El ¨¦xito de los hermanos Taviani contrasta en el Festival de Cannes con el fracaso del cine pol¨ªtico franc¨¦s
Costa-Gavras denuncia en 'Missing' la colaboraci¨®n nortearnericana en el golpe de Pinochet
En el Festival de Cannes se ha querido politizar este a?o el rechazo general sufrido por las dos pel¨ªculas francesas de la secci¨®n competitiva. El primer a?o de gesti¨®n administrativa del nuevo ministro de Cultura quiere sintetizarse con estos dos t¨ªtulos, uno de los cuales, Dulce encuesta sobre la violencia, presume de ser un an¨¢lisis del terrorismo, dirigido por Gerard Guerin. No se recuerdan pateos como los merecidos por esta mediocre producci¨®n. En contraste con esta acogida est¨¢ el ¨¦xito alcanzado por los hermanos Taviani, italianos, con La noche de San Lorenzo, y la repercusi¨®n internacional que ha tenido la ¨²ltima pel¨ªcula de Costa-Gavras, Missing, que denuncia la colaboraci¨®n norteamericana en el golpe de Pinochet.
Dulce encuesta sobre la violencia es una pel¨ªcula torpe, en la que Guerin trata de convencer al espectador, sin conseguirlo, de que el terrorismo es confuso, inquietante, la plaga de nuestro tiempo. Otra pel¨ªcula pateada fue el segundo filme franc¨¦s, Invitaci¨®n al viaje, de Peter del Monte, estadounidense de nacionalidad italiana.Invitaci¨®n al viaje es la cr¨®nica de un viaje en carretera donde se entrecruzan pintorescos personajes carentes de significaci¨®n. Su historia es sofisticada, con pretensiones exquisitas, y aunque en ocasiones logre sorprender con las an¨¦cdotas vividas por ese conductor que transporta en la baca del coche el cad¨¢ver de su hermana, de quien estuvo enamorado, la nada culmina su trabajo, r¨¢pidamente olvidado en este marem¨¢gnum de pel¨ªculas.
S¨®lo en la secci¨®n de la Semana de la Cr¨ªtica ha podido contemplarse una pel¨ªcula francesa de extraordinario inter¨¦s, Morir a los treinta a?os, primer largometraje del joven trotskista Romain Goupil, conocido por su actividad en la revoluci¨®n de: mayo del 68. De ella, precisamente, trata la pel¨ªcula. Goupil, aficionado al cine desde su infancia, fue rodando como experiencia menor sus juegos infantiles, conversaciones con amigos, manifestaciones pol¨ªticas. El conjunto de sus viejas pel¨ªculas forma ahora el largometraje que ha presentado en Cannes. En ¨¦l quiere hacer un. balance de las posturas gauchistas de los a?os sesenta, pero tambi¨¦n una biograf¨ªa de su ¨ªntimo amigo Michel Recanati, l¨ªder revolucionario suicidado el pasado a?o.
Los testimonios de quienes le conocieron van trazando un an¨¢lisis que salta de lo particular a lo general y que sorprende, muy en primer lugar, por la posibilidad de encontrar en las im¨¢genes la evoluci¨®n f¨ªsica de sus protagonistas.
Un archivo como el de Goupil encierra documentos de primer orden. Hay que se?alar, no obstante, que a ¨¦l se ha a?adido el de su productor, Marin Karmitz, decididamente boicoteado en Cannes por quienes mantienen la tesis de que el cine franc¨¦s aqu¨ª mostrado es el que propugna el Gobierno socialista de Mitterrand. Una extrapolaci¨®n intencionada que acusa a Karmitz de haber abandonado su antigua oposici¨®n para integrarse en un sistema que no coincide tampoco con sus viejos postulados pol¨ªticos. Karmitz fue un importante director surgido en 1968 -Camaradas, que narraba las vicisitudes de una huelga, fue, en este sentido, su obra m¨¢s significativa-, relegado m¨¢s tarde a un cine cuya capacidad de difusi¨®n se restring¨ªa a locales subterr¨¢neos. Las declaraciones de Karmitz atacando a la central Gaumont por su af¨¢n de controlar todo el cine franc¨¦s han sido ahora resucitadas por sus enemigos al comprobar c¨®mo el propio Karmitz publicita las pel¨ªculas que produce en los diarios burgueses de mayor tirada.
No se trata, como puede verse, m¨¢s que de rencillas alimentadas por quienes no quedaron satisfechos en las elecciones del pasado a?o. Porque lo cierto es que las dos pel¨ªculas nacionales presentadas en la secci¨®n oficial no merecen mayor atenci¨®n, y que la exhibida en una secci¨®n paralela ha atra¨ªdo el entusiasmo de los corresponsales extranjeros. Es decir, ni m¨¢s ni menos que lo ocurrido con frecuencia en festivales anteriores. Independientemente de su car¨¢cter pol¨ªtico, las pel¨ªculas se juzgan por su calidad. En esa comparaci¨®n es obvio que el ¨²ltimo t¨ªtulo de los hermanos Taviani, La noche de San Lorenzo, sea uno de los m¨¢s importantes de los mostrados hasta ahora en Cannes, y que Missing, de Costa-Gavras, se espere con inter¨¦s.
La noche de San Lorenzo es la cr¨®nica de los habitantes del peque?o pueblo de San Martino, en Toscana, que d¨ªas antes de la entrada de las tropas norteamericanas tratan de salir a su encuentro huyendo de alemanes y fascistas italianos. M¨²ltiples personajes encaman la aventura, viviendo cada uno circunstancias distintas, pero que unidas componen un panorama vivo del pueblo italiano, con una sutil e inteligente capacidad de emoci¨®n. La maestr¨ªa de los Taviani, que no siempre encuentra el medio adecuado para plasmarse, tiene quiz¨¢ en La noche de San Lorenzo su mejor resultado. Pueden resultar inolvidables algunos de sus personajes: la embarazada casada con prisas, antes de la ida, el propietario de un autob¨²s, que viene muri¨¦ndose a lo largo de muchos kil¨®metros con la esperanza de que los fascistas lleguen a devolv¨¦rselo; la ni?a ingenua, que vive feliz la aventura sin comprender su aut¨¦ntico sentido; el joven camisa negra, enamorado del padre, que utiliza su desamparo adolescente para asesinar a los que huyen...
La denuncia de Costa-Gavras
Pero la expectaci¨®n mayor se la apunta la ¨²ltima pel¨ªcula de Costa-Gavras que, con Missing, denuncia la colaboraci¨®n norteamericana en el golpe de Pinochet en Chile. La repercusi¨®n internacional que ha obtenido ya esta pel¨ªcula dificilmente podr¨¢ ser anulada por los comunicados del Departamento de Estado norteamericano, que la ha criticado por su falta de pruebas fehacientes.
Es cierto que Missing no ofrece un enunciado de datos irrefutables. Se limita a narrar la historia real de Charles Horman, s¨²bdito norteamericano desaparecido en Santiago de Chile porque, al parecer, dispon¨ªa de las pruebas que responsabilizaban a Estados Unidos de apoyar al sangriento r¨¦gimen de Pinochet.
Con una concreci¨®n que huye tanto del panfleto como de la poes¨ªa, Costa-Gavras sigue fielmenteel desarrollo de una encuesta emprendida por el padre que busca a su hijo desaparecido cerca de la embajada norteamericana, cuyas mentiras le hacen sospechar la verdad. Parece una pel¨ªcula de ficci¨®n. Pero no lo es. La presencia en Cannes de los aut¨¦nticos protagonistas de la tragedia avala la veracidad del filme.
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