El doctor Hyde y Mr. Jekyll
Aunque con aspecto todav¨ªa ani?ado, Jerry Lewis era ya un veterano actor cuando comenz¨® a dirigir sus pel¨ªculas y desligarse de la imagen que hab¨ªan prefabricado para ¨¦l en Hollywood. Esta imagen, a grandes rasgos, hizo de ¨¦l una especie de ni?o grande y patoso, mezcla de subnormal y de inocente de melodrama, que se met¨ªa en truculentos l¨ªos y que provocaba situaciones de hilaridad, de acuerdo con una vieja e infalible f¨®rmula: la del d¨²o del payaso y el augusto, que contaba en Hollywood con muchos precedentes. El augusto, el contraste soso y cuerdo del payaso Jerry Lewis, fue Dean Mart¨ªn.Lewis y Mart¨ªn hicieron juntos una docena de pel¨ªculas entre las que hay de todo, desde bodrios hasta excelentes y gracios¨ªsimos filmes, pasando por otros de corte mediano, que fueron los m¨¢s. Pero incluso en ¨¦stos se percib¨ªa que en aquel c¨®mico exagerado y delirante hab¨ªa algo distinto, una comicidad rara, mucho m¨¢s agria y violenta que los dulzones filmes en que estaba metida. Y Jerry Lewis, en realidad, se escapaba de ellos y actuaba a su manera, fuera de la l¨®gica de estas pel¨ªculas y casi actuando en ellas por su cuenta.
De ah¨ª a que Lewis ideara y dirigiera sus propias pel¨ªculas hab¨ªa un paso corto, que no tard¨® en dar. Los comienzos fueron balbucientes, como todo reaprendizaje, pero desembocaron pronto en una pel¨ªcula muy brillante y original que, vista desde hoy, es su obra maestra, tal vez porque conserva intacta y en armon¨ªa la frescura del primer Lewis y el m¨¢s cerebral Lewis posterior. Esta pel¨ªcula es El profesor chiflado, uno de los hitos del cine c¨®mico moderno.
La pel¨ªcula es una divertid¨ªsima versi¨®n libre de la novela El caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Stevenson, que ya contaba con varias versiones serias en Hollywood. Esta de Lewis, en realidad, -no es menos seria que aqu¨¦llas, pero la captura en clave de humor -y de humor irresistible- del famoso personaje novelesco tiene tal originalidad que en realidad invierte los tipos, los entrelaza, mezcla y da la vuelta al relato con una libertad y un desparpajo inolvidables.
En El profesor chiflado Lewis saca a relucir, sin limitaciones, sin trabas, y llena con ellos el filme, los destellos de amor absurdo e ins¨®lito que aparec¨ªan de cuando en cuando en sus pel¨ªculas con Dean Mart¨ªn, pero aqu¨ª organizados en un sistema, en un estil¨® y en una comicidad ¨²nica que naci¨® con Lewis y desaparecer¨¢ con ¨¦l. De buscar alg¨²n precedente, habr¨ªa que remontarse a las primeras pel¨ªculas de los hermanos Marx, y esto forzando un parentesco que es real, pero lejano.
Destacar¨¦ dos aspectos entre los muchos que merecen la pena de esta singular pel¨ªcula. Uno es el extraordinario trabajo de direcci¨®n de Lewis. Habr¨ªa que re montarse a las grandes pel¨ªculas de Buster Keaton, en los a?os veinte, para encontrar un caso similar de conjunci¨®n entre director e int¨¦rprete. El otro aspecto est¨¢ en la subida a la superficie de algo que ya estaba latente en las anteriores pel¨ªculas de Lewis, en los esquemas de sur, personajes y, sobre todo, en la peculiar naturaleza de sus gags c¨®micos. Me refiero a su visi¨®n ¨¢cida, realmente muy dura en ocasiones, de la vida en los Estados Unidos, a la que Lewis somete a una implacable reducci¨®n al rid¨ªculo. Esto, probablemente a su pesar , hace de Lewis uno de los iconoclastas mayores del cine norteamericano. Una imagen nada optimista de su pa¨ªs se deja ver bajo la rara, y contagiosa comicidad de este cineasta, que tard¨® d¨¦cadas en conseguir que se tomaran en serio sus grandes bromas.
El profesor Chiflado se emite esta noche, a las 22.05 horas, por la segunda cadena.
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