Asistencia sanitaria para afectados por el s¨ªndrome t¨®xico
Es evidente que el n¨²mero de muertos y afectados hubiera sido sensiblemente mentor o quiz¨¢ no hubieran existido, si los dispositivos asistenciales del pa¨ªs funcionar¨¢n no como un tratamiento del hecho consumado, sino como un sistema preventivo estructurado a todos los niveles y puesto en funcionamiento por parte de los diferentes departamentos ministeriales, as¨ª como por las administraciones locales, asumiendo la responsabilidad que a cada uno le corresponde. Nos resulta evidente, y muy doloroso, que hasta que no hay muertos nadie parece sensibilizarse de los problemas, y me nos que nadie las autoridades competentes en la materia, que despu¨¦s, ante los hechos consumados, tratan de parchear el tema que podr¨ªa haber sido evitado.El panorama de la asistencia sanitaria, que es el marco donde vamos a analizar la intoxicaci¨®n, en el momento que surgieron los primeros afectados era y sigue siendo deplorable, aunque: a fuerza de vivirlo y de repetirlo en los diferentes medios de comunicaci¨®n, sin que nadie le d¨¦ una urgente soluci¨®n, nos ha producido un enquistamiento del que nadie parece tener ganas de salir. El profesional que en una primera fase recibi¨® a estos enfermos fue el m¨¦dico de cabecera y el pediatra, que en un consultorio o en un ambulatorio est¨¢ recibiendo a cincuenta, cien o m¨¢s enfermos en sus dos horas reglamentarias de consulta sin un historial del enfermo, sin utillaje adecuado, sin tiempo -?es tiempo uno a tres minutos por paciente?-, sin medios diagn¨®sticos a su alcance, sin un conocimiento exacto de la zona sobre la que act¨²a y sus condiciones sanitarias, y si la cosa se pone dif¨ªcil el recurso es enviar al paciente al hospital. Es m¨¢s, la informaci¨®n lleg¨® a los m¨¦dicos solamente a trav¨¦s de la Prensa, radio y televisi¨®n, o de alg¨²n laboratorio farmac¨¦utico que ven¨ªa con el tratamiento para el micoplasma.
Las unidades de seguimiento
La creaci¨®n de las unidades de seguimiento es la muestra m¨¢s palpable de que la asistencia primaria en este pa¨ªs no sirve. A cualquiera que analice el tema en profundidad no se le escapa que si en las consultas de medicina general y pediatr¨ªa de la Seguridad Social se realizara una correcta asistencia la unidad de seguimiento no se habr¨ªa creado, pues el control sanitario de un enfermo intoxicado, cuya gravedad no le obligue a estar hospitalizado, puede ser perfectamente llevado por un m¨¦dico generalista o un pediatra. Pero eso s¨ª, ?cu¨¢les son las diferencias fundamentales entre1a consulta de medicina general y pediatr¨ªa y una consulta en una unidad de seguimiento? B¨¢sicamente son: '
- Tiempo de dedicaci¨®n. Al enfermo intoxicado se le dedica todo el tiempo que necesita; al resto de los asegurados, el que marcan las dos horas de consulta, independientemente de cu¨¢l sea su problema y la gravedad del mismo.
- Tiempo de estudio. En las unidades se lleva un control sanitario del enfermo, tiene su historial y su ficha cl¨ªnica, se realizan reuniones entre los m¨¦dicos de la unidad para estudiar a los diferentes enfermos y las consultas con los especialistas y el hospital son directas. Asimismo, la comisi¨®n cl¨ªnica recoge la informaci¨®n y se publica. ?Cu¨¢ntos estudios serios y exhaustivos s¨¦ han publicado por parte de m¨¦dicos generales y pediatras de zona, sobre la patolog¨ªa de sus enfermos?
- Medios diagn¨®sticos a su alcance. Resulta muy sintom¨¢tica la falta de ¨¦stos medios y no comprendemos por qu¨¦ nuestra Administraci¨®n no toma cartas en el asunto con urgencia para resolverlo.
- Rentabilidad econ¨®mica. Se trata al enfermo dentro de su propio barrio, sin in¨²tiles desplazamientos al hospital, lo que permite un abaratamiento de los costes de la asistencia -pues es claro que la asistencia hospitalaria en igualdad de condiciones es mucho m¨¢s cara-, as¨ª como el ahorro que supone para el enfermo en gastos de viaje, p¨¦rdida de horas de trabajo o de ocio, as¨ª como que el tiempo hospitalario se dedique a actos m¨¦dicos, consiguiendo de esta forma la desmasificaci¨®n. hospitalaria si se aplicara de modo general. Por otra parte, se conseguir¨ªa una disminuci¨®n en el gasto farmac¨¦utico, elimin¨¢ndose la receta innecesaria o de complacencia.
- Existencia en las unidades de interconsulta con especialistas, as¨ª como la asistencia psiqui¨¢trica, que no est¨¢ contemplada para el resto de asegurados por la Seguridad Social.
- Confianza de los enfermos en su m¨¦dico y en la asistencia que se les est¨¢ prestando. En las encuestas realizadas por las unidades, los afectados se encuentran en general satisfechos con la asistencia.
Injustas discriminaciones
Hay que rese?ar adem¨¢s que antes de la aparici¨®n de la intoxicaci¨®n no exist¨ªan centros de rehabilitaci¨®n suficientes ni contaba ninguno con m¨¦dico fisioterapeuta. Hoy en d¨ªa este tema est¨¢ en v¨ªas de soluci¨®n, as¨ª como que todos los centros rehabilitadores cuentan en su plantilla con m¨¦dico fisioterapeuta y personal especializado que atienden no s¨®lo a los afectados, sino a otros enfermos.
En el tema concreto de la asistencia a los afectados se quiere lograr:
- Que se siga manteniendo la asistencia psiqui¨¢trica y psicol¨®gica a cargo de la Seguridad Social.
- Que se mejore la coordinaci¨®n entre los diversos servicios existentes.
- Que se planteen las necesidades existentes de acuerdo con la morbilidad de la zona, consiguiendo as¨ª establecer el n¨²mero exacto de profesionales y de recursos adecuados.
- Que la comisi¨®n cl¨ªnica tenga capacidad ejecutiva para poder cumplir con su misi¨®n (por ejemplo, en el tema de recogida de informaci¨®n y en cuanto a la toma de medidas preventivas de cara al futuro evolutivo del s¨ªndrome t¨®xico), pues no cuenta con el apoyo y W colaboraci¨®n necesaria y seria deseable que se pudiera lograr: un seguimiento de todos y cada uno de los expuestos a la ingesti¨®n del aceite, un control peri¨®dico a todos los familiares afectados. Que los estudios prospectivos propuestos por la comisi¨®n cl¨ªnica se lleven adelante de manera prioritaria. Contar en las unidades con asistencia ginecol¨®gica, anticoncepci¨®n gratuita y encuadramiento justo del tema del aborto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.