Las islas Malvinas son argentinas
Los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea han manifestado su solidaridad con el Reino Unido frente a la crisis, que culmin¨® con la recuperaci¨®n de las islas Malvinas por la Rep¨²blica Argentina y la reintegraci¨®n a su patrimonio territorial.En ese mismo contexto, varios de dichos pa¨ªses han adoptado una serie de medidas de retorsi¨®n econ¨®mica y militar que afectan seriamente las relaciones comerciales con nuestro pa¨ªs.
Ante estos hechos, a los cuales se suma una campa?a de Prensa que tiende a confundir a la opini¨®n p¨²blica y a distorsionar la verdadera naturaleza del conflicto que opone desde hace 150 a?os a Argentina e Inglaterra, nosotros deseamos, como ciudadanos argentinos y militantes peronistas, expresar nuestra posici¨®n que -creemos refleja desapasionadamente los sentimientos mayoritarios del pueblo argentino, hasta ahora prolijamente omitidos o manipulados por la Prensa europea.
En el aspecto formal se presenta al Reino Unido como la v¨ªctima inocente de una agresi¨®n insensata, carente de toda justificaci¨®n jur¨ªdica y violadora de las normas que rigen la convivencia entre los Estados.
Se deja de lado o se minimiza el hecho que en 1833 la Rep¨²blica Argentina, asistida de todos los derechos hist¨®ricos y geogr¨¢ficos, fue despojada violentamente de una parte de su territorio nacional en una operaci¨®n que, como tantas otras, contribu¨ªa a cimentar la grandeza de uno de los imperios de la ¨¦poca.
Esa verdadera agresi¨®n, no por alejada en el tiempo aparece hoy como menos injusta o menos vigente; sobre todo si se tiene en cuenta que la devoluci¨®n de los territorios usurpados ser¨ªa objeto de 150 a?os de esfuerzos diplom¨¢ticos infructuosos. Los ¨²ltimos quince a?os de negociaciones directas bilaterales s¨®lo servieron para poner en evidencia que, aun sin imperio, la mentalidad colonial sigue intacta en los gobernantes brit¨¢nicos.
Pareciera ser, si nos guiamos por las posiciones adoptadas por los pa¨ªses de la CEE, que el concepto de soberan¨ªa es m¨¢s o menos aplicable de acuerdo a la importancia y el desarrollo de los Estados que lo sustentan.
Pero lo que m¨¢s nos duele es el retorno a la vieja soberbia paternalista en el lenguaje de algunos cotidianos, que, como Le Monde, califican la explosi¨®n de j¨²bilo del pueblo argentino ante la recuperaci¨®n de las islas como una expresi¨®n de emotividad hipernacionalista, fuera de lugar en un pa¨ªs que no constituye todav¨ªa una verdadera naci¨®n.
Esta actitud, as¨ª como muchas otras del mismo tipo, demuestran hasta qu¨¦ punto sigue vigente la incomprensi¨®n de las aspiraciones leg¨ªtimas de los pueblos del Tercer Mundo, a pesar de que una serie de hechos protagonizados precisamente por el Estado franc¨¦s permit¨ªan albergar esperanzas fundadas en un replanteamiento m¨¢s igualitario de las relaciones pol¨ªtico-econ¨®micas Norte-Sur.
Las razones del nacionalismo
Todav¨ªa no se alcanza a comprender que en nuestros pa¨ªses el nacionalismo constituye un atributo indispensable para concretar la conquista irrenunciable de la liberaci¨®n nacional.
En Argentina, en particular, el Movimiento Peronista, expresi¨®n pol¨ªtica del movimiento obrero organizado y de las amplias mayor¨ªas nacionales, no es otra cosa que la aplicaci¨®n doctrinaria del nacionalismo popular.
Si nuestro pueblo sufre desde 1976 una aut¨¦ntica calamidad nacional, representada por una dictadura olig¨¢rquica y sanguinaria, sufre tambi¨¦n, desde su surgimiento mismo como naci¨®n, todas las formas de colonialismo y neocolonialismo pol¨ªtico y econ¨®mico, que drenan cr¨®nicamente sus recursos naturales y humanos y ahogan su desarrollo.
La presencia brit¨¢nica en las Malvinas, por aberrante y retr¨®grada, constituye una de sus manifestaciones m¨¢s irritante.
Por ello, la lucha consecuente que lleva adelante el pueblo argentino por la liquidaci¨®n de la dictadura militar y la recuperaci¨®n de las instituciones democr¨¢ticas se inscribe en la lucha m¨¢s amplia contra la dependencia en todas sus formas.
Porque, para nosotros, la democracia no ser¨¢ nunca un sistema pol¨ªtico formal, sino un instrumento de liberaci¨®n.
Por ello tambi¨¦n, lo que la Prensa europea considera como una actitud contradictoria y oportunista de las fuerzas de oposici¨®n argentinas en su adhesi¨®n entusiasta a la recuperaci¨®n de las islas es, por el contrario, una manifestaci¨®n de sabidur¨ªa y madurez pol¨ªtica que sabe diferenciar los intereses permanentes de la naci¨®n de los ejes que motivan las aspiraciones y las luchas de su pueblo en un per¨ªodo concreto de su historia.
As¨ª, la movilizaci¨®n masiva antidictatorial encabezada por la Confederaci¨®n General del Trabajo del 30 de marzo y la declaraci¨®n, por parte de dicha organizaci¨®n, del d¨ªa 2 de abril como de fiesta nacional, son dos hechos que se encuadran dentro del mismo contexto y que dan su verdadera dimensi¨®n antiimperialista a las reivindicaciones econ¨®micas y, pol¨ªticas expresadas por el pueblo argentino.
Por ello, los argentinos no transigimos ni transigiremos con la dictadura.
Su aislamiento social y el agotamiento de su proyecto alcanza un l¨ªmite de irreversibilidad absoluta m¨¢s all¨¢ de cualquier maniobra destinada a legitimar y a frenar su estrepitoso fracaso.
Por todas estas razones:
- Exigimos el cese inmediato de toda amenaza militar del Reino Unido y el retorno inmediato de su marina de guerra a sus bases naturales. Asimismo exigimos la resoluci¨®n del conflicto y de todos sus aspectos colaterales, sobre la base de negociaciones pac¨ªficas que partan del reconocimiento de la soberan¨ªa argentina sobre el archipi¨¦lago.
- Solicitamos a los pa¨ªses de la CEE una revisi¨®n integral de su pol¨ªtica de adhesi¨®n incondicional al Reino Unido y el levantamiento de las sanciones adoptadas contra Argentina. Dicha adhesi¨®n, que reposa sobre las alianzas econ¨®micas y militares de los Estados miembros, no resiste el m¨¢s m¨ªnimo enfoque objetivo sobre la cuesti¨®n y deteriora seriamente las excelentes perspectivas de cooperaci¨®n y complementaci¨®n entre los pueblos de Europa occidental y el pueblo argentino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.