La JUJEM y la cr¨ªtica de la sentencia
LA JUNTA de Jefes de Estado Mayor ha cursado una orden general extraordinaria, destinada a las unidades militares pero filtrada a la Prensa, para salir en defensa del Consejo Supremo de Justicia Militar y rechazar "los comentarios y. cr¨ªticas desfavorables" de la sentencia que ha condenado por rebeli¨®n militar, conspiraci¨®n para la rebeli¨®n o ayuda a la rebeli¨®n a veinte generales, jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas, pero que ha absuelto a otros acusados de rebeli¨®n, entre ellos, a los tenientes de la Guardia Civil asaltantes a tiros del Congreso. El documento recuerda que la misi¨®n de las Fuerzas Armadas es la defensa de la Corona, el ordenamiento constitucional y la legalidad vigente; ratifica su respeto por la independencia del poder judicial; se?ala que el Consejo Supremo de Justicia Militar se ha limitado a actuar dentro de? marco de competencias que las normas del Parlamento le atribuyen; reconoce que s¨®lo la sentencia firme del Tribunal Supremo -al resolver sobre los eventuales recursos de casaci¨®n- tendr¨¢ car¨¢cter definitivo, y subraya que todos estar¨¢n obligados a acatar en el futuro el fallo del ¨®rgano m¨¢ximo de la jurisdicci¨®n ordinaria. La JUJEM tambi¨¦n indica que "considera improcedente todo comentario de cualquier g¨¦nero que entra?e menosprecio a la actuaci¨®n del Consejo Supremo de Justicia Militar", ya que esas cr¨ªticas desde?osas no s¨®lo afectan a la instituci¨®n militar, sino que tambi¨¦n atentan contra el respeto que merece la independencia de la funci¨®n judicial.La publicaci¨®n de la sentencia ha dado origen a numerosas actitudes cr¨ªticas, en las que la indignaci¨®n y el apasionamiento se han mezclado con los an¨¢lisis pol¨ªticos o jur¨ªdicos; y con la protesta leg¨ªtima de los ciudadanos, que se sienten perjudicados en sus intereses y amenazados en su condici¨®n de tales por la. excesiva benevolencia (le determinadas penas y por la absoluci¨®n de algunos de los asaltantes de las Cortes. Todo ha valido aqu¨ª, y algunos han rendido tambi¨¦n tributo a su pertinaz y jaquetona nostalgia del pasado , tratando de sustituir la racionalidad de los an¨¢lisis por los valores b¨¦licos de una especie de guerra de la se?orita Pepys. Para mostrar lo inciertas que son las fronteras entre el amor propio herido y la hipocres¨ªa pol¨ªtica, baste como bot¨®n de muestra que los espa?oles no nos hayamos enterado, hasta cinco d¨ªas despu¨¦s de que fuera hecha p¨²blica la sentencia, de que un cu?ado del propio Calvo Sotelo fue herido de bala por los guardias civiles que dispararon en el Palacio del Congreso. El ocultamiento de este dato afecta lo mismo a la instrucci¨®n del proceso que al desarrollo del juicio, y el presidente del Gobierno est¨¢ obligado a dar una explicaci¨®n sobre su eventual complicidad en ese acto de obstrucci¨®n a la justicia. No estar¨ªa de m¨¢s que los asesores jur¨ªdicos de Calvo Sotelo le informaran de que la ley de Enjuiciamiento Criminal castiga con multa a quienes no denunciaran la perpetraci¨®n de un delito p¨²blico que hubieran presenciado o del que tuvieran noticia. La existencia de un herido de bala resulta un hecho jur¨ªdico de determinante importancia a la hora de calificar el uso de las armas. Y, en cualquier caso, es indignante esta nueva muestra de falta de valor c¨ªvico por parte de quienes m¨¢s directamente estuvieron enca?onados por los rebeldes. Cobard¨ªa moral que s¨®lo beneficia a los intereses golpistas. -
En este contexto de recelos y sobresaltos, un mensaje de la JUJEM dirigido al universo castrense, tal y como se deduce de su alusi¨®n a la "moral de nuestros subordinados", podr¨ªa ser peligrosamente interpretado como una orden dictada a la sociedad civil por una alta instancia militar a fin de impedirle cualquier cr¨ªtica sobre la sentencia. El Ministerio de Defensa y la JUJEM deben explicitar si la filtraci¨®n p¨²blica de un comunicado interno pretende tener dicho car¨¢cter intimidatorio o, antes bien, proviene -como nos tememos por los canales utilizados para su difusi¨®n- de sectores afines a los responsables del 23-F, que tratan por todos los medios de ahondar el enfrentamiento entre Fuerzas Armadas y sociedad civil a base de este tipo de manipulaciones. Desgraciadamente, las inconcebibles declaraciones del propio presidente de la JUJEM a la revista Reconquista pueden abonar la tesis de quienes temen que la nota en cuesti¨®n haya sido redactada no s¨®lo para evitar los conatos de insubordinaci¨®n que se hayan podido registrar en los cuarteles ante la dureza de la pena contra el rebelde general Milans, sino tambi¨¦n para amedrentar a la sociedad civil, que ha exteriorizado su protesta por la lenidad de las condenas contra otros implicados. En este ¨²ltimo caso, que preferimos suponer inexistente, el documento incurrir¨ªa en una abierta y aparatosa contradicci¨®n l¨®gica, ya que ese ordenamiento constitucional que las Fuerzas Armadas tienen como misi¨®n defender protege la libertad de expresi¨®n de los ciudadanos, y ese poder judicial, cuya independencia la JUJEM dice respetar, ha reconocido que "las resoluciones judiciales pueden y deben ser objeto de cr¨ªticas de toda ¨ªndole... en su contenido, materia, tr¨¢mite y cualquier otra faceta..., e incluso lo deben ser en cuanto acicate y fomento de una perfectibilidad a la que los ¨®rganos judiciales deben siempre tender por su propio esp¨ªritu". Una cosa es que el Gobierno se haya excedido al arropar su encomiable decisi¨®n de interponer el recurso de casaci¨®n con imprudentes presunciones jur¨ªdicas y otra muy distinta que se pretenda arrebatar a los ciudadanos su derecho a discrepar, en todo o en parte, del fallo, que por lo dem¨¢s debe ser acatado en su integridad por los integrantes de los institutos armados.-
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