Malvinas, no, gracias
La invasi¨®n de las islas Malvinas por parte de las Fuerzas Armadas argentinas ha puesto de relieve, una vez m¨¢s, los estragos pol¨ªticos que puede producir el nacionalismo. Una reivindicaci¨®n territorial que se arrastra desde el siglo pasado es usufructuada por la dictadura que rige Argentina. Para ello hace uso del ¨²nico lenguaje que ha demostrado conocer bien: la fuerza de las armas, y echa mano de la fuerte tradici¨®n populista para cohesionar y neutralizar la oposici¨®n pol¨ªtica, sindical y eclesi¨¢stica, por lo menos en sus aspectos m¨¢s mayoritarios, visibles y presentes en Argentina.Cayeron en la trampa
Estamos ante una jugada pol¨ªtica que podr¨ªa no haber tenido resultados en el plano de la demagogia. Sin embargo, no ha sido as¨ª. Habiendo treinta millones de argentinos debemos suponer que no todos han ca¨ªdo en la trampa o, en el caso de pol¨ªticos y sindicalistas, han actuado con un grado de oportunismo dif¨ªcil de comparar.
Los mismos se?ores que pocos d¨ªas antes denunciaban a la dictadura y convocaban manifestaciones de protesta, de pronto parecen responder al esl¨®gan de las Malvinas son argentinas que nos ense?aban en las escuelas, y penetran en la casa del Gobierno para dialogar sobre la "soberan¨ªa" y viajan con los altos mandos militares a ver la nueva tierra incorporada.
Un alto l¨ªder sindical, que hab¨ªa sido encarcelado en la manifestaci¨®n de pocos d¨ªas antes de la invasi¨®n, es interrogado por un periodista acerca de la raz¨®n que le lleva a las Malvinas. El sindicalista acaba de ser liberado e invitado a la excursi¨®n. "Los soldados argentinos que est¨¢n all¨ª son hijos de trabajadores", afirma, justific¨¢ndose. Como si los soldados que han perseguido, torturado y asesinado fueran otros, fueran hijos de terratenientes.
Todo se ha trastrocado. La amnesia sustituye a la conciencia. El nacionalismo m¨¢s folkl¨®rico, chovinista y racista est¨¢ ganando la partida.
Porque ahora resulta que los mismos militares que han entregado el pa¨ªs a las corporaciones multinacionales se presentan como ¨¢ngeles guardianes de la soberan¨ªa. Porque los mismos militares que han hecho desaparecer a 20.000 personas incorporan al recortado censo a 1.800 ingleses, que pasan a ser denominados "ciudadanos argentinos de habla inglesa". Porque, los misrnos que se han negado sistem¨¢ticamente a democratizar un ¨¢pice de la sociedad y el Estado ahora convocan a la oposici¨®n para practicar una ficci¨®n de democracia, un Gobierno de coalici¨®n de excursi¨®n y fotograf¨ªa.
Todo se ha confundido. Los organismos y personalidades argentinas -hasta donde conozco- que se pronuncian empiezan por decir que las Malvinas son argentinas y despu¨¦s se denuncia la maniobra de la dictadura.
Seguramente es cierto, que historia y geograf¨ªa pertenecen a ese pa¨ªs, pero quienes se autoproclaman dem¨®cratas deber¨ªan pasar el esl¨®gan escolar a segundo plano y hablar primero de la irresponsabilidad de una dictadura que ahora puede ahondar la miseria y muerte de Argentina provocando una guerra. Deber¨ªan pronunciarse contra la detenci¨®n en calidad de rehenes de hecho de los ciudadanos ingleses que est¨¢n en la isla -que tambi¨¦n son padres e hijos trabajadores, si seguimos el discurso dema "g¨®gico del mencionado sindicalista- en manos de esa dictadura que hace seis a?os no cesa de reprimir. Habr¨ªa tambi¨¦n que dejar de lado la necedad de confundir los ciudadanos con los Gobiernos
Varios amigos espa?oles me han felicitado en estos d¨ªas, como si yo hubiese estado en esa siniestra expedici¨®n de miles contra setenta marines, como si hubiese estado gritando af¨®nico en la plaza de Mayo. Pero no. Malvinas, no gracias. Las tomaron los conquistadores de Argentina.
La confusi¨®n parece no tener l¨ªmites. Muchas personas y alguna Prensa espa?ola no cesa de hacer directas e indirectas comparaciones, que en el fondo esconden que si los argentinos en las Malvinas., por qu¨¦ no los espa?oles en Gibraltar. Cuando en realidad la similitud mayor es que, si Gibraltar, pasa a manos espa?olas, ser¨¢ una base m¨¢s de la OTAN bajo hegemon¨ªa estadounidense, y que si el Reino Unido no recupera sus Falkland terminar¨¢ Estados Unidos apoder¨¢ndose del petr¨®leo que las circunda y estableciendo una base naval para sus portaviones all¨ª, mientras, ondear¨¢n muchas banderitas argentinas.
Expolio brit¨¢nico
Sin ninguna duda, el Reino Unido ha sido una potencia colonial que nunca regal¨® nada y expoli¨® todo lo posible. Y comprendo que a muchos nos cause cierto regusto que la se?ora Thatcher pierda las pr¨®ximas elecc¨ªones -m¨¢s no por colonialista, en primer lugar, sino por fomentar el paro y la miseria en su pa¨ªs-, pero puesto a elegir de qui¨¦n me burlo en un art¨ªculo, entre ella y Galtieri, no la elegir¨ªa, como hizo Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en Con las Malvinas o sin ellas (EL PAIS, 14 de abril).
Con miles de argentinos aplaudiendo al dictador de turno, con la oposici¨®n como c¨®mplice, con el Gobierno ingl¨¦s herido en su orgullo nacional, con Alexander Haig mediando como un Papa (el mismo se?or que se niega a negociar en Centroam¨¦rica), la crisis de las Malvinas puede terminar en una guerra m¨¢s o menos grande; algo que tambi¨¦n ser¨¢ responsabilidad de esta dictadura que, para algunos, por fin ha hecho algo bien.
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