Reserva absoluta sobre el regreso del 'papa' Clemente y sus 'obispos' a Sevilla
Las puertas de las casas que la secta de El Palmar de Troya tiene en el sevillano barrio de Redes amanecieron ayer con huevos estrellados sobre ellas, seg¨²n pudo saber EL PAIS de algunos vecinos del mencionado barrio. El hermetismo de las gentes de la secta, denominada "los carmelitas de la Santa Faz" era ayer absoluto, y resultaba extremadamente dif¨ªcil averiguar si el pretendido papa Clemente y sus maltrechos obispos hab¨ªan regresado ya de Segovia, por donde pasaron tras su dolorosa aventura en Alba de Tormes. No obstante, una persona muy pr¨®xima a la secta, pero que no pertenece a la misma, asegur¨® que hab¨ªan regresado durante la noche del martes al mi¨¦rcoles.La secta de los carmelitas de la Santa Faz posee varios caserones en el sevillano barrio de Redes, situado en una zona c¨¦ntrica. La buena apariencia de sus casas, que se distinguen por sus puertas firmemente cerradas y dotadas de min¨²sculas mirillas y por las persianas permanentemente cerradas, dan fe de la prosperidad econ¨®mica de la secta, que ahora tiene en remodelaci¨®n el reci¨¦n adquirido palacio de la duquesa de Osuna, en la plaza del Museo.
Una gran casa en el n¨²mero 5 de la calle Abad Gordillo sirve de domicilio al papa Clemente. Llamar al timbre es in¨²til. Lo m¨¢s que se consigue es que se mueva tenuemente alguna de las persianas del primer piso. Tambi¨¦n es in¨²til abordar a las monjas o los obispos que de cuando en cuando circulan por las calles del barrio. Jam¨¢s se detienen a hablar con nadie, y si alguna persona les interpela bajan la cabeza y aprietan el paso.
Los vecinos del barrio han aprendido a convivir con esta comunidad multirracial y portadora de vistosos h¨¢bitos, y a nadie le preocupaba ayer si hab¨ªa regresado o no el papa Clemente. Lo que s¨ª sorprende a sus convecinos es que se haya metido en el sonado esc¨¢ndalo de Alba de Tormes, porque se les tiene, tanto a ¨¦l como a su comunidad, por gente pac¨ªfica y alejada de pleitos. Nadie sabe de donde sacan el dinero, pero eso tampoco preocupa a sus convecinos.
Circulan en silencio por el barrio, en grupos de dos o en estricta fila india si son muchos, pagan sus compras en las tiendas y viven y dejan vivir. Los huevos estrellados ayer en sus puertas, y que los integrantes de la secta limpiaron r¨¢pidamente, no reflejan ni mucho menos el sentir del barrio.
El garaje del n¨²mero 4 de la calle de San Vicente, donde guardan sus furgonetas, se abre de cuando en cuando para dar salida a ¨¦stas, en las que los integrantes de la secta se desplazan a El Palmar, donde s¨®lo acuden para sus actos religiosos. El hombre que est¨¢ a cargo del garaje respondi¨® lac¨®nicamente, a preguntas de EL PAIS, que el papa a¨²n no hab¨ªa retornado. Los tel¨¦fonos de sus casas no los descuelga nadie.
En El Palmar, donde se encuentra la bas¨ªlica, tampoco hay noticias m¨¢s expl¨ªcitas sobre su regreso. Los miembros de la orden no pasan por el pueblo. Se limitan a acudir a la bas¨ªlica para efectuar sus actos religiosos, y no se mezclan con la poblaci¨®n, que en su gran mayor¨ªa les ignora, salvo cuando necesitan contratar trabajadores para la construcci¨®n y mejora de la bas¨ªlica.
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