Sublime decisi¨®n

Todos los seleccionadores recurren a sus cl¨¢sicos a la hora de la verdad. Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa no ha podido resistirse a la tentaci¨®n de llamar de nuevo a Juanito. Tras el merecido ostracismo al que le someti¨®, tras la gira del pasado verano, cuenta con ¨¦l para el Mundial. Santamar¨ªa ha tenido que escoger entre la opini¨®n de cierto sector de la Prensa, partidaria del retorno del pol¨¦mico jugador, y la propia opini¨®n de los seleccionados.Juanito es un hombre muy peculiar. Probablemente es excesivamente sincero y de una gran personalidad, pero sus reacciones son dif¨ªciles de digerir. Es un error sostener la teor¨ªa de que tiene mal ambiente en la selecci¨®n, por los roces que tuvo, hace dos temporadas, con los jugadores de la Real Sociedad. Entre otras razones, porque Arconada no es rencoroso y nunca ha dejado de dirigirle la palabra. Juanito no goza del aprecio personal de varios internacionales por otras, muchas cuestiones. Sobre todo, por los comentarios que hizo en la controvertida gira por tierras americanas.

Juanito, como extremo derecha, ha sido el mejor durante mucho tiempo, pero los excesivos elogios que recibi¨® le hicieron creerse un divo y, en lugar de limitarse a desarrollar todo su magn¨ªfico f¨²tbol por la banda derecha, quiso llevar la batuta. Santamar¨ªa ha debido hablar con los seleccionados de mayor entidad para decidirse a repescar a Juanito. Hubiera sido un error no hacerlo porque un campeonato del mundo no se puede jugar con un equipo dividido. Las historias de La Martona no deben repetirse en El Saler.