Mayor control de precios para evitar la revisi¨®n salarial
El fantasma de la revisi¨®n salarial comienza a preocupar en medios gubernamentales. Para impedir que el ¨ªndice de precios al consumo (IPC) supere durante el primer semestre los 6,09 puntos previstos en el Acuerdo Nacional sobre Empleo, en algunas esferas de la Administraci¨®n se han acentuado los controles. Optimistas y pesimistas ante dicha eventualidad coinciden en que deben frenarse los precios, para lo cual no es necesario manipular el IPC. Basta con el doble recurso utilizado en ocasiones anteriores: retrasar las subidas previstas y reducir la cuant¨ªa de las sometidas a intervenci¨®n.
La posible necesidad de nuevos controles puntuales ser¨¢ decidida, seg¨²n medios informados, tras analizar el IPC de abril, que puede conocerse dentro de algunos d¨ªas, y se espera en fuentes de la Administraci¨®n que no llegue al 1% del a?o pasado. En el primer trimestre del a?o, el aumento acumulado ha sido del 4,1% (1,5% de marzo, 0,8% de febrero y 1,8% de enero). As¨ª, pues, el margen existente para mayo y junio, caso de confirmarse la impresi¨®n citada sobre abril, ser¨ªa inferior a un punto. Y los incrementos del bimestre fueron superiores al 1,6% en 1981 y 2,3% en 1980.En este sentido, Diario 16 public¨® ayer la siguiente confidencia: "El IPC correspondiente al mes de marzo estaba equivocado. En lugar del 1,5%, la cifra exacta es del 1,3%. El error parti¨® de un funcionario de Estad¨ªstica, que hab¨ªa ponderado mal la subida del tel¨¦fono. El fallo fue descubierto por el propio Garc¨ªa D¨ªez (vicepresidente econ¨®mico del Gobierno), que no se fi¨® de nada de los datos oficiales. Ahora, el INE est¨¢ revisando los trabajos anteriores".
Durante el primer trimestre, los expedientes de aumentos de precios sometidos a intervenci¨®n, que tienen un peso aproximado del 20% en el ¨ªndice de precios, han sido aprobados sin grandes problemas.
Aunque con menores recortes que los aconsejados por la Junta Superior de Precios (JSP), recibieron generosa luz verde las tarifas el¨¦ctricas, telef¨®nicas y postales, as¨ª como los precios del transporte, entre otros.
De otra parte, en los precios libres susceptibles de influencia administrativa a trav¨¦s de la regulaci¨®n del mercado, fundamentalmente, como los alimentarios, no se han registrado tampoco grandes obst¨¢culos.
Precios a la espera
Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas se ha detectado cierta lentitud administrativa. La Comisi¨®n Delegada del Gobierno no ha aprobado ning¨²n expediente en veinte d¨ªas, y uno de los ¨²ltimos que recibi¨® autorizaci¨®n -la elevaci¨®n del 12% en las tarifas a¨¦reas nacionales- ha sido demorado en su entrada en vigor a principios de julio, si, bien su repercusi¨®n sobre el IPC es m¨ªnima.
Mayor trascendencia tienen las tarifas de asistencia sanitaria (en los dos pasados a?os 0,25 y 0,28 puntos del IPC procedieron de los servicios m¨¦dicos), que llevan casi medio a?o pendientes de autorizaci¨®n, aunque diversas aseguradoras no han esperado (v¨¦ase EL PAIS del jueves 13 de mayo).
Tampoco encuentran disposici¨®n favorable en la Administraci¨®n las pretensiones de la industria farmac¨¦utica, cuya aspiraci¨®n a un incremento pr¨®ximo al 30% puede encontrar dificultades para entrar en vigor hasta 1983; la farmacia aport¨® al IPC un 0,15% y un 0,18%, en 1980 y 1981, respectivamente.
Igualmente, precios b¨¢sicos como los del pan, az¨²car y aceite de girasol, alguno de ellos con revisi¨®n pendiente para junio, ser¨¢n con bastante seguridad espaciados en todos los casos a partir de julio.
En los dos ¨²ltimos a?os, el pan hizo subir al ¨ªndice un 0,24% y un 0,32%; los aceites y grasas, el 0,27% y el 0,47%; y el az¨²car y derivados, un 0,16% y un 0,22%.
El ¨ªndice y los precios
La otra v¨ªa para manipular los precios no sometidos a intervenci¨®n (es decir, a los reg¨ªmenes de autorizaci¨®n o comunicaci¨®n) tiene efectos tanto o m¨¢s eficaces.
En el gr¨¢fico adjunto puede observarse c¨®mo el espectacular frenazo de junio de 1981 (0,1% de aumento, cuando el a?o anterior hab¨ªa sido del 1,6%) impidi¨® por los pelos la revisi¨®n salarial, gracias a un descenso de 0,8 puntos en el grupo de alimentaci¨®n.
"Siempre hay un entendimiento respecto a los productos agr¨ªcolas para no perjudicar ni al productor ni al consumidor", ha declarado un alto cargo con responsabilidad en temas de precios, al comentar la posibilidad de que en los pr¨®ximos meses ocurra algo similar.
El entendimiento arraig¨® especialmente el a?o pasado con los productores de pollos y huevos. Seg¨²n ha explicado una fuente del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, la Administraci¨®n habl¨® con los cuatro o cinco principales productores, que dominan el mercado; de ellos consigui¨® aplazar unas semanas las subidas.
As¨ª se explica que, por estos y otros precios pendientes de repercutir, el IPC alcanzara al mes siguiente dos puntos, la cota m¨¢xima del a?o.
Moderaci¨®n sacrificada
Tales operaciones, sin embargo, no atajan el mal de fondo. A pesar de que funcion¨® la moderaci¨®n salarial y el objetivo de inflaci¨®n para 1981 era el 13%, el ejercicio termin¨® con un incremento del IPC del 14,4%.
Las siete d¨¦cimas ganadas al indicador de inflaci¨®n del a?o anterior (15,1%) fueron enteramente atribuibles, seg¨²n se ha sabido ahora, a la desaceleraci¨®n de los precios de la energ¨ªa; su impacto en el IPC, s¨®lo el directo, pas¨® de 2,003 a 1,411 puntos.
Peor camino, por la misma direcci¨®n, lleva este a?o, para el que algunos auguran ya que se frustre el ¨²nico logro de las pol¨ªticas econ¨®micas m¨¢s recientes: la lucha contra la inflaci¨®n.
En el primer trimestre, el incremento acumulado del IPC fue del 4,1 %, frente al 4,6% de 1981 y el 4,2% de 1980. Lo grave es que esto ocurre cuando la repercusi¨®n directa de los precios energ¨¦ticos (0,27% de enero a marzo pasados) ha sido, seg¨²n datos oficiales, casi 0,7 puntos inferior a la del primer trimestre de 1981 (0,93%). ?Para qu¨¦ ha servido la moderaci¨®n salarial?
A juzgar por los datos sobre negociaci¨®n colectiva de la Administraci¨®n y de los sindicatos, los salarios han subido este a?o algo m¨¢s de cuatro puntos por debajo del IPC de 198 1, e incluso casi dos puntos menos que el ¨ªndice inicialmente previsto para 1982 (12%).
Optimistas y pesimistas
La versi¨®n optimista ha correspondido al director general de Previsi¨®n y Coyuntura del Ministerio de Econom¨ªa, Anselmo Calleja, para quien este a?o "varios bastante mejor en precios de alimentaci¨®n, mientras el resto mantienen una evoluci¨®n similar".
En su opini¨®n, el ejercicio terminar¨¢ con un 12% o 12,5% de IPC, pues todav¨ªa no se han podido sentir los efectos positivos de la moderaci¨®n salarial, que afloran a trav¨¦s de los menores costes de las empresas.
Para Calleja, no es probable la hip¨®tesis de la revisi¨®n, debido a que hay otros dos factores que avalan la desaceleraci¨®n de los precios: la flexi¨®n a la baja en los precios de las materias primas, bastante acusada, y la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo. A?adi¨®, no obstante: "Debemos tener mucho cuidado en aumentos de precios no justificados".
Asimismo, fuentes de la Direcci¨®n General de Comercio Interior, encargada de las se?ales de alerta en los precios alimentarios, se?alaron que no hay motivos para temer una revisi¨®n, ya que los precios alimentarios no est¨¢n dando sorpresas y las previsiones para los de frutas y hortalizas de primavera-verano no son malas. Tampoco son previsibles subidas por causas estacionales.
Sin embargo, otros medios, incluso algunos de la propia Administraci¨®n, se muestran pesimistas, consideran inevitable la revisi¨®n salarial, no creen posible que la inflaci¨®n baje este a?o del 14%.
Los argumentos m¨¢s repetidos en este bloque de versiones son que los precios alimentarios, despu¨¦s de algunos meses que llevan de respiro, mantendr¨¢n la t¨®nica alcista de los dos o tres ¨²ltimos a?os, debido a las malas cosechas y a los da?os por heladas y sequ¨ªas; que el Mundial de F¨²tbol traer¨¢ consecuencias alcistas similares al turismo de verano, m¨¢s psicol¨®gicas que debidas a la afluencia real de turistas, y que el aumento de los costes del dinero para la generalidad de las empresas compensar¨¢ la moderaci¨®n salarial, cuando aqu¨¦lla no sea ¨ªntegramente trasladada a beneficios.
Agregan, en este sentido, que la pol¨ªtica monetaria expansiva, provocada por el d¨¦ficit del sector p¨²blico y la actuaci¨®n de la banca, puede por s¨ª sola comprometer cualquier logro de signo antiinflacionista.
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