"Existe un fascismo cotidiano que se ejerce contra la mujer
El pasado 8 de marzo se anunciaron en Francia diecisiete medidas a tomar en un futuro pr¨®ximo para "hacer respetar los derechos de las mujeres en la sociedad, eliminar toda discriminaci¨®n y acrecentar las garant¨ªas de igualdad en los aspectos econ¨®mico, social y cultural", que, seg¨²n el correspondiente decreto (30 de septiembre de 1981), son las atribuciones del ministerio de los Derechos de la Mujer. Entre las m¨¢s significativas est¨¢n las siguientes: reembolso por la Seguridad Social de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, acogida especial en comisariados y hospitales de las mujeres v¨ªctimas de violencia, igualdad fiscal, desaparici¨®n del t¨¦rmino cabeza de familia, proyecto de ley sobre la igualdad de sexos en el trabajo, proyecto de ley antisexista, cursos experimentales. de formaci¨®n profesional y promoci¨®n de las mujeres en el terreno pol¨ªtico. La responsable de que este amplio programa se lleve a la pr¨¢ctica es una mujer, la se?ora Yvette Roudy, que recuerda haber conocido, "ya desde mi adolescencia, el racismo y el sexismo".
Nacida en la Gironda, hija de obrero y dactil¨®grafa, Yvette Roudy estudi¨® a los diecis¨¦is a?os el bachillerato por correspondencia y m¨¢s tarde el ingl¨¦s en su estancia en el Reino Unido, acompa?ada por su marido. Traductora de The feminine mystique, entr¨® en el Movimiento Democr¨¢tico Femenino, presidido por Colette Audry y Marie-Th¨¦rese Eyquen, del que fue nombrada secretaria nacional. En 1965 realiz¨® la campa?a presidencial en favor de Fran?ois Mitterrand. Encargada del sector nacional de formaci¨®n, form¨® parte del comit¨¦ director en 1973.Nombrada secretaria nacional de la Acci¨®n Femenina en 1977, fue elegida ese mismo a?o miembro del Parlamento Europeo, donde cre¨® una comisi¨®n de los derechos de la mujer, de la que fue presidenta, obteniendo por votaci¨®n la condena de la pena de la m, uerte.
Periodista (entre 1964 y 1967 fue redactora jefa de La Mujer del Siglo XX), public¨® en 1975 un libro militante, La femme, en marge. El 23 de mayo de 1981 fue nombrada ministra de los Derechos de la Mujer.
Socialista, "puesto que no pueden disociarse feminismo y socialismo", la se?ora Roudy, al frente de un ministerio que dispone de un presupuesto equivalente al 0,025% del nacional, ha demostrado ya una decidida voluntad de que las reformas proyectadas sean pronto una realidad. Como prioridad, informar a las mujeres, "a quienes se les ha hablado mucho de sus deberes y poco de sus derechos", adem¨¢s de efectuar un trabajo en profundidad para cambiar las mentalidades, pues, como dice con frecuencia, parafraseando a Einstein, "es m¨¢s f¨¢cil desintegrar el ¨¢tomo que un prejuicio". Hablando con la se?ora Roudy se tiene la sensaci¨®n de que quiz¨¢ es la ¨²nica personalidad pol¨ªtica que se sentir¨¢ muy feliz el d¨ªa en que se quede sin trabajo. Esto significar¨¢ que su ministerio ya no es necesario.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que falta o falla en nuestras llamadas sociedades democr¨¢ticas para que sea necesario un Ministerio de los Derechos de la Mujer?
Respuesta. Falta justicia. Falta sensibilidad hacia las injusticias, las desigualdades, el valor indispensable para reducirlas y, sobre todo, el coraje para reconocer que existen. Durante siglos se ha considerado que la naturaleza de la mujer era tradicional y conservadora; por tanto, era tambi¨¦n natural que viviera. al margen de la sociedad, y si trabajaba, que lo hiciera como una ayuda. Siempre se ha cre¨ªdo que era normal el que se ocupara de tareas subalternas. Alguien las tiene que hacer, cierto; pero ?por qu¨¦ siempre las mujeres? Lo justo es que se compartan. Entonces, falta todo esto, es decir, cierta lucidez, respeto por el ser humano como tal y una decidida voluntad pol¨ªtica de reducir las desigualdades. Mientras la humanidad siga condicionada por el orden antiguo, que es el de la jungla, donde el m¨¢s fuerte aplasta al m¨¢s d¨¦bil, har¨¢ falta un ministerio como ¨¦ste.
P. La pol¨ªtica de su ministerio insiste mucho en el trabajo femenino, donde las desigualdades son m¨¢s flagrantes. ?Puede hablarnos de su proyecto de ley contra la discriminaci¨®n sexista en este campo?
R. El Mercado Com¨²n, y esto les interesa tambi¨¦n a ustedes, puesto que Espa?a se prepara para entrar en ¨¦l, tiene reglas, leyes comunitarias que, una vez adoptadas por los diversos pa¨ªses, deben ser aplicadas. Hace varios a?os sali¨® una sobre la igualdad de posibilidades en el empleo, promoci¨®n, etc¨¦tera. Francia est¨¢ ya retrasada con respecto a ella y tenemos que ponernos en regla. Mi proyecto de ley, adaptado a nuestro pa¨ªs, tendr¨¢ como innovaci¨®n el que prever¨¢ realmente los instrumentos necesarios para que se aplique bien.
P. En Francia, el 60% de los parados son paradas, aunque las mujeres son s¨®lo el 40%. de la poblaci¨®n activa. ?Cu¨¢l es su programa para cambiar esta situaci¨®n?
R. Esencialmente, la multiplicaci¨®n de cursos de formaci¨®n al alcance del mayor n¨²mero posible. Con un esfuerzo enorme para mejorar las cualificacionesy no s¨®lo mejor¨¢ndolas, diversific¨¢ndolas, rompiendo el esquema de trabajos t¨ªpicamente femeninos, se podr¨¢ luchar efectivamente contra el paro.
La poblaci¨®n m¨¢s afectada es siempre la menos cualificada, y est¨¢ claro que las menos cualificadas son las mujeres.
P. Relacionado con el trabajo de la mujer existe el problema de la doble jornada en la f¨¢brica y en casa, un problema que incide sobre terrenos en los que las instituciones dif¨ªcilmente pueden entrar. ?En qu¨¦ medida su ministerio puede actuar?
R. Podemos hacer varias cosas: aumentar el n¨²mero de guarder¨ªas, de servicios colectivos para la infancia, etc¨¦tera; pero es evidente que hay que actuar tambi¨¦n sobre las mentalidades, sensibilizar, luchar contra los prejuicios, eliminarlos para conseguir una sociedad donde las tareas sean diversificadas y compartidas.
P. Por lo que respecta a la salud, sobre todo a la procreaci¨®n, las mujeres tienen a veces la sensaci¨®n de ser las grandes v¨ªctimas. ?Qu¨¦ soluciones se han previsto en este sentido?
R. Hemos lanzado ya una campa?a de informaci¨®n sobre la contracepci¨®n en la televisi¨®n: veinticuatro spots diferentes de treinta segundos para una primera sensibilizaci¨®n. El primer mensaje ha sido: "La informaci¨®n sobre la contracepci¨®n es un derecho. Hoy, cada mujer debe poder elegir". La segunda fase ser¨¢n carteles en lugares p¨²blicos -metro, autobuses-, mensajes por radio y un folleto gratuito explicativo con una tirada de ocho millones de ejemplares. Adem¨¢s se est¨¢ realizando un gran esfuerzo de sensibilizaci¨®n del profesorado y ya son muchas las asociaciones de maestros que se han unido a nuestra campa?a. Hemos reactivado un movimiento que se extingui¨® con la promulgaci¨®n de la ley, como ocurre generalmente; conseguida ¨¦sta, la opini¨®n p¨²blica se desmoviliz¨® r¨¢pidamente, pero tiene que continuar ejerciendo su presi¨®n. La informaci¨®n permanente es indispensable; sin ella se produce autom¨¢ticamente una regresi¨®n.
P. Por lo que respecta al aborto en Francia, aunque haya una ley, en ocasiones las mujeres no pueden abortar y tienen que recurrir al sector privado, pagando m¨¢s, o irse al extranjero. Est¨¢ tambi¨¦n el problema de las menores, que necesitan la autorizaci¨®n paterna...
R. Lo primero que se ha comenzado a hacer es aplicar la ley, pero toda la ley y en el sentido que est¨¦ m¨¢s conforme con la justicia debida a las mujeres, lo que solucionar¨¢ ya muchos problemas. Adem¨¢s, una campa?a en favor de la contracepci¨®n bien realizada har¨¢ disminuir el n¨²mero de abortos sensiblemente. Un aborto nunca es tomado a la ligera por una mujer. Es ofensivo el que muchos piensen que se puede convertir en algo completamente trivial; para las mujeres nunca ser¨¢ as¨ª, y quienes afirman esto har¨ªan mejor en ocuparse de solucionar sus propios problemas y no intentar sustituir a las mujeres. El aborto es el ¨²ltimo recurso cuando falla la contracepci¨®n; no es la regla: es una excepci¨®n. En cualquier caso, sabiendo que la mujer que quiere abortar lo har¨¢ de todas formas, hay algo que se parece a la no asistencia a persona en peligro: el no darle los medios para que lo haga decentemente y con dignidad. Por tanto, es imprescindible que est¨¦ al alcance de todo el mundo; la ley es igual para todos y, por tanto, debe ser reembolsado por la Seguridad Social. Es humillante que las mujeres m¨¢s desfavorecidas tengan que recurrir casi a la caridad para poder pagarlo. La discriminaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n debe desaparecer..
P. Al hablar del aborto es inevitable plantear el problema de las extranjeras que vienen a Francia a abortar, entre las que abundan las espa?olas, en situaciones muchas veces dolorosas, psicol¨®gicamente lamentables. ?Qu¨¦ puede hacer su ministerio por estas mujeres, a quienes se les niega en su pa¨ªs este derecho para que en ¨¦ste puedan realizarlo en las necesarias condiciones de seguridad y no se repitan casos como el del m¨¦dico que las viol¨® antes de la intervenci¨®n?
R. En cualquier caso, pienso que cuando una mujer se presenta en un hospital pidiendo ayuda no se empieza por pedirle su documentaci¨®n, porque, estar¨ªamos entonces en una sociedad completamente b¨¢rbara. El primer deber de un m¨¦dico es poner a su disposici¨®n los medios necesarios para remediar la situaci¨®n del paciente. Est¨¢ dicho tambi¨¦n en la Comunidad Europea que todo ser humano tiene derecho al bienestar. En consecuencia, si se presentaran espa?olas, no veo c¨®mo pueden rechazar una mano tendida pidiendo socorro. Pero esto es s¨®lo una soluci¨®n provisional, no tiene que convertirse en una norma institucionalizada. Las espa?olas saben que tienen que luchar en su pa¨ªs, como lo hicieron las francesas, para conseguir este derecho. En cualquier caso, deben saber tambi¨¦n algo que se puso de relieve con ocasi¨®n del juicio de Bilbao, que he seguido con mucha atenci¨®n: que hay mujeres en este pa¨ªs que son sus amigas, que est¨¢n dispuestas a ayudarlas. No hablo s¨®lo de m¨ª, hay muchas m¨¢s. Toda conquista durable que tenga valor s¨®lo puede conseguirse si las interesadas han organizado su propio combate. Las mujeres espa?olas tendr¨¢n siempre aliadas en Francia, como en otros pa¨ªses, porque el movimiento feminista es internacional hoy; que sepan que no est¨¢n s¨®las, que hay muchas mujeres que se solidarizan con ellas.
P. Todav¨ªa hoy, desgraciadamente, hay que insistir sobre el tema de la violencia ejercida contra la mujer. Su ministerio prepara un proyecto de ley antisexista inspirada en la antirracista. ?C¨®mo van a ser tratados temas como la prostituci¨®n, la violaci¨®n, las mujeres maltratadas?
R. Es una ley necesaria. Hac¨ªa falta una demostraci¨®n pertinente para que la opini¨®n comprenda que el sexismo es una forma de racismo. Por ello, teniendo en cuenta que tenemos una ley antirracista, pero que no integra la totalidad de las agresiones contra la mujer ni es lo suficientemente precisa considerando la gran cantidad de agresiones, cr¨ªmenes y torturas sexuales que padece la mujer, y, por tanto, no es antisex¨ªsta, hab¨ªa que hacer una que lo fuera. No debe olvidarse que durante mucho tiempo el maltratar a las mujeres era algo aceptado casi como natural, incluso se lleg¨® a pensar que les gustaba. La cultura machista es muy perniciosa, porque comprende a la vez la absoluci¨®n del culpable en la medida en que la sociedad le da buena conciencia. Cu¨¢ntas veces la muchacha violada ha sido culpabilizada y rechazada por la sociedad, incluso se han re¨ªdo de ella. Son costumbres b¨¢rbaras que no practican ni los animales; es el horror concentracionario en lo cotidiano. Existe realmente un fascismo de lo cotidiano ejercido contra la mujer.
P. En otro terreno, su pol¨ªtica comprende tambi¨¦n realizar una campa?a para cambiar la imagen de la mujer en la televisi¨®n, la publicidad, los libros escolares...
R. Precisamente he inaugurado un nuevo grupo de trabajo en la educaci¨®n nacional. Les dije que las cosas no pod¨ªan continuar as¨ª. Mire, aqu¨ª tengo unos cuantos libros escolares; se los ense?¨¦; voy a leerle algunos ejemplos: "Mientras mam¨¢ prepara la mesa y V¨¦ronique corta el pan, Olivier se sienta en el mejor sill¨®n del camping", con foto y todo, bien j¨®venes, para condicionarlos mejor. "Olivier estudia sus lecciones, V¨¦ronique compra bombones". "La clase visita un aeropuerto; mientras los ni?os van a discutir con el piloto, las ni?as interrogan a la azafata sobre su profesi¨®n".
El secretario de la se?ora Roudy anuncia que dentro de cinco minutos deber¨¢ salir hacia la Asamblea; queda tiempo para una ¨²ltima pregunta sobre la mujer en la pol¨ªtica.
R. En este campo todo est¨¢ por hacer; la mujer en la pol¨ªtica no existe, es una ausente. El porcentaje de mujeres en la Asamblea Nacional es m¨ªnimo, lo mismo que en los consejos generales, regionales o las alcald¨ªas. En este terreno est¨¢ todo por hacer, pero s¨®lo se lograr¨¢ algo si realmente las mujeres se deciden a intervenir.
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