La dimisi¨®n de Carrillo
( ... ) La historia se repite, y nada de lo que ocurre en nuestros d¨ªas es nuevo. El n¨²mero de Santiago Carrillo al presentar la dimisi¨®n de la secretar¨ªa general del PCE es el que se ha acostumbrado a ensayar con ¨¦xito en sistemas basados en el mando personal.El recurso a la dimisi¨®n lo utiliz¨® Fidel Castro el 17 de julio de 1959, cuando el liberal Manuel Urrutia, que desempe?aba la presidencia de la Rep¨²blica, era un estorbo para los proyectos revolucionarios del l¨ªder de sierra Maestra. El mismo d¨ªa, Fidel Castro se vio fortalecido en el poder y quien tuvo que dimitir fue Urrutia.
Id¨¦ntico recurso fue utilizado por Nasser en junio de 1967, despu¨¦s de la fulgurante victoria israel¨ª en la guerra de los seis d¨ªas, en un momento en que la imagen triunfalista del rais alcanzaba sus cotas m¨¢s bajas.Nadie se va a lanzar a la calle para que Santiago Carrillo contin¨²e al frente del PCE. Pero ya consiguio anteayer el rechazo un¨¢nime de la postura dimisionaria por parte del comit¨¦ ejecutivo del partido, como es previsible que logre la del Comit¨¦ Central, que inici¨® su reuni¨®n ayer y que seguir¨¢ en el d¨ªa de hoy. Santiago Carrillo, secretario general del PICE desde el VI Congreso, celebrado en los ¨²ltimos d¨ªas de enero de 1960, puede salir fortalecido de esta crisis del partido. Pero, ?de qu¨¦ partido? De un PCE que cada vez se parece m¨¢s a una tertulia de viejos amigos, en el que parecen contar s¨®lo las fidelidades personales. Carrillo puede salir como ganador de esta crisis, pero lo que hay que dudar es que el ganador sea el PCE.
Han bastado unas cr¨ªticas a la direcci¨®n de Santiago Carrillo para que se desencadenara la tormenta, incluida la dimisi¨®n irrevocable del propio delfin, Nicol¨¢s Sartorius, y la posibilidad de que tal actitud se vea secundada por el secretario general de Comisiones. Santiago Carrillo, que cerca de Jos¨¦ D¨ªaz y como delfin de Dolores Ib¨¢rruri sigui¨® las crisis apellidadas Hern¨¢ndez, Monz¨®n, Trilla y Comorera, y que como secretario general protagoniz¨® Ias de Claud¨ªn, Sempr¨²n, L¨ªster y las m¨¢s recientes, apellidadas Mohedano, Brabo, Zald¨ªvar o Ardiaca, ha sido testigo privilegiado de una historia de depuraciones y disidencias. A inspiraci¨®n suya, el PCE predic¨® con ¨¦xito la lucha unitaria contra el franquismo, que explicit¨® a trav¨¦s de la pol¨ªtica de reconciliaci¨®n nacional. Pero, quiz¨¢ por su personalismo, ha visto c¨®mo su proyecto fracasaba entre los propios romunistas cuando no exist¨ªa un dictador contra el que luchar. No ha habido unidad entre los comunistas ni han sabido reconciliarse entre s¨ª. La unidad y la reconciliaci¨®n pasaban por su direcci¨®n indiscutida. ( ... )
11 dejunio
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