Cumbre de investigadores espa?oles para discernir el Premio Pr¨ªncipe de Asturias
En el plazo m¨¢ximo de unos treinta a?os se puede llegar a conocer el origen de la vida y del c¨¢ncer, seg¨²n coincidieron ayer en poner de manifiesto en Oviedo Severo Ochoa, Juan Or¨®, Alberto Sols y Manuel Alvarez Ur¨ªa, todos ellos reunidos en el curso de un descanso en las deliberaciones del jurado que hoy otorgar¨¢ el premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Ciencias 1982. Alvarez Ur¨ªa es el ¨²nico que no forma parte del jurado.
Al cierre de la edici¨®n, el jurado hab¨ªa seleccionado ocho finalistas. Cuando Juan Or¨® lleg¨® a Estados Unidos descart¨® su dedicaci¨®n al estudio de las causas del c¨¢ncer, cuesti¨®n muy verde en aquella ¨¦poca, y opt¨® por dedicarse a tratar de comprender el origen de la vida. Hoy cree que las investigaciones en torno a ambos procesos discurren casi paralelas, aunque Severo Ochoa cree que las primeras van m¨¢s avanzadas. Or¨® afirma que actualmente se camina de forma r¨¢pida hacia el conocimiento del origen de la vida a trav¨¦s de los experimentos realizados en laboratorios y de las investigaciones sobre materiales recogidos en viajes espaciales. Los resultados de estos trabajos descalifican de forma rotunda, en su opini¨®n, teor¨ªas como las de Lysenko y sus seguidores, que carecen de cualquier base cient¨ªfica y no merecen comentario alguno.Se sabe ya, contin¨²a Or¨®, que en el sistema solar existen part¨ªculas b¨¢sicas org¨¢nicas que forman parte de los elementos que dan origen a la vida, tales como las prote¨ªnas, el ¨¢cido desoxirribonucleico (DNA), los hidratos de carbono o las grasas, todos ellos elementos fundamentales en los seres vivos. Estas part¨ªculas, situadas en un medio adecuado en el que se den una serie de condiciones (atm¨®sfera, temperatura, agua, etc¨¦tera, que presumiblemente hab¨ªa en el proceso de aparici¨®n de la vida sobre la tierra) son capaces de aglutinarse para crear compuestos qu¨ªmicos vitales.
Es pr¨¢cticamente imposible que en otros planetas de nuestro sistema solar exista vida porque es casi seguro que en ninguno de ellos se dan las condiciones ambientales exigidas, aunque no se descarta la vida en otros sistemas gal¨¢cticos. Dos grupos de investigadores recorren caminos aparentemente diferentes (la b¨²squeda del origen de la vida y el descubrimiento de las causas del c¨¢ncer) coincidentes, sin embargo, en el intento de conocer ¨ªntimamente los mecanismos de la vida. Se trata de averiguar por qu¨¦ la vida se produce y se desarrolla. De estas investigaciones pueden surgir, tambi¨¦n, los motivos de las alteraciones de los mecanismos b¨¢sicos. Por un lado, trabajan los bioqu¨ªmicos moleculares y, por otro, los que estudian los mecanismos biol¨®gicos ya establecidos.
Severo Ochoa subray¨® los progresos conseguidos en los dos ¨²ltimos a?os en las investigaciones sobre el conocimiento de qu¨¦ es c¨¢ncer, en el fondo una alteraci¨®n del ritmo de reproducci¨®n celular, de naturaleza gen¨¦tica. Un n¨²mero elevado de c¨¦lulas del organismo son potencialmente cancer¨ªgenas y necesitan un agente externo capaz de estimular esa capacidad potencial. Ochoa pone singular ¨¦nfasis en una prote¨ªna, muy aumentada en las c¨¦lulas cancerosas, que se encuentra en el n¨²cleo de las mismas, donde se guarda el mensaje gen¨¦tico, que podr¨ªa ser uno de los agentes desencadenantes del proceso canceroso.
Alberto Sols indic¨® que durante muchos a?os se ha fracasado en el intento de resolver los problemas celulares productores de enfermedades tratando de introducir enzimas (productos bioqu¨ªmicos que intervienen en el metabolismo celular) en las c¨¦lulas. Actualmente, resultan mucho m¨¢s prometedores los estudios que tienden a ense?ar o reense?ar a la c¨¦lula la fabricaci¨®n de esas enzimas necesarias para cons¨¦guir su funcionamiento correcto. Se trata pues, de incluir en el n¨²cleo de la c¨¦lula los genes portadores de informaci¨®n capaces de crear las enzimas requeridas. De esa forma, en el futuro los genes alterados responsables de la transformaci¨®n de una c¨¦lula normal en cancerosa, podr¨¢n revertir el proceso, para lograr, de nuevo, un funcionamiento celular normal.
Toda la informaci¨®n gen¨¦tica se encuentra en el DNA, que es, seg¨²n la explicaci¨®n gr¨¢fica del profesor Alvarez Ur¨ªa, como una gran biblioteca con miles de vol¨²menes en los que est¨¢ escrita la informaci¨®n biol¨®gica. Cada grupo de c¨¦lulas consulta una parte de la biblioteca y forma as¨ª un ¨®rgano determinado.
Cuando en esa biblioteca aparecen vol¨²menes extra?os o faltan algunos habituales, se produce una falta de informaci¨®n celular que permite la aparici¨®n de enfermedades gen¨¦ticas, entre ellas el c¨¢ncer.
Ochoa, Or¨® y Sols coincidieron tambi¨¦n en valorar singularmente la posibilidad que se abre al hombre de influir en su propia evoluci¨®n a trav¨¦s de la manipulaci¨®n gen¨¦tica, capaz de dar un cambio sustancial al futuro de la humanidad.
Mientras se descubren las causas del c¨¢ncer, Severo Ochoa valora positivamente la medicina correctora. Juan Or¨® estima que la eficacia del tratamiento est¨¢ mucho m¨¢s avanzada en los hospitales de EE UU que en los de Espa?a.
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