Los criterios europeos, dif¨ªciles de aplicar en Espa?a
."Espa?a comparte plenamente los criterios de los organismos europeos en materia de protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico, pero en la pr¨¢ctica se encuentra con una grave dificultad: la escasa aplicaci¨®n de recursos econ¨®micos a este cometido". Seg¨²n Merino C¨¢ceres, representante del Ministerio espa?ol de Cultura en el Comit¨¦ de Monumentos y Sitios del Consejo de Europa, los problemas econ¨®micos no son s¨®lo problema del Estado espa?ol, puesto que el propio Consejo de Europa no tiene apenas presupuesto para poner en pr¨¢ctica estas actividades.
Este problema de la aplicaci¨®n de las recomendaciones se agudiza, si cabe, en Espa?a, dada la cantidad de monumentos que existen en este pa¨ªs, que, junto con Italia y Grecia, representa uno de los m¨¢s ricos "almacenes" en Europa de bienes culturales. La inserci¨®n de Espa?a en la preocupaci¨®n europea por la conservaci¨®n del patrimonio cultural com¨²n no es muy antigua. En 1975, dos a?os antes de que Espa?a entrara de pleno derecho en el Consejo de Europa, comenzaron a trabajar delegados espa?oles en la Comisi¨®n de Cultura del Consejo de Europa. En 1977 los espa?oles comenzaron a ser tambi¨¦n coprotagonistas de las recomendaciones del Consejo de Europa en materia de patrimonio.
Doctrina europea
"Desde entonces", aclara Merino C¨¢ceres, "Espa?a ha participado en la construcci¨®n de la doctrina sobre la conservaci¨®n del patrimonio hist¨®rico- art¨ªstico que ha emanado del Consejo de Europa, doctrina que compartimos plenamente, aunque existan dificultades materiales para su aplicaci¨®n".
"No hay que perder de vista", explica el funcionario espa?ol, "que el propio Consejo de Europa no es un instrumento de financiaci¨®n como han cre¨ªdo algunos espa?oles. S¨¦ de algunos casos de espa?oles que se han dirigido a este organismo en demanda de ayuda econ¨®mica, como aquel cura de un pueblecito que escribi¨® una carta al presidente del Consejo de Europa pidiendo dinero para restaurar la iglesia del pueblo, o aquel otro caso de un gobernador civil que tambi¨¦n ha solicitado una fuerte ayuda de este organismo para hacer frente al deterioro de los monumentos de su provincia".
Seg¨²n Merino C¨¢ceres, las normativas que aparezcan ahora o est¨¦n a punto de hacerlo en Espa?a deber¨¢n tambi¨¦n homologarse a la doctrina europea en materia de conservaci¨®n del patrimonio. Parece que el Gobierno ha tenido en cuenta estas recomendaciones en el proyecto de Ley del Patrimonio Hist¨®rico-Art¨ªstico, que envi¨® el Gobierno al Congreso de los Diputados el 14 de septiembre del a?o pasado y que est¨¢ esperando todav¨ªa el primer tr¨¢mite de ser estudiada y debatida por la ponencia. El proyecto de ley del Patrimonio no se encuentra entre las prioridades legislativas marcadas por el Gobierno, por lo que no ser¨¢ debatida en el pleno por lo menos hasta la pr¨®xima legislatura.
Paralelamente unas veces y otras en colaboraci¨®n con el Estado, funciona en Espa?a una asociaci¨®n privada, convocaci¨®n europea, que se dedica a la defensa y conservaci¨®n del patrimonio. Se trata de Hispania Nostra, secci¨®n espa?ola de Europa Nostra. Esta asociaci¨®n, aunque de car¨¢cter privado, est¨¢ estrechamente ligada a la Secci¨®n de Cultura del Consejo de Europa y colabora con este organismo en una serie de preocupaciones comunes. La filosof¨ªa o la ¨²ltima raz¨®n de ser de Hispania Nostra es, seg¨²n su vicepresidenta, Carmen Ortueta de Salas, la necesidad de que todos los ciudadanos tomen conciencia de que el patrimonio cultural pertenece a todos los ciudadanos y a todos corresponde el conservarlo. "La protecci¨®n de los monumentos y de su entorno no puede ser ¨²nicamente competencia de la UNESCO, del Consejo de Europa y de otros organismos oficiales, tanto nacionales como internacionales. En Hispania Nostra queremos implicar a todos los ciudadanos en la conservaci¨®n de los bienes culturales".
Para la vicepresidenta de Hispania Nostra es fundamental contar con leyes protectoras del patrimonio que permitan la acci¨®n directa del Estado, pero que tambi¨¦n faciliten la participaci¨®n de los particulares, para lo que habr¨ªa que contar, entre otras, con una serie de medidas fiscales o de ayudas que no s¨®lo favorezcan a los que m¨¢s tienen, sino tambi¨¦n "a esas personas que no pueden arreglar una casa de gran valor hist¨®rico o art¨ªstico porque carecen de medios".
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