"La guerra de las Malvinas obliga a Am¨¦rica Latina a replantear sus relaciones con Estados Unidos"
El Buro de la Internacional Socialista se halla reunido desde ayer en Helsinki, con la perspectiva de un enfrentamiento verbal entre sus miembros a prop¨®sito del conflicto de las Malvinas. A su paso por la capital argelina, el ex presidente de Venezuela, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, l¨ªder de Acci¨®n Democr¨¢tica, ha confiado a EL PA?S su intenci¨®n de condenar a los socialistas brit¨¢nicos y franceses, por haber contribuido, seg¨²n ¨¦l, a mantener las sanciones de la Comunidad Econ¨®mica Europea contra Argentina. El hombre de Estado venezolano estima que, tras las Malvinas, nada ser¨¢ igual en las relaciones de Latinoam¨¦rica y el Caribe, con el potente vecino del norte.
Pregunta. En opini¨®n suya, el conflicto de las Malvinas abre no solamente una nueva crisis Norte-Sur, sino que, en el marco concreto de la Internacional Socialista, a la que pertenece su partido, suscita divisiones e interrogantes. ?C¨®mo analiza Venezuela los dram¨¢ticos acontecimientos que tienen lugar en el Atl¨¢ntico sur?Respuesta. No hay duda de que este incidente de las Malvinas se ha convertido en una confrontaci¨®n Norte-Sur, porque se nos ha impedido el di¨¢logo a los latinoamericanos. flor eso tenemos que plantear este problema en Helsinki, donde est¨¢n representados los partidos europeos socialdem¨®cratas que, como el franc¨¦s o el alem¨¢n, tienen una significaci¨®n particular en la Comunidad Econ¨®mica Europea, en tanto que Gobiernos. La CEE se ha tomado para s¨ª el presunto agravio y se cree en la obligaci¨®n de solidarizarse con su aliada, el Reino Unido. Nosotros debemos sentir la misma obligaci¨®n y expresar nuestra solidaridad con Argentina, aunque nuestra reacci¨®n ha sido m¨¢s atemperada y prudente, m¨¢s dentro del ¨¢nimo del di¨¢logo. Ahora la CEE acuerda decretar un boicoteo indefinido contra Argentina y vamos a tener que pensar, en Am¨¦rica Latina, que hay que enfrentar a la violencia con la violencia. No tenemos la capacidad econ¨®mica ni el poder b¨¦lico de los pa¨ªses industrializados, pero algo tendrernos que hacer, por cuanto parece que se quiere una soluci¨®n de fuerza. A¨²n aceptando el hecho inicial de la agresi¨®n argentina, la reacci¨®n brit¨¢nica y Europa ha sido desproporcionada.
P. ?No cree usted que otro de los dramas, en este conflicto, le ha tocado vivirlo a Estados Unidos, al tener que elegir entre la Organizaci¨®n de los Estados Americanos y su principal aliado, el Reino Unido?
R. Estados Unidos se present¨® como un pa¨ªs mediador, pero cuando se vot¨® en la OEA la solidaridad con Argentina, ellos respondieron que se absten¨ªan de asumir el papel de mediadores. Dos horas despu¨¦s Alexander Haig declaraba que Estados Unidos se pon¨ªa del lado del Reino Unido. Esto ha sido un descalabro sumamente grave para la solidaridad hemisf¨¦rica y estamos tambi¨¦n frente a un conflicto con Estados Unidos, incre¨ªble y contradictorio. Recuerdo que todav¨ªa est¨¢ fresca una declaraci¨®n de la Administraci¨®n Reagan en la cual se afirmaba que en toda la historia de Am¨¦rica Latina, Estados Unidos nunca hab¨ªa contado con un Gobierno tan amigo como el del general Galtieri. Pero los intereses de Washington est¨¢n por encima de la solidaridad hemisf¨¦rica. Ahora descubrimos que la OTAN no est¨¢ s¨®lo para enfrentar una emergencia con el bloque del Este, sino para salvaguardar intereses no siempre leg¨ªtimos de sus miembros. Esta situaci¨®n, para los latinoamericanos, nos obliga a replantear las relaciones Norte-Sur, nuestra posici¨®n frente a Norteam¨¦rica y debemos acabar con la OEA, pero los pa¨ªses latinoamericanos y del Caribe debemos asumir una posici¨®n dura y franca, para ver si logramos reconformar el sistema de crecimiento.
P. A su vez, ?el conflicto puede ser aprovechado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica?
R. Me angustia que este conflicto provoque tantas dificultades en los pa¨ªses de la regi¨®n latinoamericana. Nuestra dependencia en materia b¨¦lica est¨¢ directamente ligada a los pa¨ªses de la OTAN. ?A d¨®nde va a recurrir ahora Argentina para renovar su material b¨¦lico? Si ning¨²n pa¨ªs occidental le vende esos recursos, no hay duda de que el otro bloque es la URSS. ?Le conviene esto a Occidente, a la OTAN, a Estados Unidos?. Entonces, ?por qu¨¦ han provocado esa situaci¨®n y no han tratado de hallar una soluci¨®n pac¨ªfica?. Aqu¨ª estamos ante otro interrogante: ?Es que no existe un liderazgo en Occidente capaz de manejar situaciones como ¨¦sta con ponderaci¨®n? Creo que estamos m¨¢s cerca de la tercera guerra mundial de lo que podamos pensar. Estamos al albur del temperamento de un jefe de Estado o de la soberbia imperial sin ton ni son, como es la marchita soberbia brit¨¢nica, sea como sea una de las grandes naciones del mundo occidental, al que nosotros pertenecemos y con el que nos sentimos identificados, aunque hoy nos ha vuelto la espalda.
P. ?Qu¨¦ consecuencias puede tener la guerra para Am¨¦rica Latina?
R. Si no llegamos a una soluci¨®n pac¨ªfica, las consecuencias ser¨¢n catastr¨®ficas para el proceso democr¨¢tico en nuestra regi¨®n, porque no faltar¨¢n los militares que se interroguen y digan: ?Podemos contar y depender de las armas y la tecnolog¨ªa de Occidente? ?Podemos depender, en otro caso, de las armas y la tecnolog¨ªa b¨¦lica del bloque oriental, o debemos desarrollar nuestras propias industrias b¨¦licas y buscar tecnolog¨ªa donde nos la den, para ser absolutamente independientes en este aspecto? Cualquier respuesta nos sit¨²a ante el peligro del resurgimiento del militarismo en Am¨¦rica Latina y parece, adem¨¢s, que s¨®lo va a haber un ganador, que es la URSS.
P. En Latinoam¨¦rica tambi¨¦n parece que las ideolog¨ªas se ponen de lado a la hora de defender al r¨¦gimen argentino...
R. Lo que es alarmante es ver que frente a los intereses, poco valen las ideolog¨ªas. La Inglaterra conservadora, con uno de los Gobiernos m¨¢s reaccionarios de este siglo, y la Francia de Mitterrand, con un Gobierno de signo socialista, se hallan unificadas en una misma posici¨®n frente al conflicto. Ello puede llevar a una mayor ausencia de fe en las ideolog¨ªas y a nosotros, que militamos en la Internacional Socialista, nos crea un dilema bastante grave y dif¨ªcil de resolver. Por cierto, que el Gobierno de Galtieri se hab¨ªa arrogado en Am¨¦rica Latina el liderazgo del anticomunismo.
P. Espa?a va a formar parte pr¨®ximamente de la Alianza Atl¨¢ntica y al mismo tiempo ha manifestado su preocupaci¨®n por las consecuencias que el conflicto tendr¨¢ para Argentina. ?C¨®mo juzga usted la actitud del Gobierno espa?ol?
R. Esta situaci¨®n debiera hacer pensar a los l¨ªderes espa?oles sobre las ventajas que pueda traer su ingreso en la OTAN. Vemos como Espa?a ha sabido mantener una posici¨®n digna en el asunto y puede ser un mediador totalmente aceptable para los latinoamericanos en esta coyuntura dif¨ªcil. Espa?a y Am¨¦rica Latina est¨¢ atravesando horas aciagas, pero est¨¢n equivocados quienes no vean que en el futuro tendr¨¢ un papel relevante en el mundo. Ah¨ª tenemos que pensar siempre en Espa?a. Si Espa?a sacrifica a Am¨¦rica Latina por vincularse m¨¢s a la CEE est¨¢ cometiendo un grave error. Sin que le neguemos sus derechos y v¨ªnculos con Europa, no puede olvidarse que el verdadero destino suyo est¨¢ en Am¨¦rica Latina. Yo dije una vez al rey Juan Carlos, a quien considero uno de los l¨ªderes mundiales de la paz, que Latinoam¨¦rica termina en los Pirineos.
P. Usted ha participado en Argel a un seminario sobre econom¨ªa y desarrollo. ?Qu¨¦ impresi¨®n ha sacado de las intervenciones hechas por los pa¨ªses del Este?
R. Mi impresi¨®n es preguntarme qu¨¦ ha hecho la URSS frente a este angustioso debate Norte-Sur. Ellos critican sin sentirse part¨ªcipes del drama que vive la humanidad del Tercer Mundo y sin expresar ninguna responsabilidad. Se puede, entonces, excluir de culpa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a sus aliados.
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