Sue?os de arte en torno a la feria de Sevilla, que empieza esta tarde
Durante 10 d¨ªas, la Maestranza ser¨¢ escenario de 13 corridas, para las que hay enorme expectaci¨®n
Les llaman los curritos, pero tambi¨¦n los curritistas y los curristas. Llevan un ramito de romero en la solapa y muchos tambi¨¦n de romero las manos llenas, que ofrendar¨¢n a su torero, si se deja. Su torero es Curro -s¨®lo hay un Curro en la Sevilla taurina-, ¨ªdolo de la Maestranza, capricho del Baratillo. Otros son los paulistas, gitanos en su mayor¨ªa y vienen de Jerez, pero el titular de la causa tambi¨¦n congrega madrile?os e inspira a la intelectualidad. Los aficionados serios, puristas, de afisi¨®n masis¨¢ y conocimiento de la lidia, se inclinan por Manolo V¨¢zquez, y ya fueron de su hermano Pepe Luis, el maestro de San Bernardo, gloria del toreo. Todos van sumidos en suef¨ªos de arte.
Los ves dirigirse a la plaza vociferantes, ocurrentes, presurosos y arracimados, y se dir¨ªa que no andan; por lo menos sus pies no tocan el suelo. Flotan en la nube de fantas¨ªa que les envuelve. No importa c¨®mo sea despu¨¦s la corrida. La corrida la tienen so?ada, y en ella el Curro de los curristas es una majestad; el Paula de los paulistas, un embrujo; el Manolito V¨¢zquez de los aficionados, un, aroma de torer¨ªa. Cuando llegue el momento de cada uno, la realidad de la lidia coincidir¨¢ o no con el sue?o, pero ese s¨®lo es problema, de la propia lidia, de los duendes, del fario.Este a?o, sin embargo, otro diestro de veteran¨ªa y cartel, Anto?ete, que viene de Despe?aperros p'arriba, prolonga la trilog¨ªa de toreros con personalidad y leyenda, y si consigue cuajar las faenas que sol¨ªa la temporada anterior, puede conmover los cimientos del Baratillo. Es principalmente diestro para aficionados, y por eso en Sevilla competir¨¢ con los de su clase., Entend¨¢monos: aqu¨ª Curro y Paula son un lujo, un s¨ªmbolo, una met¨¢fora, a veces una pirueta mental, mientras los restantes toreros son el escalaf¨®n. Naturalmente, en el escalaf¨®n cada cual tiene su categor¨ªa, y Manolo V¨¢zquez, Anto?ete, tal vez Paquirri tambi¨¦n, con alguno m¨¢s, gozan de puestos cimeros. A Curro y Paula no les puede dar un ba?o nadie, salvo los mismos Paula y Curro. Como si pertenecieran a un ¨²nico e inaccesible sat¨¦lite del planeta de los toros.
Una de las mejores ferias
La feria de Sevilla 1982 es una de las mejor planteadas de los ¨²ltimos a?os, y de ah¨ª que haya producido una expectaci¨®n inusitada. Cada d¨ªa habr¨¢ un llenazo. Porque la mayor parte de los carteles se ha confeccionado seg¨²n lo que la afici¨®n sevillana quiere y los nuevos rumbos de la fiesta marcan. Ganader¨ªas aparte, pues, salvo en el tramo final de la feria, todas son de las llamadas "comerciales", producto c¨®modo en teor¨ªa, que de facilidades. El p¨²blico est¨¢ por el toreo en l¨ªnea de ortodoxia y clasicismo, y si adem¨¢s le acompa?a el arte, se siente colmado. La corrida de hoy, que abre el ciclo ferial, es verdaderamente para colmar y hasta para desvariar si los espadas tienen su tarde, lo cual no es f¨¢cil, porque son como son (sus incondicionales se contentar¨ªan con algo de pellizco o un minutito grasioso). Ah¨ª queda eso: Manolo V¨¢zquez, Anto?ete y Curro Romero, en el albero de la Maestranza. Los toros son de Socorro S¨¢nchez Dalp. Toda la Espa?a taurina que pueda caber en las apretadas gradas del coso estar¨¢ all¨ª.Carteles de tal corte se repiten a lo largo del abono. El lunes entra ese Paulita cuyo arte no-se-pu¨¦aguant¨¢; entra tambi¨¦n Pepe Luis V¨¢zquez, el cual atesora una calidad torera que a¨²n no ha logrado liberar, y repite Curro. Es otra corrida de locura, para la enso?aci¨®n aquella de que la Giralda se pone de puntillas -como dec¨ªan que ocurr¨ªa cuar¨ªdo toreaba Pepe Luis, el padre- o para amontonar toda la existencia de almohadillas en el port¨®n de salida. Los toros ser¨¢n de Boh¨®rquez, en sustituci¨®n de los anunciados N¨²?ez, que est¨¢n inhabilitados por "afeitado". A partir del martes repiten. aquellos toreros y vienen los Paquirri, que siempre lo da todo en la Maestranza, donde se le quiere y admira; Tom¨¢s Campuzano, que d¨ªa a d¨ªa se va ganando un puesto junto a las figuras; Emilio Mu?oz, torero de casta; Espartaco, una interesante promesa; Manzanares, de cuya veteran¨ªa cabe esperar que sepa salir del largo y hondo bache en que se encuentra.
Y a partir del viernes 30, toros a todas horas, ma?ana y tarde. Los Pablo Romero, ese viernes, y antes, el festejo del d¨ªa 18, que se aplaz¨® por lluvia; el s¨¢bado, novillada matinal para ver a Curro Dur¨¢n, que ya tiene seguidores, y por la tarde, nueva corrida del arte, con Manolo V¨¢zquez, Curro y Mu?oz; el domingo, rejoneadores a mediod¨ªa y los Miura despu¨¦s. El lunes se cierra la feria, con la esperanza de que pueda reaparecer El Macareno, que es uno de los mejores art¨ªfices de la escuela sevillana; y ?qu¨¦ pena!, porque Sevilla hace doce a?os que no lo ve. Ser¨¢ el 132 festejo en s¨®lo diez d¨ªas; atrac¨®n indigerible, o golosina, seg¨²n los duendes y el fario.
Pero para curristas, paulistas y puristas importar¨¢ poco, porque ya so?aron torrentes de arte, y que les quiten aquel placer. Sin ir m¨¢s lejos, hoy han entrado en el nirvana.
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