Los guerrilleros espa?oles en Francia inmortalizan su memoria de la lucha contra el nazismo
Este s¨¢bado, a las 9.30 horas, en el pueblecito de Prayols (departamento de Ariege), en el suroeste franc¨¦s, a un centenar de kil¨®metros de Toulouse, se inaugurar¨¢ el monumento a la gloria de los guerrilleros espa?oles muertos por Francia y por la libertad. El ministro franc¨¦s de Educaci¨®n, Alain Savary, representante electo de esta regi¨®n, ex combatiente, amigo de los espa?oles, presidir¨¢ el acto, cuya iniciativa se debe a la Amical de los Antiguos Guerrilleros Espa?oles en Francia, presidida por Luis Bermejo, con sede en Toulouse. Este ¨²ltimo resalta que el monumento inaugurado "es un testimonio de la voluntad de los guerrilleros supervivientes de reforzar la fraternidad de nuestros dos pueblos".
"Mision cumplida. La inauguraci¨®n del monumento de Prayols cierra una de nuestras preocupaciones fundamentales: materializar con piedra, y recordarles a las generaciones futuras, lo que fue la participaci¨®n de los republicanos espa?oles refugiados en Francia en el combate por la libertad". Este es el primer p¨¢rrafo del modesto Bolet¨ªn de Informaci¨®n, trimestral, que publica la Amical de los Antiguos Guerrilleros Espa?oles en Francia.En otra p¨¢gina se publica un breve poema de R. Ardilla, dedicado Al guerrillero: "Al hombre y la libertad / es lo que yo simbolizo / por la gesta que se hizo / por salvar la humanidad. / Bravura y temeridad, / emblemas del guerrillero, quien como her¨®ico guerrero en la lucha desaf¨ªa / la sangrienta tiran¨ªa / que arrasaba al mundo entero". Y justo al lado, un recordatorio: "Mientras que Franco enviaba la Divisi¨®n Azul a combatir a las fuerzas aliadas en el frente ruso, los guerrilleros espa?oles luchaban por la liberaci¨®n de Francia".
El presidente Bermejo le entrega al periodista varios n¨²meros atrasados del Bolet¨ªn de Informaci¨®n, y otros papeles en los que se habla de los guerrilleros espa?oles, de su monumento, de su historia. El presidente de la Amical revienta de satisfacci¨®n apenas contenida, "porque despu¨¦s de la guerra nuestro movimiento fue disuelto y, durante veinticinco a?os, puede decirse que estuvimos en la clandestinidad. Se pretend¨ªa que nos olvidaran, pero desde hace seis a?os ya somos legales".
Que la Prensa espa?ola les considere le enorgullece otro tanto al presidente, como a la directiva de la Amical, que, la semana pasada, en su sede de Toulouse, se reuni¨® en torno a EL PAIS para "todo lo que usted quiera". Adem¨¢s del ex linotipista, Bermejo, el vicepresidente, Rafael Gand¨ªa, que fue representante de comercio, y el tesorero de la asociaci¨®n, Domingo Serra, catal¨¢n, representante tambi¨¦n en sus tiempos; Jos¨¦ Ramos, secretario, maestro de obras, catal¨¢n, como su eposa, Conchita, miembro sobresaliente de la Amical deportada en Alemania, legi¨®n de honor en Francia y, con 56 a?os, la m¨¢s joven del grupo.
Antonio Cervera, el m¨¢s veterano, de 74 a?os, vocal de la asociaci¨®n, zapatero en sus tiempos de vecino madrile?o, y zapatero despu¨¦s, en Francia, tras el final de su etapa de guerrillero contra el nazismo.
Pensionistas del Estado franc¨¦s
Como la mayor¨ªa de los 1.300 guerrilleros que han fijado, para siempre, su residencia en este pa¨ªs, todos ellos viven en el suroeste franc¨¦s, a donde lleg¨® el contingente m¨¢s numeroso de los republicanos que, al final de la guerra civil espa?ola, se refugiaron en Francia. Bermejo precisa, "estamos casi todos jubilados, y no vivimos mal con nuestro retiro. Como ex combatientes contra el fascismo nos pagan 1.500 francos (unas 25.000 pesetas), cantidad m¨ªnima, pero es lo que les pagan a los franceses".Bermejo y sus amigos, en esta ma?ana de mayo, en torno a la mesa del despacho presidencial de la sede de la organizaci¨®n de los guerrilleros, en un pisito cuajado de modestia y de recuerdos que para ellos son ramilletes amarillos, pero vivos, de lo que ha sido la raz¨®n de su existencia, est¨¢n dispuestos a contarlo todo. Uno tras otro, rehacen retazos de su vida, simplemente y con satisfaci¨®n evidente tambi¨¦n.
Todos corrieron la misma suerte al terminar la guerra civil espa?ola: por republicanos, "aunque cada uno ten¨ªamos nuestras ideas", tuvieron que cruzar la frontera, "y aqu¨ª se nos acogi¨® en campos de concentraci¨®n y m¨¢s vale no recordar las que pasamos". Para los guerrilleros, el hist¨®rico llamamiento del general Charles de Gaulle, desde Londres, para luchar contra el fascismo fue como una liberaci¨®n: "Entonces se organizaron las unidades de combate de los guerrilleros, que fueron comunistas en un principio, pero que despu¨¦s acogieron a todos los refugiados espa?oles". Bermejo, el presidente, puntualiza: Para nosotros era la esperanza de que esa lucha nos devolver¨ªa tambi¨¦n la democracia a nuestro pa¨ªs".
Conchita cuenta c¨®mo las mujeres fueron enroladas con sus esposos a veces para realizar operaciones de enlace. Ella, al lado del que hoy es su marido, presente en esta reuni¨®n, y al que conoci¨® en el monte en aquellos tiempos, fue capturada y deportada a Alemania. Ahora cuenta serenamente aquella experiencia: "Trabaj¨¢bamos doce horas diarias, con pico y pala, sin levantar la cabeza, vigilados por perros y polic¨ªas, y por la ma?ana desayun¨¢bamos un poco de agua caliente embadurnada, almorz¨¢bamos sopa de remolacha o de ortigas y, por la noche, nos daban un trocito de pan y otro de margarina, aunque no tardaron en suprimir esta ¨²ltima. Los alemanes hab¨ªa calculado matem¨¢ticamente el tiempo que pod¨ªa vivir cada deportado: entre ocho meses y un a?o".
"Llevo metralletas"
A Cervera, el zapatero, tambi¨¦n lo detuvieron y, camino de Alemania, lo embarcaron en el llamado tren fantasma, en donde viajaba desnudo, a causa del calor. En una parada pidi¨® el pantal¨®n para bajar a hacer aguas, y se escap¨®. "No s¨¦, a¨²n, por qu¨¦ estoy vivo. Corr¨ª sin parar hasta la ciudad de Valence y un franc¨¦s medio una camisa". Gand¨ªa narra el d¨ªa que encontr¨® una patrulla alemana, cuando transportaba un alijo de metralletas en su bicicleta, y le preguntaron: "?Qu¨¦ llevas ah¨ª?". "Metralletas", respondi¨® Gand¨ªa, entre alelado y l¨²cido, y como no se lo creyeron lo dejaron escapar.Se cierra el cap¨ªtulo hist¨®rico de los guerrilleros, y hablan los ciudadanos franceses de hoy, puesto que casi todos tienen la nacionalidad francesa. Cuando la democracia se restaur¨® en Espa?a llev¨¢bamos aqu¨ª 36 a?os, con situaciones m¨¢s o menos estables, con hijos educados aqu¨ª, en donde muchos de ellos son profesores de espa?ol, y adem¨¢s...". Otra vez se explica Bermejo, con el asentimiento general: "Cuando vamos a Espa?a ya no nos encontramos. La lengua es casi lo ¨²nico que nos une a esta Espa?a de hoy, que ya no es nuestra Espa?a, la del 36. Nos llaman franceses cuando viajamos a Espa?a, y esto nos descorazona. Ni nuestras familias nos acojen con el cari?o que ser¨ªa de esperar".
Y la voz le tiembla de emoci¨®n, cuando Bermejo remata: "Mire usted, yo se lo digo siempre a los franceses: ustedes nos han asimilado, pero somos espa?oles". Y Gand¨ªa interviene con ansia: "A pesar de todo lo dicho, hablamos de Espa?a con pasi¨®n". Y adem¨¢s, en coro, recuerdan: "Nuestra personalidad no la olvidan muchos franceses. Quiere decirse que, como guerrilleros, nosotros ¨¦ramos los que sab¨ªamos volar puentes y manejar la dinamita, por la experiencia vivida en la guerra espa?ola. Esto hizo de nosotros los m¨¢s antifascistas".
Como una pi?a, todos aprueban lo que dice Gand¨ªa sobre la Espa?a de hoy: "Se manifiesta poco activa para organizar la democracia. Esto ser¨¢ largo, porque el pueblo no tiene capacidad pol¨ªtica, debido al desierto que fueron los cuarenta a?os de dictadura". Pero, de nuevo, todos a una, est¨¢n convencidos de que "en Espa?a nunca volver¨¢ a haber otra guerra. Ni los militares servir¨ªan a otro movimiento como el franquista.
Los guerrilleros no leen mucha Prensa espa?ola, pero se interesan por el problema vasco. Bermejo, vasco de nacimiento, corno sus compa?eros, estima necesaria "una autonom¨ªa, pero no la violencia de ETA". Todos piensan que si "el PSOE llega al poder en Madrid se encarar¨¢ con una tarea dif¨ªcil, debido a la situaci¨®n econ¨®mica". Al ministro, Savary, el presidente Bermejo le dir¨¢ en su discurso que, "aunque somos franceses enteramente, nada nos impide el sentirnos orgullosos de nuestros pueblos de origen, y de cantar las virtudes de una raza que supo darle al mundo una lecci¨®n de valor en la lucha contra el fascismo internacional".
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