Margaret Thatcher prev¨¦ "tiempos dif¨ªciles" en las Malvinas
La primera ministra, Margaret Thatcher, afirm¨® ayer en el Parlamento que Argentina hab¨ªa rechazado las propuestas brit¨¢nicas para una soluci¨®n pac¨ªfica al conflicto de las Malvinas, y que, en consecuencia, las retiraba. Thatcher acus¨® a Argentina de "obstruccionismo, dilaci¨®n, enga?o y mala fe". "Tenemos tiempos dif¨ªciles ante nosotros".
La pol¨ªtica adoptada por el Gobierno Thatcher fue aprobada ayer por 296 votos contra 33. Los opositores fueron diputados laboristas, en su mayor¨ªa miembros del ala izquierda del partido. Tahtcer admiti¨® haber recibido nuevas ideas del secretario general de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, que en su opini¨®n no ten¨ªan ninguna posibilidad de salir adelante porque inclu¨ªan propuestas ya rechazadas por Argentina y otras que se alejaban de la posici¨®n brit¨¢nica. Por la ma?ana, el gabinete de crisis y el pleno del Consejo de Ministros se hab¨ªan reunido para discutir estas ideas, llegadas la noche anterior.
Despu¨¦s de estas reuniones, un portavoz del Foreign Office, al tiempo que entregaba el Libro Blanco sobre la postura brit¨¢nica, se?al¨® que "Argentina hab¨ªa intentado predeterminar el futuro de las islas y de sus habitantes con su lenguaje, o con medidas a tomar sobre el terreno durante el per¨ªodo provisional. Esto equivale a un rechazo de nuestras propuestas y a un marcado endurecimiento de su postura."
Al abrir el sexto debate sobre la crisis en la C¨¢mara de los Comunes, Thatcher calific¨® las ideas de P¨¦rez de Cu¨¦llar de "memor¨¢ndum, f¨®rmulas y sugerencias", pero indic¨® que "incluso si fueran aceptables por Argentina, se tardar¨ªan d¨ªas y semanas en negociarlas".
La primera ministra volvi¨® sobre la necesidad de no prejuzgar el resultado de las negociaciones a largo plazo, aclarando que por esta raz¨®n la administraci¨®n provisional de las islas no podr¨ªa tener la posibilidad de cambiar las leyes vigentes. Se neg¨® a abrir las Malvinas a todos los argentinos que lo desearan, pues "esto constituir¨ªa un elemento de cambio".
La propuesta argentina, explic¨® Thatcher, estipulaba que se acataran las resoluciones pertinentes de la Asamblea General de las Nacioin es Unidas, con las que Gran Breta?a ha disentido, por considerar que favorecen la transferencia a Argentina de la soberan¨ªa de las islas. Tambi¨¦n rechaz¨® Londres la sugerencia de que fuera esta Asamblea General la que decidiera la salida final si las negociaciones a largo plazo no desembocan en una soluci¨®n concreta.
La mayor parte de la oposici¨®n qued¨® desarmada. El l¨ªder laborista Michael Foot, en uno de sus m¨¢s embarullados discursos, describi¨® como justo el plan de paz brit¨¢nico, aunque pidi¨® m¨¢s detalles sobre las propuestas anteriores. Foot pidi¨® que la primera ministra, o el titular del Foreign Office, Francis Pyra, viajaran inmediatamente a Nueva York para entrevistarse directamente con P¨¦rez de Cu¨¦llar antes de que se produzca una mayor escalada de las hostilidades a la que, sin embargo, parec¨ªa resignado.
Foot y otros miembros de la oposici¨®n no entend¨ªan por qu¨¦ el Gobierno brit¨¢nico hab¨ªa decidido dar un carpetazo al proyecto de acuerdo, que a¨²n podr¨ªa resultar ¨²til. El portavoz socialdem¨®crata, David Owen, al tiempo que ped¨ªa que se prosiguieran las negociaciones y que no se buscara una rendici¨®n incondicional de las fuerzas argentinas, sugiri¨® que se deber¨ªa dar luz verde al destacamento brit¨¢nico para que intentara un desembarco.
El izquierdista Tony Benn y otros laboristas exigieron un alto el fuego inmediato en esta "guerra innecesaria", la cesi¨®n de la administraci¨®n de las islas a las Naciones Unidas y, al tiempo, una intensificaci¨®n de las sanciones econ¨®micas contra Argentina. Salvo alg¨²n miembro de este grupo, pr¨¢cticamente nadie se plante¨® seriamente qu¨¦ hacer con las islas una vez recuperadas por la fuerza, y qu¨¦ hacer con la fuerza una vez en las islas. Thatcher no indic¨® si su Gobierno hab¨ªa dado ya al destacamento naval la orden de atacar, pero reiter¨® que "las negociaciones diplom¨¢ticas no cierran la puerta a las opciones militares". Fuentes oficiosas indicaron que la luz verde se ha encendido, pero lo m¨¢s probable no es una invasi¨®n en toda la regla, sino una serie de desembarcos e incursiones, una guerra de desgaste que forzar¨ªa la rendici¨®n argentina con un m¨ªnimo de derramamiento de sangre. Aunque admitiendo la posibilidad de bajas, los brit¨¢nicos se mues tran militarmente seguros de s¨ª. Ante una C¨¢mara a la vez sombr¨ªa y excitada por las expectativas de los pr¨®ximos acontecimientos Thatcher recalc¨® la "gravedad de la situaci¨®n". "Tenemos ante no sotros d¨ªas dif¨ªciles y los afrontare mos con la convicci¨®n de que nuestra causa es justa y de que hemos hecho todo lo posible para lo grar una soluci¨®n pac¨ªfica".
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