15 a?os de lucha en la tierra del minifundio
Los campesinos gallegos, contra la cuota empresarial de la Seguridad Social agraria
Quince a?os hace que iniciaron los campesinos gallegos su oposici¨®n al pago de la cuota, empresarial de la Seguridad Social agraria, por considerarlo un impuesto abusivo, injusto y sin prestaci¨®n alguna para ellos. Lo que en un principio fueron t¨ªmidas oposiciones al pago, acalladas por la pol¨ªtica espa?ola de la d¨¦cada de los sesenta, se ha convertido, con el paso del tiempo, en una oposici¨®n general no s¨®lo por los agricultores, sino tambi¨¦n por una importante parte de la sociedad gallega que la apoya.
El propio Gobierno ha reconocido la necesidad de cambiar el sistema de cotizaci¨®n, que es tanto como reconocer su eliminaci¨®n, en un real decreto del 4 de mayo de 1979, y el Tribunal Supremo sentenci¨®, en varias ocasiones, a favor de quienes pod¨ªan quedar exentos de cotizar la cuota empresarial por no emplear a trabajadores ajenos a la explotaci¨®n.La oposici¨®n al pago de esta cuota, que se inicia en Orense y Lugo en 1967, comienza a tomar fuerza entre los a?os 1974 y 1976, para generalizarse en conflicto un a?o m¨¢s tarde con la incorporaci¨®n del sindicato nacionalista del campo Comisi¨®s Labregas (CCLL), que ha dirigido la pr¨¢ctica totalidad de sus actividades a este tema.
Las acciones hasta entonces resultaban aisladas, como fu¨¦ el caso de Dorinda Rodr¨ªguez Facal, vecina del municipio coru?¨¦s de Carballo, quien ya en 1970 se neg¨® p¨²blicamente a pagar dicha cuota, lo que le vali¨® el reconocimiento de sus vecinos, sirviendo de ejemplo su acci¨®n a algunas localidades pr¨®ximas, como la villa lucense de Tricastela donde tambi¨¦n se negaron al pago.
El 26 de noviembre de 1977 se celebra en Lugo una asamblea a la que asisten m¨¢s de 25.000 agricultores, cifra que no lleg¨® a reunir en la capital lucense ning¨²n l¨ªder pol¨ªtico, aun en plena campa?a electoral. Es en esta asamblea cuando se decide sacar los tractores a las carreteras, inici¨¢ndose de forma seria y contundente el conflicto que se poolonga hasta hoy.
Las acciones de protesta y las medidas de presi¨®n realizadas han sido muchas e importantes. Desde concentraciones a manifestaciones, pasando por encierros en organismos oficiales y la cancelaci¨®n de cuentas en entidades bancarias y de ahorro. Todo ello tuvo como respuesta otra serie de acciones que van desde el impago de subsidios o becas hasta la retirada de cr¨¦ditos y el intento de bloquear las cuentas en los bancos de aquellos agricultores que no satisfacen el importe de las cuotas.
Cuesti¨®n de dignidad
La negativa de los agricultores a pagar es cada vez m¨¢s firme. Y en opini¨®n de los responsables de la campa?a se debe, adem¨¢s de considerarlo un impuesto injusto, a la crisis econ¨®mica que afecta al campo gallego, a que desde 1955, la renta agraria pr¨¢cticamente no vari¨® en Galicia, y a la falta de medios para hacer frente al pago, en ocasiones, aunque la cuota media anual sea de unas 15.000 pesetas por explotaci¨®n. La facilidad que otorga, en principio, el no desprenderse del dinero y, sobre todo el que no pagar se ha convertido ya en una cuesti¨®n de dignidad.
El rechazo es tal que en Lugo, la provincia en la que se centra el conflicto, se estima, a¨²n en ausencia de cifras oficiales, que falta por recaudar algo menos del 50% del total del importe de este impuesto, aunque no faltan quienes por temor a ver embargados sus bienes hayan hecho efectivo el importe estando en su contra. Este es el caso de un agricultor del municipio de P¨¢ramo (Lugo), que, tras serle marcadas dos vacas para su embargo, su mujer satisfizo la cantidad exigida a espaldas del marido.
Pero, por lo general, la oposici¨®n es fuerte y los campesinos esgrimen motivos contundentes para mostrar su negativa al pago. El trabajador del campo en Galicia no puede ser considerado como un empresario, dicen, entre otras razones, porque el r¨¦gimen de trabajo es de tipo familiar, al ser todos o casi todos los miembros de la familia los que trabajan en su explotaci¨®n.
Trabajadores, no empresarios
A esto hay que a?adir el hecho, reiteradamente puesto de manifiesto por los representantes de estos agricultores, de que la t¨ªpica explotaci¨®n familiar gallega no puede ser cient¨ªficamente valorada y denominada como una empresa, tal y como hoy se entiende, al ser un 97% del total de la poblaci¨®n activa agraria propietarios y trabajadores de sus tierras a la vez.
Por otra parte, la disconformidad viene dada tambi¨¦n por la forma de establecer la cuota, bas¨¢ndose en el catastro, que, realizado en 1959, arrastra innumerables errores por el modo en que se fij¨®. Las valoraciones se obtuvieron multiplicando el salario de una jornada te¨®rica por el n¨²mero que se le asigna a cada explotaci¨®n, teniendo en cuenta adem¨¢s los productos que se recogen, los tipos de cultivo y la existencia o no de ganado.
Y no s¨®lo esto. Se dan casos tan curiosos como los que tienen controladas para el pago tierras que se encuentran, desde hace a?os, inundadas por las aguas de los embalses de Portomar¨ªn y Portodemouros. En repetidas ocasiones el sindicato CC LL ha recurrido ante los organismos competentes, a la vez que el tema era tratado por la pr¨¢ctica totalidad de los ayuntamientos, pronunci¨¢ndose algunos en su contra. Pero las dificultades surgen, seg¨²n un portavoz del sindicato, porque todas las competencias est¨¢n repartidas. Ahora mismo, el Ministerio de Trabajo es el que recibe el importe de las cuotas, pero la recaudaci¨®n la realiza Hacienda, quien, a su vez, tiene cedido el servicio recaudatorio a las diputaciones provinciales.
Con todo ello, las peticiones de negociaci¨®n no obtienen respuesta, aunque en ocasiones vayan apoyadas por las firmas de 2.500 campesinos, quienes a diario se enfrentan con el dilema de pagar la cuota o resistir a¨²n a costa de ver como se intenta embargar sus tractores o sus fincas.
El violento enfrentamiento ocurrido el jueves en Lugo entre polic¨ªas y campesinos, con un balance de setenta contusionados, diez de ellos heridos de importancia, y veintitr¨¦s detenidos, ha servido para excitar notablemente los ¨¢nimos y hacer reflexionar a los convocantes de actos similares sobre la conveniencia de llevar a cabo nuevas acciones. Ellos mismos reconocen que "hay una gran excitaci¨®n y no sabemos si podr¨ªamos controlar la situaci¨®n".
La ¨²nica soluci¨®n est¨¢, seg¨²n estas fuentes, en la inmediata retirada de esta cuota empresarial que no va con el campesino gallego.
Mientras se espera dentro de un ambiente de tensa calma el anuncio de nuevas subastas por embargo. La primera de ellas se prodcir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 12.
Los detenidos, en libertad
En la noche del viernes quedaron en libertad, tras haber prestado declaraci¨®n, los detenidos en los enfrentamientos ocurridos el jueves en Lugo.
Cuatro de ellos, responsables del sindicato CC LL, tuvieron que depositar una fianza de 50.000 pesetas cada uno. Entre los que quedaron en libertad sin fianza se encuentra el propietario de la finca objeto de subasta, que origin¨® la concentraci¨®n y m¨¢s tarde los incidentes, cuyo hijo pag¨® la deuda antes de que fuese embargada definitivamente.
Por otra parte, hay que se?alar que los diputados en el Parlamento de Galicia, Camilo Nogueira (Esquerda Galega) y Anxel Guerreiro (PCG), han presentado sendas preguntas a la Xunta de Galicia sobre la cuota empresarial y su supresi¨®n. Ayer continuaban ingresados dos de los heridos en los enfrentamientos: Gin¨¦s Conde, de 52 a?os, con lesiones en una mano, y Jos¨¦ Mar¨ªa Muina.
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