Los liberales
Uno habr¨¢ escrito muchos art¨ªculos sobre los liberales, pero nunca son los mismos liberales, porque el liberal es especie muy adaptada a su ecolog¨ªa pol¨ªtica, como mis m¨¢s queridas serpientes y otras dulces alima?as, que toman siempre el color del paisaje. Buscando, buscando, hasta es posible encontrar un d¨ªa, entre los liberales, a un liberal. De momento, aqu¨ª y ahora, el liberalismo es el nombre m¨¢s presentable de la derecha impresentable. Como dec¨ªa Eugenio d'Ors que llamamos primate, por rubor, al primer hombre/mono, que no era otra cosa que nuestro primo el mono. Warren Beatty lo denuncia en Rojos:
-Se llaman liberales, en Estados Unidos, los que hacen guerras patri¨®ticas por lucro.
Aqu¨ª no tenemos a Warren Beatty, pero tenemos al liberal Luis Miguel Enciso, centrista, que se permite tumbar con la primera bola todos los bolos pol¨ªticos: Adolfo Su¨¢rez, Calvo Sotelo, Landelino Lavilla y en este plan. Si no vale el populismo de Su¨¢rez, ni el presidencialismo de Calvo Sotelo, ni el nacionalcatolicismo de Lavilla, ?qu¨¦ nos queda, aparte la horda/ hidra judeomas¨®nicomarxista (de la que ya ha dado buena cuenta la Virgen de las L¨¢grimas)? Nos queda el liberalismo, claro, como siempre. Pero no Keynes, ni Galbraith, ni Adam Smith, sino Luis Miguel Enciso, que suena menos glorioso, ya, pero esto no es culpa m¨ªa ni del se?or p¨¢rroco que le bautiz¨®. Y nos quedan los hermosos segundones que venden su identidad pol¨ªtica por un plato de lentejas de Mona Jim¨¦nez.
Cuando menos, los yanquis lo tienen claro y hasta le dan un oscar o una nominaci¨®n al actor intelectual que denuncia el liberalismo manchesteriano con ni?os libres de trabajar diecis¨¦is horas diarias en la mina. Espa?a, m¨¢s imaginativa que estratega, en pol¨ªtica, como tengo muy escrito, lleg¨® a sacarse incluso los "liberales falangistas", cuando el fascismo iba atuendado de socialista y antiliberal en toda Europa. Anoche he visto el Ensemble Berliner en el Espa?ol, tra¨ªdo por Jos¨¦ Luis G¨®mez para un recital/Bertolt Brecht (m¨¢s la r¨¢faga l¨ªrica de Jeannine Mestre a la salida), y el c¨®mico hace admirablemente que el paternalismo liberal de Hitler se vaya tornando apoplej¨ªa nazi/narcisista, al final. Pellicena me da las gracias en una Carta tras su admirable versi¨®n de Salieri, en Amadeus, que yo hab¨ªa elogiado. Salieri s¨ª que era un liberal reprimido, en pleno despotismo ilustrado. Los despotismos, ilustrados o no, permiten hacer de liberal exterior a quien incluso es de verdad un liberal interior. Y, por supuesto, a los otros. Suele haber liberales verit¨¦ entre los m¨¦dicos y alb¨¦itares, aqu¨ª, en Espa?a. Y entre los j¨®venes poetas sin hacer, como Manuel G¨®mez Mu?oz, que escriben poemas en la cocina de su casa de Moratalaz, mientras miran que no se salga la olla expr¨¦s. Conozco un liberal natural, que es mi amigo Ezcurra, el hombre que ha financiado Triunfo durante toda la Resistencia. (Aqu¨ª, en este peri¨®dico, hay algunos liberales bien troquelados, que no cito por rubor.) Arcadio Baquero Goyanes, a quien hice cr¨ªtico teatral de El Alc¨¢zar, si¨¦ndolo de la agencia Efe, me lo explica en carta muy liberal, que le agradezco. Perd¨®n.
Donde menos se piensa salta un liberal. Pero los liberales de oficio ya no saltan, que est¨¢n muy reinonas. Me quedan cinco l¨ªneas para seguir enumerando liberales, o sea que me faltan liberales o me sobran l¨ªneas, porque m¨¢s no hay. Don Luis Miguel Enciso (utilizo el Don peyorativo, que s¨®lo existe en castellano) es un liberal que se ha quedado de imaginaria/UCD.
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