El pensamiento evidente de Goffredo Petrassi

Homenaje a Golfredo Petrassi.Presentaci¨®n: Carmelo Bernaola. Grupo Koan. Director. J. R Encinar. Serenata, Tre per sette, Souffle y Grand Septuor, de Petrassi.

Fundaci¨®n March. 2 de junio.

Un clima entusiasta y entra?able dio al homenaje a Petrassi una t¨®nica especial. El maestro italiano no es s¨®lo un gran compositor, sino, en igual medida, un tipo humano extraordinario: c¨¢lido, ferviente, generoso y aut¨¦ntico. Toda su obra es un continuo servir a esa autenticidad, una permanente actitud moral que se resiste al ¨¦xito f¨¢cil, al exhibicionismo y. a los males derivados de la industria musical. Toda su vida es un gesto de colaboraci¨®n, un procurar ver claro y que los dem¨¢s comprendan las precisiones de un arte contempor¨¢neo.

En nombre de tantos espa?oles que aprendieron de Petrassi, Carmelo Bernaola hizo la presentaci¨®n del homenaje, tan justa y exactamente organizado por la Fundaci¨®n March. Con palabra llana, el actual director del conservatorio Jes¨²s Guridi, de Vitoria, fue tocando los puntos esenciales de la personalidad petrassiana, al hilo de vivencias directas: sus recuerdos de los a?os romanos, cuando visitaba a Petrassi en su casa de Via Germ¨¢nico y asist¨ªa a sus cursos de perfeccionamiento. Como Petrassi, Carmelo reparte sus emociones entre la m¨²sica y la pintura, con lo que le fue f¨¢cil referirse a la "manera de ver" de su maestro, a la inquietud con que segu¨ªa y sigue la Ultima mostra o la alegr¨ªa cuando descubre un matiz nuevo en la pintura de su esposa, Roseta Acerbi. Color en m¨²sica es timbre, y para Petrassi lo t¨ªmbrico, en su individualizaci¨®n instrumental o en las combinaciones de la armon¨ªa, no supone a?adido decorativo, sino ra¨ªz de? pensamiento.

En la producci¨®n de c¨¢mara queda desnudo, evidente, el pensiero de Goffredo Petrassi, y Jos¨¦ Ram¨®n Encinar supo seleccionar una serie de partituras que cubren un largo per¨ªodo creativo del compositor, desde la Serenata, 1958 -clave de la mutilaci¨®n estil¨ªstica que dejar¨ªa arrinconadas las etiquetas aplicadas anteriormente a Petrassi- hasta el Grand Septuor, de 1978, con clarinete concertado en el que Jesus Villa Rojo hizo alarde de su t¨¦cnica y su inteligencia interpretativas.

Entre una y otra obra, la primera, ejemplo de una madurez comprometida con las circunstancias de su tiempo, y la segunda, formidable expresi¨®n de un arte, vivo y juvenil creado por quien ya ha sobrepasado los setenta a?os, pudimos escuchar Tre per sette (1964) para tres int¨¦rpretes y siete instrumentos de madera y Souffle (1969), para un int¨¦rprete con tres flautas (en do, en sol y flaut¨ªn), en la que luci¨® sus posibilidades Rafael Reverto. En todas las obras es f¨¢cil adivinar la evoluci¨®n de un proceso constructivo y expresivo fiel a unos principios: claridad, flexibilidad consideraci¨®n del hecho sonoro en su color y en su peso.

Cada p¨¢gina de Petrassi supone tambi¨¦n una actitud cr¨ªtica con relaci¨®n a su entorno. Petrassi se alimenta de cuanto le rodea y cuanto le determina, sea un conocimiento. de la historia (con Monteverdi y la polifon¨ªa palestriniana al fondo), sea un seguimiento riguroso de las distintas actitudes generacionales contempor¨¢neas. Las interpretaciones del Grupo Koan, dirigido por Encinar, fueron calificadas de excelentes por el propio autor.