Guillotina para la LOAPA
SI ALGO necesita el proyecto de Ley Org¨¢nica para la Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico es un amplio debate que permita a los ciudadanos formarse ideas claras y distintas sobre al contenido y a las implicaciones de ese discutido texto. Sin embargo, el partido del Gobierno y el PSOE no s¨®lo no han dado facilidades para llevar a cabo esa labor de pedagog¨ªa pol¨ªtica, sino que han aplicado, a lo largo de las sesiones de la Comisi¨®n Constitucional del Congreso, criterios restrictivos a las intervenciones de las minor¨ªas catalana y vasca.Tal vez la guillotina con la que el presidente Attard ha cercenado de manera implacable la defensa de las enmiendas presentadas por Convergencia y el PNV al texto consensuado de centristas y socialistas persiguiera una aceleraci¨®n de los tr¨¢mites, a fin de conseguir que el pol¨¦mico proyecto de la reconducci¨®n auton¨®mica, solemnemente pactado entre Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe Gonz¨¢lez a finales de julio de 1981, pudiera ser aprobado por la C¨¢mara Baja antes de que concluya el actual per¨ªodo de sesiones. Las incertidumbres en tomo a la disoluci¨®n-anticipada de las Cortes Generales, que enviar¨ªa a la LOAPA al limbo donde habitan los proyectos de ley a medio gestar, se hallan posiblemente en el trasfondo de las prisas y los modos con que han sido conducidas las discusiones en la Comisi¨®n. Mucho tememos, sin embargo, que esa raz¨®n, en s¨ª misma incompatible con los buenos usos parlamentarios, no sea tampoco la ¨²nica. Porque tambi¨¦n parece existir, por parte de UCD y el PSOE, el prop¨®sito de poner sordina a las voces discrepantes de las minor¨ªas y de no permitir que la clarificaci¨®n de las cuestiones debatidas deshaga la confusi¨®n que hacen actualmente casi incomprensible para la mayor¨ªa de los ciudadanos la materia discutida.
La necesidad de ese debate, que centristas y socialistas parecen querer eludir o sofocar, es tanto mayor cuanto que buena parte de las discrepancias de catalanes y vascos se refieren a las interpretaciones que el Gobierno y la mayor¨ªa consensuada en el Parlamento puedan hacer en el futuro de algunos art¨ªculos ambiguos e imprecisos del actual proyecto. Los recelos de las minor¨ªas se hallan justificados por la sensaci¨®n de que la LOAPA trata de satisfacer demandas extraparlamentarias, se propone recortar por la puerta trasera los Estatutos de Sau y de Guernica y equivale en la pr¨¢ctica a una modificaci¨®n del Titulo VIII de la Constituci¨®n que incumple los imprescindibles requisitos de reforma constitucional establecidos en nuestra norma fundamental. Algunos l¨ªderes centristas y socialistas, menos discretos o m¨¢s sinceros que sus compa?eros, no han hecho sino alimentar esas sospechas al declarar que la ¨²nica alternativa a la LOAPA ser¨ªa la reforma constitucional de ese T¨ªtulo VIII. Por lo dem¨¢s, la irritaci¨®n de los nacionalistas catalanes y vascos se acrecienta por el hecho de que el desbordamiento del proceso auton¨®mico fue responsabilidad mayoritaria de la UCD y el PSOE, que en su d¨ªa manipularon con fines electorales los agravios comparativos respecto a Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco de otros territorios espa?oles. Lo que se necesitaba reconducir no eran los Estatutos ya aprobados sino la estrategia auton¨®mica de centristas y socialistas, los cuales, sin embargo hacer pagar los platos rotos de sus anteriores grescas (la ¨²ltima, en Valencia) a las instituciones de autogobierno que vienen funcionando desde marzo de 1980.
Algunas cuestiones previas dan plena raz¨®n en la pol¨¦mica a las minor¨ªas catalana y vasca. La LOAPA no puede buscar como percha justificadora el p¨¢rrafo 3? del art¨ªculo 150 de la Constituci¨®n, ya que la facultad para "dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidad Aut¨®nomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de ¨¦stas, cuando as¨ª lo exija el inter¨¦s general" exige, obviamente, la previa existencia de esas disposiciones normativas susceptibles de armonizaci¨®n y no puede adelantarse fantasmag¨¢ricamente a su nacimiento o ampliarse a las competencias los Estatutos actuales o futuros. Tampoco parece pertinente que la proyectada ley tenga caracter org¨¢nico, ya que el art¨ªculo 81 de nuestra norma fundamental dice textualmente que son leyes org¨¢nicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades p¨²blicas, las que aprueben los Estatutos de Autonom¨ªa y el r¨¦gimen electoral general y las dem¨¢s previstas en la Constituci¨®n". Pero seguramente lo m¨¢s grave es que la eventual incidencia de la LOAPA sobre los Estatutos de Sau y de Guernica entrar¨ªa en colisi¨®n directa con los mecanismos de reforma establecidos ambos textos y con el art¨ªculo 152 de la Constituci¨®n.
Los Estatutos tramitados por la v¨ªa del art¨ªculo 151 tuvieron una complicada gestaci¨®n, en la que intervinieron sucesivamente la Asamblea de Parlamentarios, la ,Comisi¨®n Constitucional del Congreso, un referendum popular y la ratificaci¨®n de las Cortes generales. El elevado rango de los Estatutos, subordinados a la Constituci¨®n pero superiores a las leyes ordinarias u org¨¢nicas aprobadas por las Cortes Generales, queda n¨ªtidamente reconocido por el art¨ªculo 152 de nuestra norma fundamental al establecer que, una vez sancionados y promulgados, "solamente podr¨¢n ser modificados mediante los procedimientos en ellos establecidos y con refer¨¦ndum entre los electores inscritos en los censos correspondientes". ,
En el actual estado del debate, desarrollado por los centristas y socialistas con una cr¨ªptica jerga, los ciudadanos s¨®lo saben a ciencia cierta que las minor¨ªas catalana y vasca afirman con rotundidad que la LOAPA recorta sus Estatutos, que la Comisi¨®n Constitucional del Congreso les ha impedido argumentar sus posiciones y quelanto el partido del Gobierno como el PSOE se disponen a poner-en marcha la apisonadora de su desahogada mayor¨ªa parlamentaria para imponer un proyecto de ley que, seg¨²n sus inconvincentes declaraciones oficiales, no cercena competencias a las instituciones auton¨®micas.
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