Apertura de la Bienal de Venecia, con un fuerte contenido conservador en las muestras art¨ªsticas
Espacios especiales para las obras de Antoni T¨¤pies y Antonio L¨®pez Garc¨ªa
La 40? edici¨®n de la Bienal de Venecia fue inaugurada oficialmente por el presidente de la Rep¨²blica, Sandro Pertini, en la ma?ana del pasado domingo. Entre dos espectaculares trombas de agua, la t¨®nica meteorol¨®gica de Venecia en estos primeros d¨ªas de junio, el presidente italiano lleg¨® a los Giardini di Castello, tradicional sede de la Bienal, y recorri¨® la exposici¨®n Arte como arte: la persisteza dell? opera, situada en el pabell¨®n central, que conten¨ªa tres muestras monogr¨¢ficas sobre Matisse, Brancusi y Schiels, adem¨¢s de una selecci¨®n antol¨®gica de artistas europeos y americanos, as¨ª como la correspondiente a Italia.
En el pabell¨®n de Espa?a se exhiben obras de Guinovart, Torres, Abad, Cruz de Castro y Chicano, y en otros espacios cuadros de Antonio L¨®pez Garc¨ªa y una retrospectiva de Antoni T¨¤pies En la misma ciudad, seis pa¨ªses, entre ellos Espa?a, han decidido crear una asociaci¨®n cultural latina.A la entrada de la Bienal, esperaban al presidente las autoridades y una multitud, entre los que se encontraban un nutrido grupo de manifestantes que protestaban contra la actual organizaci¨®n. No se produjo, sin embargo, ning¨²n altercado destacable y el presidente Pertini atraves¨® sonriente la barrera de manifestantes. En el acto de apertura, el presidente del ente aut¨®nomo de la Bienal, Guiseppe Galasso, justific¨® el car¨¢cter conservador de la actual edici¨®n como reflejo de la situaci¨®n general que atraviesa el arte en la actualidad, m¨¢s preocupado por la maestr¨ªa que por el furor vanguardista. En este sentido, desde luego no hay duda que la Bienal reci¨¦n inaugurada no pasar¨¢ a la historia por su car¨¢cter revolucionario.
En los Giardini di Castello, adem¨¢s de las citadas exposiciones del pabell¨®n central, en una de las cuales estaba representado con tres obras el artista espa?ol Antonio L¨®pez Garc¨ªa, abrieron tambi¨¦n sus pabellones los 37 pa¨ªses asistentes este a?o. El de Espa?a, cuyo comisario fue Luis Gonz¨¢lez Robles, presenta la obra de cinco artistas: Guinovart, Rosa Torres, Cruz de Castro, Jos¨¦ Abad y Eugenio Chicano.
Pero con el millar largo de obras expuestas en los respectivos pabellones nacionales no se acaban las actividades de la Bienal, ni tampoco de la ciudad de Venecia, que ofrece un variado repertorio de actos culturales para la incontable masa tur¨ªstica que la visita en esta ¨¦poca veraniega. As¨ª, dentro de lo organizado espec¨ªficamente por la Bienal, hay que contar tambi¨¦n las amplias retrospectivas individuales sobre T¨¢pies, que expon¨ªa mas de medio centenar de obras en el bello marco de la Scuola Grande di San Giovanni Evangelista, y otra menor sobre Riccardo Tommasi Ferroni, cuya inauguraci¨®n se retras¨® al no querer ense?ar su
trabajo el artista italiano en el lugar donde inicialmente estaba previsto. Por otra parte, el arte joven estuvo representado en dos muestras, reunidas con el t¨ªtulo de Aperto 82, que pueden visitarse en los Cantieri Navale della Giudeca y los Magazzini del Sale alle Zattere.
El resto de la cualificada oferta art¨ªstica corre a cargo de la ciudad y consiste en las siguientes exposiciones monogr¨¢ficas: Renato Gutuso, Restauraci¨®n de la gran vidriera de San Giovanni y Paolo, Plantas y vistas de Venecia, El rugido del le¨®n -una divertida selecci¨®n de estampas sat¨ªricas de la historia contempor¨¢nea de Venecia-, etc¨¦tera. A todo lo cual hay que a?adir adem¨¢s la posibilidad de contemplar las maravillosas colecciones art¨ªsticas de los museos p¨²blicos y privados que posee la ciudad.
No recobra el prestigio
Con todo, a pesar de este espectacular escaparate de arte, que ha sido y es Venecia, la verdad es que la Bienal, respecto al arte actual, no consigue recobrar el prestigio que goz¨® de manera indiscutible hasta la crisis de finales de los sesenta. Desde entonces, se puede decir simplemente que sobrevive sin excesiva pena ni gloria. No ha repercutido esta crisis, sin embargo, en la masa de visitantes: con m¨¢s o menos inter¨¦s, nadie se resiste a acudir a Venecia.
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