepto ha cambiado en los ¨²ltimos a?os. No se puede hablar de masas uniformes, sino de un conjunto de individualidades. Que, adem¨¢s, ya no se identifican con los partidos, con las organizaciones sindicales. Son individuos m¨¢s fuertes, menos resignados, menos integrables, cuyas necesidades son necesidades radicales, pero que a¨²n no tienen su propia cultura. Hay unas necesidades radicales, pero no hay una cultura alternativa. Ironiza Rossana Rossanda sobre su propio diario, Il Manifesto, al referirse a estas dificultades: "El diario lleva ya once a?os funcionando y tiene una cierta estabilidad, pero si hubiera que sacarlo ahora por primera vez, seguramente fracasar¨ªamos". Y se extiende algo m¨¢s sobre los problemas de la Prensa de la izquierda:
-La informaci¨®n ya no puede ser concebida s¨®lo como instrumento del poder, sino del modo de ser del Estado. Es interesante recordar a este respecto la teor¨ªa de los micropoderes de Foucault.
Con voz calmada y un suave gesto de las manos rechaza por vieja la teor¨ªa de la contrainformaci¨®n:
-La contrainformaci¨®n, tal como se concibi¨® los pasados a?os, no es m¨¢s que un complemento de la gran informaci¨®n, forma parte del sistema. Lo que se produce es una divisi¨®n del trabajo. Las emisoras peque?as que tanto han proliferado en Italia se encargaban de dar informaci¨®n de conflictos laborales o segu¨ªan de cerca un tipo de conflictos sociales, por ejemplo, que eran olvidados por los grandes medios de difusi¨®n, pero a cambio se resignaban a dejar las manos libres a ¨¦stos en el resto de los temas. Por eso, nosotros concebimos el diario Il Manifesto como un ¨®rgano de informaci¨®n pol¨ªtica, que abarcara todo el espectro informativo.
Huelga de zapateros
"Esto nos trajo algunos problemas. Por ejemplo, la primera vez que yo escrib¨ª un art¨ªculo sobre Ingrnar Bergman, se nos acus¨® de que hab¨ªa temas m¨¢s importantes para ese espacio, como una huelga de zapateros. Pero no podemos dejar a los grandes medios la exclusiva de tratar los grandes temas. As¨ª, yo pienso que es m¨¢s importante que alg¨²n peque?o conflicto escribir sobre la gran operaci¨®n pol¨ªtica que es la pel¨ªcula de Warren Beatty Reds. La raz¨®n se ha mostrado de nuestra parte. Hoy, de todas aquellas emisoras que cubr¨ªan las ondas con su contrainformaci¨®n no quedan m¨¢s que las delicadas a tratar todos los temas. Y nosotros seguimos funcionando, somos un grupo de presi¨®n importante. Lo que s¨ª pensamos es que ha cambiado el papel de la Prensa escrita. Los medios audiovisuales se adelantan en dar las noticias. La Prensa escrita tiene otro papel, que es el de proporcionar el punto de vista, la opini¨®n, ofrecer interpretaciones diversas. A partir de 1968, y sobre todo en Italia, se produjo un fen¨®meno de gran envergadura, la aparici¨®n de nuevos grupos pol¨ªticos que disent¨ªan de la izquierda tradicional en sus planteamientos, que pon¨ªan en cuesti¨®n en muchos casos lo,s pilares esenciales sobre los que se asentaba esta izquierda tradicional. A este gran movimiento pol¨ªtico, ideol¨®gico y cultural se le llam¨® la nueva izquierda. Rossana Rossanda no es muy optimista sobre su situaci¨®n actual:
Complicidad en el silencio
La sociedad hablaba cuando apareci¨® la nueva izquierda. Hoy estamos, en una situaci¨®n en la que las masas son silenciosas, excepto en Polonia. Y ya se han ocupado de aplastar un movimiento de tal envergadura, con la complicidad de las Canciller¨ªas occidentales. Porque la formaci¨®n de una clase obrera aut¨®noma es un problema com¨²n. Pero volviendo a la nueva izquierda, que fue desde mi punto de vista el movimiento m¨¢s potente de cambio en muchos a?os, su existencia qued¨® comprometida ad partir de la decisi¨®n del Partido Comunista Italiano de apoyar una pol¨ªtica de compromiso hist¨®rico, lo c.lue supon¨ªa, entre otras cosas, la aceptaci¨®n de la recuperaci¨®n de los beneficios empresariales, la compresi¨®n de los salarios, la aceptaci¨®n de la movilidad de la mano de obra. En ese momento, la nueva izquierda se quebr¨® entre la alter nativa fidel desencanto o de la radicalizaci¨®n hacia la violencia, que no es otra cosa sino una forma de afasia cultural. Violencia que tiene dos variantes: las posturas radicales de ilegalismo y la terrorista, apoyada esta ¨²ltima por el cruce de dos herencias, la cristiana y la estalinista. La nueva izquierda tampoco ten¨ªa las respuestas para dar una soluci¨®n a la crisis, pero ten¨ªa el impulso del cambio.
Terrorismo y democracia
El problema terrorista surge as¨ª en Italia. Y Rossana Rossanda opina que, sin una soluci¨®n al mismo, no hay posibilidad de asentar definitivamente la democracia. Pero observa tambi¨¦n una creciente tendencia igualmente amenazadora:-El problema de la unanimidad en la lucha contra el terrorismo es muy grave para la democracia. Porque no es posible combatir este fen¨®meno con instrumentos que van contra la propia democracia, tales como las leyes que permiten encarcelar durante largos per¨ªodos a presuntos terroristas sin que se les haya procesado. Son aut¨¦nticos monstruos legislativos. Adem¨¢s, hay una inmoralidad igualmente monstruosa, que es la modalidad del terrorismo arrepentido. Un brigadista que ha matado a diecisiete personas puede ver su pena reducida a tres a?os de c¨¢rcel si puede delatar a muchos de sus compa?eros. Un simple militante de base que no sepa nada de la organizaci¨®n se pasar¨¢, sin embargo, treinta af¨ªos en la c¨¢rcel por rebeli¨®n armada. Es un co mercio inmoral con la vida humana. Porque en Italia es muy simple tomar un arma, matar con ella, arrepentirse poco despu¨¦s y salir con una condena muy corta. Rossana Rossanda ha sorprendido a sus lectores con la publicaci¨®n de su ¨²ltimo libro, Las otras (Editorial Gedisa), donde, por primera vez, se muestra partidaria de las tesis feministas. Y habla de ello con una gran sinceridad:
-Yo he tenido una carrera de hombre, no comprend¨ªa la lucha de las mujeres. El conocimiento de las otras mujeres me ha llevado a ponerme en cuesti¨®n a m¨ª misma. Ha sido una experiencia no solamente intelectual, sino sobre todo emocional, porque el movimiento de las mujeres tiene una carga de sufrimiento que no tiene,ning¨²n preso. Mi acercamiento al mismo se debi¨® a un impulso pol¨ªtico, pero se convirti¨® en algo mucho m¨¢s fuerte, me puso en cuesti¨®n como mujer emancipada. Y termina con un tono resignado:
-Lo que pasa es que las grandes opciones de mi vida ya est¨¢n hechas...
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