Galtieri admite la posibilidad de aceptar la ayuda de la URSS
El presidente argentino, general Leopoldo Galtieri, admiti¨® nuevamente ayer la posibilidad de que su Gobierno acepte ayuda de otros pa¨ªses, incluida la Uni¨®n Sovi¨¦tica, en su enfrentamiento con el Reino Unido y anunci¨® futuros cambios en la pol¨ªtica interior y exterior de Argentina a ra¨ªz de la nueva situaci¨®n creada por la crisis de las Malvinas.
Galtieri se hab¨ªa referido el pasado s¨¢bado, durante la ceremonia conmemorativa de la creaci¨®n del Ej¨¦rcito argentino, a que las fuerzas armadas de su pa¨ªs podr¨ªan volver a luchar junto a las de otras naciones latinoamericanas e incluso de "otras latitudes del mundo". Ayer un periodista le pregunt¨® abiertamente si entre esos otros pa¨ªses estaba incluida la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el general Galtieri respondi¨® que, en caso de necesitarlo, "Argentina va a recibir la mano de quien se la quiera dar".Esta declaraci¨®n del presidente de la Junta Militar argentina se produjo cuando parec¨ªan definitivamente condenados al fracaso todos los intentos de resolver de manera pac¨ªfica el conflicto anglo-argentino y cuando las noticias de que las fuerzas brit¨¢nicas est¨¢n utilizando ya material de guerra suministrado por Estados Unidos avivaban el clima antinorteamericano que se respira en Argentina desde que Washington tom¨® abiertamente partido por Londres en este conflicto.
En fuentes extraoficiales se indicaba ayer que Buenos Aires ha cedido de nuevo en su postura negociadora y que en las "nuevas ideas" que llev¨® a Nueva York una delegaci¨®n militar argentina se admit¨ªa la administraci¨®n de la ONU sobre el archipi¨¦lago, la retirada mutua de fuerzas y que la flota brit¨¢nica se mantuviese a una distancia de las islas equivalente a la que las separa del continente, algo a lo que antes se hab¨ªa negado rotundamente la Junta Militar. Sin embargo, la ventaja de que parecen gozar los brit¨¢nicos en el frente de batalla hac¨ªa muy improbable que la nueva propuesta de Buenos Aires pueda ser aceptada.
Un portavoz militar de la base, el comandante Espora, de la aviaci¨®n naval, declar¨® ayer que los aviones Harrier brit¨¢nicos utilizan desde hace varios d¨ªas misiles aire-aire de procedencia norteamericana. La Prensa bonaerense resalta esta y similares informaciones, y mientras el diario Convicci¨®n, cercano a la Marina, ironiza sobre el llamado "hermano del norte", el popular Cr¨®nica titula: "No olvidar: los yanquis los arman".
Haig les irrita
Las declaraciones del secretario de Estado Alexander Haig parecen hechas adrede para irritar a los argentinos, y si hace unos d¨ªas dijo que los ingleses ocupar¨ªan las islas antes del pasado 29 de mayo, ayer los diarios recog¨ªan su opini¨®n de que la invasi¨®n brit¨¢nica del archipi¨¦lago es "l¨®gica".
Otro peri¨®dico se refiere al secretario de Estado como el "traidor Haig", y los funcionarios gubernamentales y mandos militares dejan pocas dudas en sus declaraciones sobre su opini¨®n acerca del que fue mediador en el conflicto durante tres semanas para aliarse despu¨¦s con Londres. La idea de una "confabulaci¨®n" anglo-norteamericana para establecer una base militar en las Malvinas est¨¢ muy difundida, e incluso lleg¨® al Consejo de Seguridad de la ONU en el discurso del representante argentino, Enrique Gros.
Algunos sectores del r¨¦gimen militar creen posible todav¨ªa una mejora de las relaciones con Washington y esa ser¨ªa la misi¨®n encargada al general Mallea Gil, ex agregado militar argentino en Washington, y a los otros dos altos oficiales, que podr¨ªan entrevistarse con miembros de la Administraci¨®n Reagan y especialmente con su embajadora en la ONU, Jeane Kirkpatrick, cuya discusi¨®n con Haig sobre Latinoam¨¦rica fue ampliamente recogida en la Prensa argentina.
La posibilidad de un "acercamiento" de Buenos Aires a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por m¨¢s que se descarte cualquier posibilidad de que Mosc¨² fuera a intervenir directamente en este conf¨ªn del mundo, habr¨ªa sido estudiada en reuniones de los altos mandos militares argentinos, se comenta aqu¨ª. Cuentan que un general argument¨® que si bien es f¨¢cil encontrar, como en Egipto, un Nasser que traiga a los rusos, hace falta saber qui¨¦n ser¨¢ el Sadat que los eche despu¨¦s.
Mientras tanto, el embajador sovi¨¦tico en Buenos Aires ocupa un lugar preferente en la atenci¨®n de los medios informativos y ayer se anunci¨® que la URSS est¨¢ dispuesta a comprar m¨¢s cereales a Argentina.
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