Vitalidad del balde
Quisiera manifestar mi profundo desacuerdo con la opini¨®n del se?or Barrenechea acerca de la vitalidad del bable, expuesta en su art¨ªculo Fronteras e islas ling¨¹¨ªsticas en la Espa?a de hoy, publicado en EL PAIS del 7 de abril.En mi opini¨®n, la real¨ªdad ling¨¹¨ªstica de Asturias hoy se parece muy poco a la descrita por el se?or Barrenechea.
En primer lugar, los datos que nos aporta Asturias, primera encuesta regional, ¨²nico trabajo de campo existente por ahora sobre esta cuesti¨®n, y fechado en el a?o 1979, nos muestra la existencia de una lengua que, aunque minoritaria, conserva vitalidad y tradici¨®n m¨¢s o menos, seg¨²n las zonas, edad de los habitantes, etc¨¦tera. Veamos algunos datos significativos: entienden bable con mayor o menor dificultad el 55% de los asturianos y asturianas; lo leen el 47%; lo hablan el 38%; lo escriben el 24,2%... De entre los asturianos de nacimiento entienden bable con soltura el 19,2% y con dificultad el 42,1%.
En segundo lugar, afirmar, como lo hace el se?or Barrenechea, que el bable es poco m¨¢s que una reliquia hist¨®rica, no por desafortunado resulta original, pues hace ya mucho tiempo que la intelectualidad castellanista -que no castellana- ha dispuesto las honras f¨²nebres de las lenguas minoritarias; hoy pasa por m¨¢s democr¨¢tico el conservarlas en urnas, museos, etc¨¦tera.
Pero, a pesar de los malos ag¨¹eros y de la pertinaz marginaci¨®n a que le someten las instituciones pol¨ªticas, culturales, etc¨¦tera, el bable est¨¢ conociendo cada vez mayor vitalidad. Dejemos, pues, las rosas funerarias en los mausoleos del imperio./
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