Los brit¨¢nicos, a las puertas de la capital malvinense
Darwin y Goose Green han sido recuperados por los brit¨¢nicos. En la ruta de enlace, los marines han reconquistado, seg¨²n fuentes oficiales, las aldeas de Douglas y Tal Inlet. El camino hacia Port Stanley est¨¢ abierto. Las fuerzas y el Gobierno brit¨¢nico tienen prisa, por lo que la batalla de Port Stanley no tardar¨¢. El grueso de las fuerzas brit¨¢nicas se dirige por el norte hacia la capital, seg¨²n la BBC. Un destacamento se acerca a Port Stanley por el sur, y unos comandos se han dirigido a campo traviesa para reducir algunas posiciones argentinas.
El Ministerio brit¨¢nico de Defensa considera que los argentinos han formado un arco de defensa, con unos 2.000 hombres, a unos quince kil¨®metros de Port Stanley. En la capital y sus alrededores est¨¢n 5.000 o 7.000 soldados argentinos que han dispuesto de dos meses para construir defensas fortificadas.Frente a ellos, unos 5.000 soldados brit¨¢nicos, cuya moral ha sido impulsada por los ¨¦xitos de d¨ªas anteriores. Otros 3.500 hombres, seg¨²n informes no confirmados, estaban ayer a menos de dos d¨ªas de las Malvinas, despu¨¦s de haber pasado del Queen Elizabeth 2 a los buques de desembarco.
El Gobierno brit¨¢nico est¨¢ a¨²n interesado en evitar un ba?o de sangre, y lo m¨¢s probable es que intente capturar una por una las posiciones aisladas argentinas que defienden Port Stanley.
Un largo asedio
Una posibilidad es llevar a cabo un largo asedio, de la capital, desde el mar, desde el aire y desde las colinas circundantes, que permitiera llegar a un alto el fuego en las Naciones Unidas. Es decir, una rendici¨®n honorable argentina, sin demasiados muertos. Hay, sin embargo, dos problemas principales, a saber: el posible esp¨ªritu de Numancia de los argentinos y la llegada del invierno y el mal tiempo.
La v¨ªa r¨¢pida, el ataque frontal, supondr¨ªa de hecho, en caso de victoria brit¨¢nica, la reconquista de las islas, pero a costa de mucha sangre y destrucci¨®n, incluso entre la poblaci¨®n civil que se trataba de rescatar. Llevar¨ªa tambi¨¦n a una gran humillaci¨®n argentina, de imprevisibles consecuencias, sin resolver ninguno de los problemas sobre el futuro de las Malvinas.
De lo que no hay ninguna duda es de que las columnas brit¨¢nicas est¨¢n avanzando sobre Port Stanley, mientras los buques y aviones brit¨¢nicos siguen bombardeando esta zona. La primera ministra Margaret Thatcher, a pesar de la moderada oposici¨®n laborista, quiere resolver este problema cuanto antes. El Parlamento est¨¢ en descanso primaveral hasta el 7 de junio. El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, llegar¨¢ a Londres al d¨ªa siguiente.
Profesionalismo brit¨¢nico
Las tropas argentinas han demostrado hasta el momento una genuina resistencia que ha sorprendido a los brit¨¢nicos, y que s¨®lo ha podido superar el profesionalismo de la fuerza expedicionaria.
En Goose Green y Darwin, los brit¨¢nicos han capturado a 1.400 argentinos. En las dos aldeas del norte, seg¨²n la versi¨®n oficial brit¨¢nica, "no hay informes de combates sobre estas operaciones ni de bajas militares o civiles". Los prisioneros ser¨¢n llevados a un campo especial en Ajax Bay, pen¨ªnsula al oeste de San Carlos, especialmente instalado para estos menesteres. De ah¨ª ser¨¢n trasladados al buque Sir Percival y a un barco mercante, y alejados de la zona de operaciones para ser eventualmente entregados a Argentina.
Los bombardeos argentinos sobre la cabeza de puente han sido m¨¢s intensos y repetidos de lo que admiten los comunicados oficiales brit¨¢nicos. El s¨¢bado, seg¨²n uno de estos comunicados, un Mirage y un Skyhawk volvieron a atacar, siendo derribado este ¨²ltimo desde tierra. Con ello, seg¨²n una estimaci¨®n brit¨¢nica, por fin oficial, los argentinos han perdido cuarenta de sus cazabombarderos.
Los corresponsales brit¨¢nicos sobre el terreno han llamado a estos ataques que llegan una hora despu¨¦s de salir el sol "la serenata de los Skyhawk". "He visto morir a un buen n¨²mero de hombres bravos, muchos de ellos argentinos", dec¨ªa un corresponsal. "Muchos hombres han muerto en torno a m¨ª, en buques y aviones", comentaba otro periodista sospechando que los pilotos argentinos no son realmente informados sobre la verdadera fuerza de la defensa brit¨¢nica.
Disparos entre dos patrullas
En una ocasi¨®n, los aviones argentinos bombardearon un hospital de campa?a en San Carlos, seguramente por error. "En estas circunstancias, pueden ocurrir este tipo de accidentes tr¨¢gicos y desafortunados", fue el comentario del Ministerio de Defensa. En otra ocasi¨®n, dos patrullas brit¨¢nicas dispararon una sobre la otra.
El piloto de Harrier Bob Iveson, cuyo avi¨®n fue derribado el jueves en un ataque contra Goose Green, consigui¨® no ser capturado por los argentinos, en cuya zona hab¨ªa ca¨ªdo.
Un helic¨®ptero brit¨¢nico le rescat¨®. Iveson explic¨® posteriormente que se trataba ese d¨ªa de su segundo ataque contra Goose Green y de la s¨¦ptima operaci¨®n en la que participaba en veinticuatro horas, dando una idea de los l¨ªmites a los que opera la fuerza a¨¦rea brit¨¢nica.
Las fuerzas brit¨¢nicas dicen haber proporcionado informaci¨®n detallada a los argentinos sobre las actividades de sus buques hospitales. Ninguno de ellos, afirma, es utilizado con fines militares. "La ¨²nica intenci¨®n es ayudar a evacuar y a tratar a las bajas, muchas de las cuales son argentinas", dec¨ªa ayer un comunicado oficial de Londres.
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