Los defensores de Milans justifican la sublevaci¨®n del 23 de febrero

El coronel Escandell, defensor de Milans, y los codefensores de este ¨²ltimo y del coronel Iba?ez Ingl¨¦s, -generales Manuel Cabeza Calahorra y Fernando De Santiago- convirtieron la primera sesi¨®n del juicio del 23-F dedicada a la lectura de las conclusiones de la defensa, en un intento de justificaci¨®n de la rebeli¨®n militar en base a una exposici¨®n catastrofista de la democracia espa?ola en las fechas previas a la intentona.

El panorama apocal¨ªptico descrito por el defensor y los dos codefensores se sintetiza en los siguientes t¨¦rminos: un terrorismo creciente y vergonzosamente tolerado por la clase pol¨ªtica, una Espa?a en guerra con ETA, la patria en riesgo de desintegraci¨®n, el desprecio a las instituciones militares, el Rey ultrajado en Guernica, la bandera nacional injuriada y vilipendiada sin la debida respuesta de la autoridad y una l¨ªnea pol¨ªtica imprudente e irresponsable del Gobierno. "Los militares ten¨ªan que reaccionar ante estas circunstancias que Espa?a viv¨ªa en febrero de 1981", dijo en un momento el general Cabeza, codefensor de Milans.Salvador Escandell, al referirse a la calificaci¨®n de rebeli¨®n militar dada por el fiscal a los hechos del 23-F, dijo que este delito tiene car¨¢cter pol¨ªtico, que no es deshonroso y que, por el contrario, quienes lo cometen, suelen adquirir la aureola de h¨¦roes si los m¨®viles son altruistas. "Adem¨¢s", a?adi¨®, "es l¨ªcito cometer acciones contra el poder civil, cuando este manda cosas contrarias a la ley divina o cuando los gobernantes ejercen tiran¨ªa contra sus subditos, o cuando son in¨²tiles en la lucha contra el terrorismo".

Fue precisamente en la existencia de una ofensiva de grupos terroristas, que considera que estaban en guerra con Espa?a, en la que el general De Santiago encontr¨® la excusa para la intervencion del ejercito, que en su opini¨®n habr¨ªa actuado de acuerdo con el papel que les confiere el art¨ªculo octavo de la Constituci¨®n y, precisamente, para preservarla de los "enemigos internos". El ejercito, en su opini¨®n, habr¨ªa logrado lo que un gobierno y unos partidos "incapaces de aceptar el reto del terrorismo" no hab¨ªan conseguido.

"Para defender del crimen a la comunidad nacional", dir¨ªa el mismo general, "estos hombres creyeron esencial controlar y modificar los elementos y circunstancias que pudieron considerar d¨¦biles frente al terrorismo".

P¨¢ginas 13 a 15